Análisis de la situación censal y la prolificidad de las explotaciones de la raza Montesina
La Asociación Nacional de Criadores de Oveja Montesina (Acrimon) comenzó el mes de marzo celebrando las jornadas técnicas de la raza. Entre otros temas, se analizó la situación actual de la raza Montesina, la cual en los últimos años ha consolidado censos y aumentado el número de criadores
Aunque el criterio censal actualmente preocupa un poco menos a la asociación, esta raza dista mucho para ser catalogada como no amenazada, principalmente por los siguientes motivos:
- Si bien el número de criadores está subiendo ligeramente, aproximadamente un tercio de los efectivos de esta raza son propiedad de personas ya jubiladas, sin relevo generacional. Tampoco se vislumbra relevo en los socios que están en activo.
- La atomización de los rebaños, distribuidos en tres comunidades autónomas, dificulta enormemente el flujo genético entre ellos.
- Aún existe un lucro cesante que no es totalmente compensado por las ayudas provenientes de los PDR.
- La incertidumbre con la tramitación, continuidad y burocracia de las ayudas se muestra como un factor negativo.
Entre otros asuntos, se trató el tema de la prolificidad. En la raza Montesina y, junto a los aspectos que intervienen en ella, es un factor a tener en cuenta en algunos rebaños de la raza, aunque en épocas o zonas de escasez puede ser menos deseable. Acrimon se muestra como vertebradora de este sector ovino con las herramientas del Libro Genealógico y del Programa de Cría, eminentemente de Conservación. La herramienta informática Redil, desarrollada por la empresa Gescan Programas de Cría, está en continua actualización y el ganadero debe ser parte muy activa en el tratamiento de sus datos.
También hubo espacio fuera de los temas técnicos. Al finalizar hubo una degustación de cordero Montesino que nos preparó el chef del Restaurante Angel. Los platos fueron caldereta de cordero, chuletillas a la brasa y piernas al horno. Al finalizar, los asistentes pudieron visitar una ganadería en la localidad de Huelma, propiedad de Jesús Carlos Justicia González.
