A pesar de la caída de los precios respecto a 2019, JARC señala que el sector porcino cierra 2020 con datos históricos

En 2019, la aparición y expansión de la Peste Porcina Africana (PPA) en el continente asiático, especialmente en China, hizo que las cotizaciones aumentaran hasta llegar a la cifra histórica de 1,357 €/kg vivo de cotización media anual gracias al valor de las exportaciones catalanas. Precisamente este efecto hizo que iniciáramos 2020 con el mercado mucho más al alza de lo habitual, sobre todo teniendo presente que durante los meses de invierno no se producen los mejores números del año, hecho que hacía presagiar unos resultados anuales más excepcionales que mejorarían, en menor o mayor medida, los del año anterior.

A principios de año, siguiendo su dinámica anual, las cotizaciones fueron aumentando hasta llegar a un valor máximo de 1,540 €/kg vivo en las semanas 10 y 11, correspondientes a marzo, quedando por delante los meses de verano, donde se acostumbran a lograr los valores más altos –hecho que generó un clima de optimismo–.

Evolución cotización cerdo normal en Mercolleida (€/kg). Elaboración propia de JARC con valores de las cotizaciones semanales de Mercolleida.

Pero justo en la semana 11 todo cambió, con la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y el estado de alarma. A pesar de que el sector porcino no ha sido de los sectores más afectados por el cierre del canal Horeca, la situación provocó momentos de incertidumbre que se tradujeron en la caída del precio de las lonjas, algo que se ha arrastrado todo el año, también afectado por las cotizaciones a la baja en el mercado alemán debido a los positivos en PPA. Aun así, las exportaciones en 2020 se han mantenido a un ritmo superior que en 2019. Este dato es muy relevante en Catalunya ya que se exporta más del 75% de la producción y, por lo tanto, ha sido a precios inferiores.

Todo esto ha provocado que, aunque la cotización media de la lonja de Mercolleida en 2020 haya sido de 1,324 €/kg vivo (una cifra histórica), deje un cierto sabor amargo por no haber podido lograr las previsiones iniciales.

Según los datos facilitados por el Depatament d’Agricultura de la Generalitat de Catalunya, el margen de beneficio anual medio de las empresas integradoras, cooperativas y ganaderos no integrados ha sido de 23 céntimos de €/kg vivo.

Datos económicos del sector porcino 2020. Elaboración propia de JARC. Fuente: Observatori del porcí DARP.

Este valor dista ligeramente del calculado por JARC, que establecía un valor medio de margen anual de 20,4 cm de €/kg vivo. En ambos casos, se trata de un margen muy positivo. Por cerdo engordado se situaría en 26,23 y 23,26 respectivamente, teniendo en cuenta que el peso del sacrificio en Mercolleida ha sido de 114,06 kg, aproximadamente.

Este contexto de bonanza contrasta con el de los ganaderos integrados, que actualmente cobran entre 12 y 14 € por cerdo engordado –en el mejor de los casos–. Desde JARC aprovechan el buen momento que vive el sector del cerdo para pedir que se revisen los contratos de integración y se aumenten los precios percibidos por los ganaderos.

El contrato de integración homologado se publicó el pasado mes de diciembre sin que JARC hubiera tenido constancia de que se trabajaba en su inminente publicación. La organización agraria ha declarado que no está de acuerdo con el documento porque no recoge todos los aspectos clave para proteger a los ganaderos y definir responsabilidades.

Desde la entidad se ha pedido al dARP por escrito la modificación del contrato homologado de integración para que incorpore las siguientes peticiones:

- El integrador debe hacerse cargo de los costos derivados de la gestión de las deyecciones, ya que es el responsable de los aspectos técnicos de manejo de los animales, y de las dietas, es decir, de la cantidad de nitrógeno y deyecciones producidas por estos motivos.

- Siempre que no haya negligencia, el integrador se debe hacer cargo del servicio de retirada de cadáveres de la explotación y el consiguiente seguro.

- Debería fijar quién se hará cargo de la indemnización de la persona integrada –en caso de vacío sanitario– y cubrir la pérdida económica, de igual manera que contempla la compensación por daños por parte del integrador de forma proporcional a los días que los animales están en la explotación.

La organización agraria pide a los operadores que están comprando tantos lechones y cerdos para el sacrificio provenientes de países con casos positivos en peste porcina africana, que tengan sentido común y visión de futuro y no solo a corto plazo: “Hace falta pensar con la cabeza y no con el bolsillo”, dice el jefe sectorial del Porcino, Jaume Bernis.

“Mientras una parte del sector se esfuerza en el cumplimiento de la normativa sobre medidas de bioseguridad”, añade Bernis, “otros están jugando con fuego y poniendo en riesgo a todo el sector porcino español”. Los datos de octubres se cifran en 1,11 millones de toneladas exportadas con un valor de más de 3.252 millones de €, un 13,1% superior en volumen a fechas de 2019, y 19% en valor.

Con estas cifras, ante la amenaza de la PPC, debemos ser conscientes que nos jugamos mucho, y más si tenemos en cuenta el alto porcentaje de exportaciones a terceros países (cerca del 95%) que se perderían en caso de producirse un positivo en nuestro territorio.

“Los ganadores, lo único que podemos hacer es continuar con nuestra excelente labor que tanto prestigio nos da a nivel mundial y aprovechar parte de los márgenes de beneficio obtenidos los últimos años para proteger nuestras explotaciones invirtiendo en bioseguridad”, argumenta Bernis.

En este sentido, por ejemplo, el beneficio obtenido este 2020 en una granja con 500 madres y 12.000 cerdos de engorde de producción anual sería de 279,216 €, según los cálculos de JARC, y de 314.808, según datos del DARP.

A pesar de este beneficio, JARC recuerda a la Administración que los ganaderos se ven obligados a realizar muchas inversiones a causa de la entrada en vigor de nuevas normativas, como pueden ser el Decreto de Deyecciones, Nitrógeno de Referencia, DAN, DUN, MTD o Zonas Vulnerables, entre otros. Estos gastos no se contemplan en ningún sitio: “Los beneficios acostumbran a ser, en realidad, muy diferentes de los del papel”, remarca Bernis.

Por este motivo, la entidad continuará exigiendo a la Administración que no huya de su responsabilidad y que aumente los niveles de bioseguridad en Catalunya con la reducción de la población de jabalíes, el control exhaustivo del transporte de animales que entran en el Estado o la trazabilidad de los cerdos que llegan al territorio, entre otros.