El brócoli, una hortaliza que gana posiciones en el mercado y en los fogones

Lo aseguran desde la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (Proexport). España es el principal proveedor de brócoli en todo el mundo. Nuestro país produce, según fuentes de ésta organización, cerca de 375.000 toneladas en una superficie de cultivo de alrededor de 30.000 hectáreas, la mayoría (un 75%) explotadas por empresas y cooperativas de la Región de Murcia. Es decir, 22.000 hectáreas. Sólo en la región murciana, el brócoli genera una riqueza económica y social a considerar. Y es que la producción, manipulado y comercialización de esta hortaliza genera más de 8.000 puestos de trabajo directos.

En conjunto, el país exporta casi 230.000 toneladas de brócoli, especialmente a territorio comunitario, por un importe superior a los 200 millones de euros. El 70% de estas ventas proviene de la huerta murciana.

Nuestro país ostenta el 36% de las exportaciones de brócoli que se producen en territorio comunitario, siendo Reino Unido (44%) y Alemania (15%), los principales países destino de este comercio exterior. Pero la influencia de este cultivo no se limita a la Unión Europea. Desde Proexport también recalcan que el 35% de las ventas mundiales de brócoli son españolas. Por debajo, entre los principales exportadores destacan países como Francia, con el 17% de la cuota mundial; Estados Unidos, con el 8,5%, en tercera posición, y por último, Italia, con el 8%.

El cultivo, manipulado y comercialización del brócoli da lugar a más de 8.000 puestos de trabajo en la región murciana. A nivel nacional, no se han facilitado cifras aunque no se debe olvidar que nuestro país es el primer suministrador mundial de esta hortaliza. Foto: + Brócoli.

Por el contrario, entre los principales compradores de brócoli, Estados Unidos ocupa el primer lugar con una participación del 33% (275.000 toneladas). Uno de los motivos sería el creciente consumo de esta hortaliza entre la población estadounidense, que sigue al alza, y posiciona a esta hortaliza entre los 10 productos más vendidos del país. Durante el periodo 1970 a 1994, se pasó de un consumo de 0,7 a 2,5 kilos por habitante y año, según cifras facilitadas por el departamento de Agricultura estadounidense. La producción de brócoli se limita a unas 45.000 hectáreas, en todo el país.

Por debajo de Estados Unidos, el Reino Unido se sitúa como segundo mayor comprador mundial de brócoli (153.000 toneladas), con un 25% de cuota. El brócoli empieza a ser un alimento cada vez más habitual en las mesas británicas, por lo que se consumen del orden de 3,5 kilos por habitante al año. Cerca de 180.000 toneladas anuales en todo el mercado británico.

Alemania, por su parte, ocupa el tercer lugar como mayor importador de brócoli, con el 9,9% de las importaciones globales. En la actualidad, el país germano absorbe el 15% de las exportaciones españolas, según Proexport, y registra un consumo cercano a los dos kilos por cápita.

El brócoli ha empujado a nuestro país a las primeras posiciones de exportadores hortofrutícolas del planeta. Si su peso comercial empieza a ser considerable, cabe subrayar también el mayor interés que despierta entre profesionales de la cocina, e investigadores expertos en nutrición. Así se pudo constatar, hace apenas unos meses, durante la III Conferencia Europea del Brócoli, organizada por el grupo Sakata Seed Ibérica, en el marco de Fruit Attraction. El evento, a finales de octubre, se centró en difundir, entre el público asistente las bondades culinarias y nutricionales de esta hortaliza. Por un lado, se programaron demostraciones, con las que se transmitió el mensaje acerca de lo fácil que es preparar brócoli y sacarle “todo el jugo” en los fogones: desde cómo floretear las pellas de brócoli según el plato que se vaya a preparar hasta la realización de sofisticadas recetas con el brócoli como ingrediente principal. Por otro lado, diversos ponentes abordaron las supuestas propiedades funcionales de esta hortaliza en la salud de los consumidores. Para ello, se basaron en estudios que demuestran el poder anti-cancerígeno del brócoli, y toda la familia de las crucíferas, debido a su elevado contenido en antioxidantes (glucosinolatos y carotenoides), por lo que se convierte en un alimento clave en la lucha contra el cáncer.

De las propiedades beneficiosas sobre la salud del brócoli ya dieron buena cuenta civilizaciones antiguas. Griegos y romanos consideraban al brócoli –y a las coles en general– como unas hortalizas medicinales y curativas. Unas creencias que, con el paso del tiempo, se han visto respaldadas por numerosas investigaciones y estudios científicos.