El ovino aragonés perdió en el año 2010 el 3,74% de sus explotaciones

El ovino aragonés perdió el año pasado 158 explotaciones y 63.702 ovejas reproductoras, lo que representa descensos respecto al año anterior del 3,74% y 3,71%, respectivamente, aunque 2011 puede ser la “hecatombe”, según UAGA, si siguen creciendo los costes de producción y no los ingresos. Así lo ha afirmado secretario provincial de UAGA-Zaragoza, José Luis Lasheras, quien ha lamentado la pérdida de explotaciones y de cabezas año a año cuando se trata de un sector estratégico y ha advertido de que la situación para este año es casi “calcada” a la que se sufrió en 2007, cuando hubo un alto abandono de explotaciones por el aumento de los costes de producción.

El sector “no está en disposición de soportar más subidas de costes” y si la situación persiste le quedan “dos años de vida”, ha afirmado Lasheras, quien ha subrayado que la única fórmula para sacar las explotaciones adelante es que la administración cumpla con las ayudas que ofrece, sin recortes, porque el ovino está en crisis desde hace 30 años.

Lasheras ha denunciado que las ayudas de la administración han caído este año ya un 18% y las nuevas puestas en marcha por la Política Agraria Común (PAC) también han sufrido un recorte del 11% respecto a la “publicidad” que se hizo sobre su cuantía.

Según los cálculos de UAGA, entre el año 2000 y 2010 se han perdido en Aragón el 42,52% de las explotaciones, que han pasado de 7.080 a 4.070 (sólo unas 2.000 son profesionales y 650 de ganaderos jubilados), mientras que el número de ovejas ha caído de 2.548.941 a 1.660.326, el 34,8%.

La responsable técnica de sectores ganaderos de UAGA, Carmen Fraj, ha incidido en que uno de los principales problemas del ovino es el precio en origen, ya que según sus estimaciones, este año ha rondado por cordero los 60-61 euros, con una caída respecto a 2009 del 5% al 6%, mientras los costes de producción han crecido de forma constante, en algunos piensos entre el 20% y el 40%.

El escenario que se vislumbra, tras la Navidad, cuando la tendencia habitual de los precios del ovino es a la baja y si siguen aumentando los costes de producción, es el cierre de explotaciones por falta de rentabilidad.

En cuanto al consumo de cordero, ha apuntado que ha descendido por la crisis un 4,3% respecto a 2009, hasta los 2,2 kilos por habitante y año.

Lasheras ha incidido además en la necesidad de que se exijan los mismos requisitos de calidad a la importación de terceros países y en que se establezca un marco legislativo que regule la comercialización y que permita que la subida de costes que sufren los ganaderos tenga su traslación en el precio que perciben por animal.

Fraj ha advertido además de que permitir que sigan desapareciendo explotaciones no sólo tendrá consecuencias económicas, sino también medioambientales, ya que el ovino en Aragón “siempre ha sido el arma más efectiva para la lucha contra incendios” y el mantenimiento del paisaje.

Por otra parte, Lasheras ha comentado que nueve ganaderías han iniciado un procedimiento administrativo para reclamar las pérdidas que achacan a la vacunación contra la lengua azul -que tuvo que aplicarse como consecuencia de la aparición de un foco en el norte del país en otoño de 2007-, aunque ha vaticinado que será “una pérdida de tiempo” y, por tanto, se prepara una reclamación por la vía judicial.