Entrevista a Isabel Priu, administradora de fincas de NCI Asesores Inmobiliarios

Como un paso más para avanzar a nivel profesional y personal. A nivel profesional es para mí un reto dirigir mi propia gestión desde mis puntos de vista basados en la experiencia y el conocimiento de las materias. A nivel personal significa una evaluación diaria de mis acciones que ha de llevarme a la excelencia de mi trabajo, o por lo menos, esa es la intención.

Aportaré el inicio de una nueva etapa, en la que se abren nuevos servicios y nuevas metas, todos ellos relacionados con la gestión inmobiliaria. Una administración de fincas abarca una serie de actividades que van íntegramente relacionadas.

Tanto el equipo existente en NCI como el nuevo constituye un capital humano joven, con carisma y con mucha ilusión de hacer bien las cosas, de dar un trato humano y personalizado, actitudes que hoy en día se han dejado de lado y que, según mi experiencia, es fundamental ofrecerlas. Además de las actividades ya existentes de compraventa y alquiler de inmuebles, toma especial relevancia la comercialización de viviendas, se añaden administración de fincas en vertical, contabilidad de empresas, servicios jurídicos, fiscales y laborales, auditorias, arquitectura y desarrollo de proyectos, mantenimiento integral de edificios (albañilería, lampistería, limpieza, etc.), desarrollos y mantenimientos informáticos para pequeña y mediana empresa.

Una de mis funciones será la gestión directa de los patrimonios en régimen de alquiler que nos sean confiados. Como consecuencia de ésta, se lleva a cabo la coordinación de todos los servicios asociados a lo que significa administrar, como la elaboración de contratos, seguimiento de cobros, actuaciones para un óptimo mantenimiento de la finca, análisis de rentabilidad, etc. Después de una trayectoria profesional en el sector de 25 años con un cargo de dirección y máxima responsabilidad, creo que puedo desarrollar funciones altamente resolutivas que garanticen que las acciones que voy a realizar y coordinar sean también altamente eficaces.

Es un servicio dirigido a todos los propietarios que quieran recibir un trato diferenciado y de calidad, cercano y directo. No es imprescindible que hayan tenido relaciones con los departamentos de NCI.

Por supuesto que sí. Durante mi trayectoria profesional he tenido clientes (arrendatarios) que se han marchado de inmuebles por estar desatendidos, casi siempre por falta de mantenimiento en los inmuebles, (goteras sin arreglar, calderas estropeadas, etc.). Un cliente potencial que paga su alquiler tiene que estar atendido, y ser tratado con respeto. Tanto si es una oficina, un local, una nave industrial, edificio, o una vivienda, el uso, que es el objeto del contrato de arrendamiento, ha de ser viable en cualquier momento y el inmueble debe estar en perfectas condiciones. Tampoco es aceptable el propietario al cual le cuesta hacer reparaciones en sus inmuebles, que no entiende que, hoy en día, el alquiler es un negocio asimilado a la actividad de una empresa. Hay que invertir en los negocios, hay que invertir en los inmuebles, y así lograr que estos mantengan las mejores condiciones y atraigan a los mejores clientes, los arrendatarios. Un buen inmueble y un buen arrendatario es una opción de negocio de futuro.

Creo que la sociedad que viene sufrirá cambios en los valores actuales, y que de nuevo van a implantarse valores que se habían descuidado. Hasta hace poco todo comercial vendía inmuebles, hoy sólo venden los mejores. Se mantienen en la brecha los que conocen en profundidad sus mercados, sus profesiones y realizan políticas y estrategias de futuro. En la moda, existe un oficio que se llama ‘captadores de tendencias’, pues el mercado terciario deberá moverse por los mismos caminos. Hay dos puntos muy significativos para mí en la evolución del mercado de servicios que serán esenciales para que estas empresas sean eficaces.

El primer punto se basa en la oferta de especialistas independientes de alto nivel, que trabajen para empresas y realicen trabajos más productivos.

El segundo punto es cambiar las estructuras salariales de las empresas. La vida de una empresa no puede ser independiente de su equipo humano. La producción la generan todos, y los sueldos tienen que estar acorde con ello: a mayor producción mayor salario. Así como también individualizar la contabilización de trabajo de cada asalariado. Existe una desidia laboral, con una total falta de motivación que hace que muchas empresas quiebren, no por la crisis, sino por sus empleados. En NCI no vamos a caer en ello.

Para Carlos Torres, la incorporación de Isabel a NCI “supone una mayor diversificación del mercado”. Además, explica que “administrar significa contar con la confianza del cliente, lo que conlleva también que se encarguen de la comercialización de dichos inmuebles si se da el caso, sin olvidar que NCI es una inmobiliaria de empresa”.