La llamada ganadería de precisión se revela fundamental para garantizar una producción de calidad

La jornada giró en torno a tres ejes temáticos: la ganadería de precisión, el bienestar animal y la eficiencia. Según Manel Rubio, el director del Livestock Forum, “son cuestiones de plena actualidad para el sector por la gran influencia que tienen en el éxito o no de una explotación ganadera”. En este sentido, la aplicación de las nuevas tecnologías en el manejo y gestión particularizada de cada uno de los animales que viven en la granja, que ha dado lugar a la llamada ganadería de precisión, se revela fundamental para garantizar una producción de calidad. La modernización de las granjas, con la implementación de sensores, micrófonos y cámaras, permite llevar a cabo un control más exhaustivo de los animales y de su estado, lo que contribuye a la mejora en la toma de decisiones del propietario en cuestiones como, por ejemplo, la producción, la alimentación, el gasto energético o la salud.

Después de la inauguración institucional que daba comienzo al evento, el segundo Livestock Forum arrancó con la ponencia de Andrea Rosati, secretario general del EAAP, que abordó el rumbo de la producción ganadera. Concluyó su presentación afirmando que hay que luchar por algo que sea medioambientalmente responsable, dado que “con el aumento masivo de solicitudes de productos de origen animal y las restricciones relativas, las posibilidades de mantener al mismo nivel el medio ambiente y satisfacer la demanda global son limitadas”. Y sentenció: “Las situaciones sociales, técnicas y económicas actuales (y futuras) no favorecen una solución”

Después de Andrea Rosati, y siguiendo los ejes temáticos, la jornada estuvo dividida en dos bloques: por un lado, la ganadería de precisión y, por otro, el bienestar animal y la eficiencia.

El control y el monitoreo de cada unidad de producción es clave para el desarrollo de las familias y modelos del futuro. El diseño de las instalaciones, las herramientas, las medidas y la gestión de datos son clave para crear valor y ayudar en la toma de decisiones.

El primero en abordar el tema de la ganadería de precisión fue el belga Tomas Norton, profesor de la Universidad de Lovaina, con una ponencia titulada ‘uso de las tecnologías para optimizar la producción ganadera’. El monitoreo es uno de los retos para la producción ganadera, aspecto que centró toda la presentación de Norton, sobre todo debido al cambio de las explotaciones ganaderas. Hace años había pocos animales en las explotaciones, con lo que “era fácil conocerlos a todos”, esto ahora no es posible dada la alta densidad de las granjas. Para desarrollar el tema, se centró especialmente en el sistema PLF (‘Precision Livestock Farming’) que brindan a los ganaderos una tecnología basada en sofisticados algoritmos para controlar de manera ininterrumpida a cada animal mediante sensores, cámaras y micrófonos.

Estos sistemas, tal y como afirmó, “han crecido mucho en los últimos años”. Para ilustrar las ventajas de este sistema expuso ejemplos reales como, por ejemplo, el monitoreo del consumo de pienso en pollos de engorde o del estado de salud de cerdos. Norton concluyó su presentación subrayando los beneficios del sistema PLF: “Este sistema ofrece un monitoreo y manejo detallado a tiempo real y totalmente automatizado de los animales en el sector ganadero”. Es, además, una herramienta de gestión activa “que puede llevar al agricultor al animal individual que necesita su atención”. En definitiva, el sistema PLF puede utilizarse para proporcionar a los agricultores una medida objetiva, automática y continua del bienestar de los animales de granja.

Le siguió J.Y. Dourmad, investigador en INRA, que versó su presentación en la alimentación y la nutrición de precisión, centrándose sobre todo en la nutrición en cerdos. Según Dourmad: “Una mejor eficiencia de los piensos es básica para mejorar la sostenibilidad”. Hizo hincapié en la heterogeneidad entre individuos y las variabilidades del cerdo, variabilidad que hay que considerar dado que los requisitos de los animales son diferentes entre uno y otro. Consideró, también, los beneficios de la ganadería de precisión, entre ellos una reducción de costes y un control de la calidad. “Para ello se debe llevar a cabo un nuevo planteamiento de uso de los datos, acompañado de una predicción a tiempo real para determinar los requisitos de la ingesta diaria para un cerdo específico”, aseveró. Finalizó su presentación afirmando que es necesario desarrollar equipos para medir o estimar el cuerpo de los animales, controlar la cantidad de alimento distribuido y medir la ingesta, mezclar diferentes dietas para preparar la proporción individual que se va a alimentar y controlar la calidad del alimento. Así como el desarrollo de herramientas para la toma de decisiones para determinar provisiones óptimas tanto a nivel individual como grupal, y correcciones para las condiciones de hábitat o comportamiento animal.

Para cerrar este primer bloque tomó la palabra Carlos Piñero, veterinario y especialista en Big Data, que trató la gestión de datos y la toma de decisiones basada en esos datos. Comenzó afirmando que “tenemos toneladas de datos a nuestro alrededor que afectan a nuestras decisiones”. ¿Somos capaces de predecir enfermedad a través de datos? Piñeiro sostiene que para predecir son necesarios los datos, y también un sistema de información que aúne herramientas clásicas y modernas. Concluyó afirmando que las TIC's y el IoT lideran y administran el mundo y que el sector seguirá esa línea, y que “estamos en un momento muy emocionante por todo lo que va a llegar”.

A la finalización de este primer bloque se creó un pequeño debate entre asistentes y ponentes, en el que se concluyó que las nuevas tecnologías necesitan aceptación social y que las limitaciones de su implementación radican en la falta de formación de los ganaderos, es conveniente formarlos para estas nuevas tecnologías.

El bienestar animal se ha convertido en un instrumento necesario para mejorar la eficiencia y la competitividad ganadera. Con el objetivo de discutir este enfoque, el segundo bloque analizó el papel del bienestar animal en los sistemas de producción sostenibles, la capacidad de adaptación animal y la evaluación del bienestar en la finca.

Donald Broom, profesor de Bienestar Animal en la Universidad de Cambridge, fue el encargado de abrir este segundo bloque centrando su ponencia en el camino hacia la sostenibilidad. Comenzó su presentación exponiendo la importancia de la sostenibilidad, y que factores pueden llevar a que un sistema sea insostenible. “Un sistema o procedimiento es sostenible si es aceptable ahora y si sus efectos futuros esperados son aceptables”, afirmó. A su vez, según Broom, lo que hace insostenible un sistema de producción de alimentos son “los efectos adversos sobre la salud humana, un mal bienestar de los animales, modificaciones genéticas inaceptables, efectos medioambientales nocivos, un mal uso de los recursos alimentarios mundiales y la ausencia de ‘comercio justo’.

Hizo referencia, también, al concepto de calidad, “un concepto que para las personas ha cambiado, ahora algo es de mala calidad si tiene un efecto negativo. En el pasado, un producto se escogía en base a su precio o su sabor, ahora la decisión se basa en otros factores”. Broom finalizo su presentación afirmando que “en relación con todas las actividades humanas en todo el mundo, habrá una creciente demanda de los consumidores para evitar los efectos adversos sobre el bienestar humano, el bienestar de los animales y el medio ambiente”.

Para tratar la relación existente entre el tamaño de la explotación y el bienestar animal, intervino el canadiense Dan Weay, profesor de la Universidad de British Columbia y referente en bienestar animal. “El tamaño de las explotaciones cada vez tiene más importancia en la mente de los consumidores, generando una preocupación”, afirmó Weay para iniciar su presentación. Uno de los motivos de esa preocupación radica en la creencia de que la tecnología no es buena para los animales y, a día de hoy, las grandes explotaciones “utilizan una tecnología de miedo”. A suvez, como expuso el profesor, “es probable que las granjas más grandes cuenten con una gestión más profesional, incluyendo personal especializado y capacitado, y unos procedimientos operativos estándar”. Concluyó su presentación apuntando, a favor de las grandes explotaciones que estas “se benefician preferentemente de una tecnología que puede mejorar el bienestar, así como de una gestión profesional que reduce algunos riesgos de bienestar”.

Finalmente, y para cerrar este segundo bloque, intervino Toni Dalmau, investigador del IRTA, con una presentación sobre la evaluación del bienestar que arrancó las carcajadas de todos los presentes. Tal y como comenzó afirmando, “es complicado definir el concepto de bienestar animal”. Exiten, por ello, indicadores para medir el bienestar animal como la temperatura del cuerpo, la frecuencia cardiaca o el miedo. Según Dalmau, el problema recae en hablar de emociones cuando se habla de bienestar animal. Tal y como concluyó el investigador, "el bienestar animal responde a un planteamiento multidimensional, en el que hay que combinar diferentes parámetros".

Esta jornada avanzó algunas de las temáticas que se abordarán más ampliamente en 2018, año en que Livestock Forum se convertirá en un evento ferial que contará con una zona expositiva y comercial, con la participación de las empresas líderes que exhibirán sus productos y servicios; un congreso, dedicado al análisis en profundidad de la sanidad animal; y una zona de Innovación.