Bienestar Animal: una apuesta por la transparencia y la confianza de los consumidores

Cada vez más organizaciones optan por la certificación de Bienestar Animal de AENOR basada en el Protocolo Welfare Quality. Se trata del certificado que mayor confianza despierta debido a su rigor científico y porque las auditorías se basan, entre otros parámetros, en la observación directa del animal y de sus condiciones de vida.

Durante las últimas tres décadas, la industria alimentaria ha evolucionado y revolucionado sus procesos, convirtiéndose en uno de los sectores productivos de los que más información demandan los consumidores. Esta transparencia entre productores y clientes finales es fruto de los valores emergentes de la sociedad por el respeto y cuidado de los animales destinados a la producción de alimentos, así como por la sostenibilidad de los productos alimenticios en todas las fases de producción, desde la granja hasta la mesa.

La tendencia es garantizar que los productos de origen animal para el consumo humano poseen un equilibrio entre el manejo y cría de los animales, y la producción de alimentos. En este escenario, los productores son conscientes de que cada vez es más necesario facilitar información de calidad sobre los productos que respondan a las necesidades y valores de los consumidores. Hoy por hoy, proporcionar información clara, rigurosa y, sobre todo, contrastada por un tercero independiente, es, más que un privilegio, un compromiso con la sociedad.

Este movimiento se refleja en informes publicados recientemente. Según el estudio de GFK Brandfulness ‘El nuevo reto de las marcas: la responsabilidad 360º’, hoy en día los consumidores exigen a las marcas que sean honestas. Es decir, que les ofrezcan toda la información previa posible en sus decisiones de compra; que tomen partido por ciertas causas; y, además, que les ayuden a consumir de forma sostenible. En ese mismo sentido, el informe ‘El consumidor de productos cárnicos’, realizado por AECOC Shopperview en 2018, destaca que los consumidores demandan más sellos de calidad de las carnes, tanto en los aspectos relativos al bienestar animal como aquellos centrados en las certificaciones ecológicas.

Un 35% de los encuestados manifestó que aumentaría el consumo de carnes si el producto llevara el sello de bienestar animal y un 32%, si se tratara de uno de producto ecológico. En este sentido, entre los consumidores encuestados, el 22% de ellos señalaron haber dejado de consumir carne por temas relacionados con el bienestar animal y el 15%, por motivos ecológicos.

La Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) describe el bienestar animal como “el modo en que un animal afronta las condiciones en las que vive”. Con esta orientación se creó el Protocolo Welfare Quality, un proyecto de investigación de la Unión Europea basado en la integración del bienestar de los animales en la cadena alimentaria, siendo uno de sus objetivos la implantación de un sistema de valoración que otorgue transparencia e información clara al consumidor sobre el manejo de los animales.

El Protocolo Welfare Quality se asienta en cuatro principios: buen alojamiento, buena alimentación, buena salud y comportamiento apropiado. A su vez, dentro de estos principios se han identificado 12 criterios: ausencia de hambre prolongada, ausencia de sed prolongada, confort durante el descanso, confort térmico, facilidad de movimiento, ausencia de lesiones, ausencia de enfermedades, ausencia de dolor causado por el manejo, expresión de la conducta social, expresión de otras conductas, buena relación hombre-animal y estado emocional positivo. Al ser medidas centradas en el propio animal, el protocolo se puede aplicar a los distintos sistemas de cría o marcos normativos, ya que será el propio animal el que muestre su estado. La estructura del protocolo y sus resultados han supuesto un paso fundamental en la forma de entender el bienestar animal en la Unión Europea.

Bienestar Animal contribuye a garantizar la calidad y sostenibilidad del sector.

Para definir estos cuatro principios se crean diferentes criterios y, para evaluarlos, se necesitan medidas. En el caso del comportamiento como medida de bienestar es importante conocer la conducta típica de la especie, el del individuo en solitario y el del grupo social. La aparición de comportamientos adquiridos anómalos indica que el animal no consigue adaptarse a las condiciones que se le imponen.

En el principio de buena alimentación hay dos criterios: la ausencia de hambre y de sed prolongada. Para la ausencia de hambre prolongada se podría evaluar el estado de los comederos y la comida que hay en el momento de la visita, etc. Sin embargo, el Welfare Quality parte de la premisa de valorar el bienestar de los animales, no sólo poniendo el foco en las instalaciones, sino que se centra en su condición corporal.

Debido al concepto multidimensional del bienestar animal, no existen indicadores aislados, todas las medidas de Welfare Quality se encuentran interrelacionadas al entender que la evaluación del bienestar animal es un conjunto de todos ellos. Por ejemplo, un manejo de la alimentación incorrecto puede desencadenar problemas digestivos, de condición corporal o comportamentales, dando lugar a unas evaluaciones complejas que deben ser realizadas presencialmente por auditores expertos y, cuyo resultado final supone una garantía sobre el estado en el que se encuentran los animales objeto de la evaluación, así como de la gestión y manejos realizados sobre los mismos.

La certificación AENOR de Bienestar Animal basada en el Protocolo Welfare Quality contribuye a garantizar ese compromiso por parte del sector, otorgando transparencia, rigor y confianza en toda la cadena alimentaria. Por ello, en 2014, AENOR apostó por el bienestar animal convirtiéndose en la primera entidad de certificación en desarrollar la actividad de evaluación de este protocolo en España.

En cinco años ha concedido el certificado de Bienestar Animal a más de 4.500 operadores de la cadena alimentaria. Actualmente dispone de auditores autorizados y calificados por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA), dueño del esquema y miembro de la Welfare Quality Network, en prácticamente la totalidad de las especies animales objeto de evaluación.

Para conseguir este certificado se realizan valoraciones bajo un sistema de puntuación. La marca se otorga bajo la premisa de la obtención de una puntuación mínima requerida, partiendo del cumplimiento con la legislación vigente en materia de bienestar animal. Además, se presta especial atención al control interno por parte de las empresas, así como la implantación de un sistema de trazabilidad que asegure que únicamente los productos que han superado favorablemente los criterios de certificación puedan hacer uso de la Marca AENOR Conform en los envases de producto final.

La certificación de Bienestar Animal contribuye a garantizar la calidad y sostenibilidad del sector ya que se ha demostrado que los productos que provienen de animales con un mejor bienestar ofrecen mayor calidad y mejores rendimientos, contribuyendo a un consumo y utilización más sostenible de los recursos del entorno. Por eso, los productos que llevan la certificación de AENOR, generan confianza y seguridad a los consumidores. Sólo así se garantiza el compromiso en esta materia por parte del sector alimentario con los consumidores que libremente deciden optar por productos de origen animal.

En este sentido, la certificación se ha convertido en una gran aliada para generar transparencia al apostar por la incorporación del bienestar animal en la cadena alimentaria. La marca AENOR Conform de Bienestar Animal ayuda a decidir al consumidor qué productos dan respuesta a sus necesidades y valores, ya que proporciona una información clara, rigurosa y, sobre todo, contrastada por un tercero independiente.