Un sector con un millón de empleados
En España, la distribución del empleo del metal por ramas industriales en los últimos tres años ha sido la siguiente:
Fuente: Encuesta de Población Activa -EPA- (INE) y Confemental
En nuestro sector, los indicadores de empleo durante el 2000 mantuvieron la tendencia a la baja que ya venía perfilándose desde 1999, con tasas de variación en todos los segmentos del metal sensiblemente menores que en años anteriores. Durante el 2001, la situación se agravó, con tasas de variación negativas, hecho que no sucedía desde 1994, llegando a registrarse en las oficinas del INEM un 1,9 por ciento de parados en la industria del metal. La de estos tres últimos años, especialmente el 2001, es una coyuntura recesiva que afecta en general al sector, no sólo en los aspectos de crecimiento del empleo, sino también en cuanto a índices de producción y comercio.
Por subsectores, los que se han mantenido más estables frente al descenso general de la capacidad generadora de empleo durante el año 2001, han sido sobre todo la Fabricación de instrumentos de precisión (13,4 por ciento) y la de Maquinaria y Equipos mecánicos (8,1 por ciento). Con todo, hay que reconocer que las tasas de crecimiento de estos sectores son bastante bajas, como corresponde a un clima de desaceleración económica como el que atravesamos. A la inversa, los sectores más afectados en el aspecto empleo por esta difícil situación durante el año pasado han sido los de Fabricación de maquinaria de oficina y equipos informáticos (- 21,4 por ciento) y Material Electrónico (-11 por ciento).
En el ámbito de Cataluña, el porcentaje de paro en este año en el sector industrial global es el más elevado en el conjunto de la economía, frente al de agricultura y servicios. En este sentido, la crisis económica se esta dejando sentir con especial incidencia en la industria catalana, con un porcentaje de paro registrado según el IDESCAT que ha pasado de 5,8 por ciento en el primer trimestre del 2001 a un 8,4 por ciento en el mismo periodo para el año 2002. Como puede observarse en la tabla 2, también en la industria catalana se ha frenado la generación de empleo, con tasas de variación negativas en metalurgia (-4,3 por ciento) y maquinaria (-2,0 por ciento) entre este año y el anterior.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Institut d'Estadística de Catalunya
Cataluña es la Comunidad Autónoma que posee un mayor peso en el volumen de empleo metalúrgico en el contexto nacional. El número medio de ocupados por provincia alcanza los mayores niveles en Barcelona, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta, como ya hemos visto, que la mayoría de las empresas catalanas del metal están situadas en esta provincia. En la Tabla 4 se aprecia cómo el número de empleados en el sector metalúrgico catalán se ha incrementado ligera pero sostenidamente en Barcelona, durante el período 1999-2001. Hay que mencionar especialmente el incremento en tres años de trabajadores del metal en la provincia de Lleida, que prácticamente se duplicó en el paso desde el 99 al año 2001.
Formación
Los perfiles formativos de los trabajadores del metal para el contexto catalán y español son asimilables en gran medida, teniendo en cuenta la enorme representatividad de Cataluña en el sector metalúrgico nacional. En la industria catalana en general, los niveles de los empleados son mayoritariamente de Educación Secundaria y Superior (78,04 por ciento), representando el resto, Educación primaria y casos de analfabetismo el 21,96 por ciento. Existe un dato muy llamativo, aparecido en un estudio realizado en 1998 por la Fundación Forcem sobre la Formación en las Pymes del Vallès Occidental, que nos revela un 13,1 por ciento de personal directivo de empresas con un grado de formación equivalente a Primaria. Pese a que el estudio no está específicamente orientado sobre el sector metal sino sobre la totalidad de industria, la fuerte presencia de empresas de metalúrgica en la zona objeto de estudio hace interesante que se dé a conocer este dato aquí. A pesar de que más de la mitad, un 58,7 por ciento, de los directivos tienen estudios superiores, un porcentaje de directivos con Primaria como el que acabamos de ver nos indica una característica interesante del colectivo empresarial directivo, que se explica en parte porque puede corresponderse con el caso de antiguos trabajadores del sector, con niveles de formación reglada inicialmente elementales, que se independizan y terminan fundando sus propias microempresas, sobre la base de los conocimientos de tipo práctico adquiridos.
Fuente: Confemetal 2001
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Confemetal 2001
Fuente: INE-Encuesta Población Activa 2001
Hecha esta matización, en referencia a la tabla 5, se observa que en el contexto nacional las diferencias entre sectores del conjunto metalúrgico en cuanto a nivel de instrucción se manifiestan a su vez en forma de diferencias en los porcentajes de estudios completados por los trabajadores, que se deben en gran medida a la naturaleza de las tareas asociadas a cada uno de los procesos productivos y a la proporción de operarios y cuadros directivos en cada empresa.
Los perfiles formativos de los trabajadores del metal para el contexto catalán y español son asimilables en gran medida, teniendo en cuenta la enorme representatividad de Cataluña en el sector metalúrgico nacional
En todos los sectores menos el de material y equipo eléctrico y óptico, los mayores porcentajes de estudios de los trabajadores se sitúan en la Educación Primaria y en la Primera etapa de la Educación secundaria y de la Formación e Inserción laboral. Estos grados se corresponden con los perfiles más tradicionales de operarios de industria. Ello se explica en parte por la edad de los operarios, ya que muchos de ellos pertenecen a generaciones que se integraron en el mundo laboral industrial hace décadas, en un período en el que los procesos productivos exigían una formación correspondiente más bien elemental.
No obstante, se perciben diferencias de proporciones según sectores concretos. Así, el sector de la metalurgia es el que presenta menores niveles formativos en la escala de estudios, puesto que la mayoría de sus empleados se concentra entre la educación primaria y la primera etapa de la secundaria, con proporciones mucho menores en niveles educativos más altos, especialmente en el de estudios universitarios, donde presenta el porcentaje más bajo frente al resto de sectores productivos. Ello puede leerse desde el punto de vista que antes se señalaba, referido a que, frente a otros sectores más jóvenes, las tareas de los procesos productivos de la metalurgia no han variado notablemente en el tiempo, por lo que sus niveles de exigencia formativa se corresponden hasta cierto punto con niveles de formación elementales.
En el sector de Industria de material y Equipo eléctrico y Óptico esta situación se invierte ya que son los tramos más altos educativos los que superan en proporción a los más bajos. Resulta especialmente notable el porcentaje de titulados superiores que hay en este tipo de industria, con un 40,4 por ciento. En parte, estos niveles formativos más altos se pueden contemplar como resultado del mayor grado de innovación tecnológica de esta industria, más joven que otras y por ello con procesos productivos que requieren una mayor especialización y formación de sus empleados, especialmente los operarios
Con todo, desde la realidad de las empresas la formación no se comprende exclusivamente en términos de titulación, ya que un aspecto decisivo de ésta, que no se refleja en las estadísticas sobre niveles formales de instrucción, es el de la adecuación a las tareas específicas de los puestos de trabajo. Esta adecuación, absolutamente decisiva para el funcionamiento de la empresa, es de naturaleza práctica y se lleva a cabo a través de la formación continua de los trabajadores en diferentes puestos y con diferentes tipos de maquinaria. La especialización de los trabajadores, en síntesis, es un importante reto del sector metalúrgico, sobre todo teniendo en cuenta que en su forma tradicional la titulación obtenida no siempre garantiza el conocimiento práctico de tareas concretas y por lo tanto una adecuación completa a las necesidades reales de los procesos productivos.
En este sentido, se detecta dentro del sector la percepción general de que resulta crecientemente difícil encontrar operarios especializados, con un conocimiento alto en tareas muy definidas, aunque este tipo de profesionales son cada vez más necesarios, conforme los procesos productivos se van diversificando y transformando los entornos técnicos de trabajo.
Se detecta dentro del sector la percepción general de que resulta crecientemente difícil encontrar operarios especializados, con un conocimiento alto en tareas muy definidas
Se trata, por tanto, de un problema complejo que requiere la implicación del sector patronal, de los sindicatos y de las instituciones educativas en este objetivo común para los próximos años. El problema de la formación es un punto prioritario en la agenda de futuro del sector. Desde el punto de vista de la realidad práctica del sector, no puede considerarse que la formación avance teniendo exclusivamente en cuenta la titulación final de los estudios, sino sobre todo hay que dirigir esfuerzos a la concertación de los contenidos de la enseñanza profesional, especialmente en su parte más practica, respecto a las necesidades reales del trabajo en las industrias. Y en el caso de la industria del metal es especialmente importante incrementar el número y variedad de cursos de formación dedicados al sector, que está quedando rezagado en cuanto a subvenciones públicas en comparación con otros sectores industriales.
En abril de este año, CC.OO., UGT y Confemetal firmaron un importante Acuerdo sobre Formación y Cualificación Integral para el Sector del Metal
En la actualidad, comienzan a ponerse en marcha actuaciones conjuntas entre sindicatos y empresarios en torno a este desafío compartido, que hasta cierto punto serían indicativos de una conciencia creciente en torno a la importancia de la problemática formativa en la industria del metal. En esa línea, en abril de este año, CC.OO., UGT y Confemetal firmaron un importante Acuerdo sobre Formación y Cualificación Integral para el Sector del Metal.
El acuerdo es el primero de este tipo que se firma en España y abre una vía innovadora para estructurar una oferta integrada de formación, orientación, cualificación y promoción en la Industria del Metal. Este acuerdo ha sido concebido como un instrumento para la adaptación permanente de las estructuras formativas a las necesidades de cualificación demandadas realmente por el mercado de trabajo y para facilitar la movilidad y promoción profesional.
El acuerdo nace en el marco de reformas institucionales tales como el II Plan Nacional de Formación Profesional, la constitución del Instituto Nacional de las Cualificaciones, la puesta en marcha de sistemas de formación profesional integrales a nivel autonómico y la tramitación de la nueva Ley Orgánica de La Formación Profesional y de las Cualificaciones. Asimismo, contempla un destacado papel proactivo de las organizaciones empresariales y sindicales en el diseño de las políticas y programas formativos, incluyendo la gestión misma de estos programas mediante acuerdos concretos con la Administración en materia formativa de la mano de obra.
Según la intención declarada por sus firmantes, el acuerdo tiene los siguientes objetivos principales: en primer lugar, el desarrollo y actualización de las capacidades profesionales de los trabajadores y empresarios, para determinar las cualificaciones y competencias profesionales específicas del sector de metal, como base para la posterior identificación de la formación, orientación e inserción profesional adecuadas a las necesidades de trabajadores y empresas. En segundo lugar, la instrumentación de un sistema capaz de lograr un tratamiento global, coordinado y flexible de las políticas activas de empleo, que oriente y promueva la formación hacia las necesidades de los procesos productivos y el mercado de trabajo del sector.
En consecuencia, a la vista de la articulación de este acuerdo y de la implementación de las reformas institucionales que le dan marco, puede considerarse que el sector está comenzando a reaccionar oportunamente y a tiempo frente al desafío de formación de mano de obra que resultará de crucial importancia en un futuro inmediato cara al desarrollo de este importante conjunto de industrias en España
