Mateu & Solé, Comexi y Gumix, galardonadas por Amec

01/03/1995

Mateu & Solé, Comexi y Gumix, galardonadas por Amec

El pasado día 3 de marzo, la asociación AMEC celebró, con una cena en la Llotja de Barcelona, su 25 aniversario. AMEC, denominación mantenida de la original Agrupación de Metalúrgicos Exportadores de Cataluña desde su creación en 1969, es actualmente una federación de 8 asociaciones sectoriales de industriales españoles con actividades de exportación. El sector de la maquinaria para plásticos está organizado en el marco de Imapc (Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria para Plásticos y Caucho).
Esta conmemoración dio lugar a la entrega de la medalla de plata individual de AMEC que recayó en la persona de Felip Rebled, expresidente de Imapc, del salón Equiplast y director comercial de Comexi. Dicho galardón se otorga en reconocimiento a las personas que se han distinguido por su apoyo a la asociación. Por otra parte, la empresa Mateu y Solé, uno de los pocos fabricantes españoles de maquinaria de inyección supervivientes de la pasada recesión, fue distinguida con la medalla de plata conmemorativa del 25 aniversario de AMEC, que se concedió a las 26 empresas fundadoras y se mantienen como miembros. Finalmente, el trofeo Forjador de la Exportación del Imapc recayó en la firma Gumix.
El conseller de trabajo de la Generalitat de Cataluña, Ignasi Farreres, excusó la ausencia de Jordi Pujol, quien se encontraba en Gran Bretaña precisamente en funciones de fomento de la exportación. Sus palabras incidieron especialmente en la utilidad de las ayudas oficiales a la exportación, la preocupación por los costes laborales y el déficit público.
El acto fue clausurado por Apolonio Ruiz Ligero, secretario de estado para el comercio, quien animó a los empresarios a intensificar su internacionalización y destacó el esfuerzo realizado por su departamento al conseguir mantener, a pesar de las repetidas restricciones presupuestarias, los presupuestos del ICEX (Instituto de Comercio Exterior). Su parlamento sirvió no sólo de clausura formal, sino que permitió confirmar la sintonía existente entre el gobierno central y los empresarios catalanes: los aplausos al discurso del secretario de estado fueron los más dilatados.