Situación actual y perspectivas del mercado de materias primas para la alimentación del ovino

La Asociación de Fabricantes de Piensos Compuestos de Castilla y León (Asfacyl) cuenta con 51 asociados, con empresas de diverso tamaño y tipo de empresas: desde pequeñas empresas, pasando por cooperativas y multinacionales. Es un sector que está compuesto por especialistas en la fabricación de piensos. Representamos más del 90% de la producción regional, mientras que Castilla y León es el tercer productor nacional.

Asfacyl está integrado en la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos Para Animales (Cesfac).

España está en el sexto lugar en producción mundial de piensos. Esta fabricación se reparte en varias comunidades autónomas. Las tres principales son Cataluña, Aragón y Castilla y León, seguidas por Andalucía, Galicia, Murcia, Castilla-La Mancha… En total, España fabrica unos 36 millones de toneladas de pienso compuesto.

Casi la mitad del pienso (48%) está en el sector porcino, un 21% corresponde al sector bovino, un 18% es avicultura y un 6% es el ovino.

Respecto a las materias primas, la media de las cosechas en España en los últimos treinta años es de 18 millones de toneladas, pero como se ha dicho con anterioridad, se fabrican 36 millones de toneladas de pienso. Por lo tanto, en función del año, siempre tenemos que importar. España es un país que depende de las importaciones de cereales y materias primas, lo que condiciona su fabricación.

España es un país dependiente de los mercados exteriores, lo que provoca que las coyunturas nos puedan afectar más. Se importa materia prima para producir carne que se envía al exterior, ya que España es un país especializado en la producción de carne. Por lo tanto, somos vulnerables en la provisión de materias primas y el precio de las materias primas en España siempre lo pone el puerto, es decir, el mercado mundial, independientemente de la cosecha que haya en España.

A nivel mundial, el consumo de cereales en los últimos años está por encima de la producción, por lo que las existencias van disminuyendo. Además, esas existencias no están disponibles para todo el mundo porque gran parte de las existencias está en manos de China, que guarda cereal para consumo interno entre seis y nueve meses, y no hay disponibilidad de esas materias primas en algunos mercados para Europa por la estricta legislación europea en seguridad alimentaria.

El precio de las materias primas a nivel mundial se forma en base a un mercado de futuros (Chicago), que tiene en cuenta unos aspectos fundamentales como cosecha, clima, producción y consumo. Debe tenerse en cuenta la influencia de fondos especuladores, que buscan únicamente un rédito económico y que pueden provocar subidas en el precio. También influyen decisiones políticas como la posibilidad de dejar materias primas de algunos países y mercados de otras materias primas como la energía. Además del mercado de futuros, debe tenerse en cuenta el flete, que es el coste del transporte en barco, las exigencias del país de origen y destino y la cotización del dólar.

Por otra parte, ha llegado la invasión de Rusia a Ucrania, que es uno de los principales proveedores de materias primas del mundo.

Todas estas circunstancias han provocado que el precio de las principales materias primas utilizadas en la elaboración de piensos se haya duplicado en año y medio: trigo, maíz, cebada, harina de soja…

Para que los niveles de precios bajen y sean algo más accesibles, se necesitan buenas cosechas en el mundo y que no haya problemas de sequía. Debe haber disponibilidad de materias primas para que la producción se sitúe por encima del consumo y aumenten las existencias.

Además, España es un país importador y necesita que lleguen materias primas de otros países.

El objetivo es que disminuir el alto nivel de especulación que hay en el mercado mundial.

También se necesita que no haya limitaciones al mercado mundial con una fluidez de mercado.

La Unión Europea debe hacer una reflexión y las prioridades que había hace un año no pueden ser las mismas que existen en la actualidad. Si Europa hace un año se planteaba únicamente los retos de la sostenibilidad, debe darse cuenta de que ahora hay otras prioridades.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), por exigencias europeas, instó a Cesfac a presentar una hoja de ruta por la que el sector de fabricación de piensos se comprometía a abastecerse totalmente en 2030 de soja que proceda de zonas de bajo riesgo de deforestación, como es el caso de Estados Unidos, pero lo procedente de Brasil y Argentina está cuestionado. Este hecho provocará subir los costes.

En esta situación, la Unión Europea en global no está tomando unas directrices claras, sino que está permitiendo a los países que tomen ciertas decisiones y flexibilicen algunos aspectos. España ha tenido que tomar decisiones técnicas que permitan abastecerse de ciertos países como Brasil y Argentina para poder sustituir la materia prima que llegaba de Ucrania.

Además, en la UE se ha permitido en esta campaña que los barbechos se puedan sembrar, por lo que zonas improductivas podrán sembrarse para obtener materias primas. En un primer momento, la única opción era la siembra de girasol y, sólo en el caso de Castilla y León, son 60.000 hectáreas más.

También se necesita que se detenga la inflación, ya que castiga a las producciones ganaderas.

El sector debe ser positivo y pensar que la situación va a cambiar: habrá buenas cosechas, se acabará la guerra en Ucrania… Mientras tanto, es momento de reflexionar sobre lo que ocurre en las explotaciones. Se deben conocer la estructura de costes, los índices de conversión, revisar los inputs… Los ganaderos se deben plantear si un pienso por ser más barato es mejor que el caro. Estos aspectos son los que harán mejorar las producciones ganaderas.

También se debe cumplir la Ley de cadena Alimentaría, por la cual el precio de venta tiene que cubrir el coste de producción de los ganaderos.

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