Un robot de ordeño, basado en el comportamiento social del vacuno, gana el Concurso de Innovación de GandAgro

Según el jurado, el robot considera por primera vez el comoportamiento social como base de diseño del equipo, característica que lo hizo merecedor del premio. En este sentido, la entrada y salida de las vacas se realiza en línea recta, un cambio que es mucho más fácil de entender por el animal, estimándose un aumento de visitas al robot del 10%.

A esta mejora se suman otras cuatro relacionadas con la funcionalidad, seguridad alimentaria y economía. Así, sus bombas de leche no emplean paletas que lo golpean fragmentando la cadena de ácidos grasos, sino que funcionan como nuestro corazón, una cavidad que se contrae y mueve la leche sin golpearla. Además, el robot cuenta con una cámara infrarroja 3D para controlar los movimientos del animal; un sistema que permite realizar una pulsación dinámica en función del flujo de la leche; y una modularidad mediante la cual el robot se convierte en dos unidades, una con el sistema de vacío y de limpieza y otra robotizada con el sistema de ordeño.

El robot, de la fima Lely, tiene en cuenta, por primera vez, el comportamiento social del animal lo que incrementa el número de entradas. Esta característica diferenciadora lo hizo merecedor del primer premio a la innovación.

La otra mención se la llevó un intercambiador recuperador de calor de Rosber, firma de Sarria (Lugo), mediante el cual todo el aire caliente de una granja atraviesa el intercambiador y cede a su calor antes de salir al exterior, disminuyendo así los consumos de propano en las explotaciones avícolas entre un 30 y un 50%. Su sencillez, eficacia y fácil aplicación fueron los motivos del jurado para reconocerla.

En el concurso 'GandAgro Innova' participaron un total de 15 innovaciones (un 50% más que en la pasada edición) orientadas a mejorar el rural y optimizar sus recursos. Procedentes de diversos puntos de la geografía española y de Portugal, todas ellas se exhibieron en el certamen.

Las innovaciones presentadas fueron examinadas por un jurado conformado por nueve expertos que representaban a otras tantas instituciones y entidades. Estas fueron el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Galicia, la Facultad de Veterinaria de Lugo, el Consello Superior de Investigaciones Científicas de Galicia, el Parque Tecnológico de Galicia, la Escuela Politécnica Superior de Lugo y el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo.

Asimismo, también formaron parte representantes de la Dirección Xeral de Produción Agropecuaria y la de Innovación e Industrias Agrarias e Forestais, ambas pertenecientes a la Consellería do Medio Rural; y la Dirección Xeral de Investigación, Desenvolvemento e Innovación, de la Consellería de Economía e Industria.