La uva embolsada del Vinalopó necesita modernizarse

La campaña de uva embolsada del Valle del Vinalopó pasó 'sin pena ni gloria'. Tuvo un inicio malo en precios, pareció recuperarse, y nuevamente cayó en su recta final. La mejora de la calidad, y la modernización de las estructuras y de las técnicas de trabajo son las asignaturas pendientes de esta producción en breve plazo si se pretende sobrevivir. La campaña finalizó con un nuevo decaimiento de los precios, cerrándose así la mala perspectiva con la que se inició (con valores de 80/85 pesetas por kilo en la variedad Ideal). La mejoría que pareció apreciarse en el ecuador de la campaña, cuando se alcanzaron cotizaciones de 100 y 115 pesetas por kilo, no logró consolidarse, por lo que la rentabilidad para los productores fue muy baja, lo que se aprecia teniendo en cuenta que los costes de producción se sitúan entre las 60 y las 70 pesetas por kilo. La fuerte competencia de la uva italiana fue determinante. En Italia se investigan actualmente en nuevas variedades competitivas con la uva del Vinalopó durante toda la campaña. Además, la presencia de la uva italiana no parece resentirse con el transporte. Finalmente, a los italianos les acompañó en la presente campaña la bonanza meteorológica. Los productores de uva del Vinalopó esperaban una cosecha excepcional, pero como consecuencia de una primavera y un verano secos y muy cálidos, las expectativas no se han confirmado y las estimaciones más conservadoras apuntan una reducción de cosecha de entre el 10 y el 15%. Respecto de la calidad, tampoco ésta ha respondido a lo esperado, ya que la meteorología no acompañó. Aún así la calidad media es, como acostumbra, excepcional. Dentro de la Denominación de Origen existe una producción de 22 millones de kilos de uva. El 80% de la producción está embolsada y esto supone que en la D.O. hay inscritos actualmente unos 1.500 agricultores y unas 4.000 hectáreas. El 80% de la uva está asegurada, con uno de los índices más altos del sector hortofrutícola. El 70% de la producción está destina al consumo estatal, mientras que el 30% restante se dedica a la exportación. La reconversión varietal frenando la degeneración, ponerle freno a la virosis, que se extiende sin problemas, y solucionar los problemas de agua son los retos más inmediatos para este sector.