Un rebaño trashumante en la universidad para mostrar los beneficios de la ganadería extensiva
Un rebaño trashumante de 500 ovejas llegó al campus de Cantoblanco, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), como parte de un proyecto piloto cuyo objetivo es explorar los beneficios de la ganadería extensiva, una actividad que aprovecha recursos renovables de los ecosistemas locales para producir de forma sostenible alimentos de calidad y saludables, minimizando la huella de carbono y estimulando la restauración ecológica.
El rebaño, que ha pasado medio año en la Casa de Campo, pertenece a la cooperativa agroecológica de los Apisquillos, se dirige a su lugar de origen en Puebla de la Sierra a través de las vías pecuarias de la Comunidad de Madrid. Pasarán el verano alimentándose de los pastos de montaña en la Reserva de Biosfera de la Sierra del Rincón. Los ganaderos de esta comunidad rural han proporcionado el cordero que se sirve esta semana dentro del programa de menús sostenibles ‘Alimentando al Campus’ promovido por el Imidra, que se está desarrollando desde el mes de marzo en las cafeterías de Psicología, Rectorado y pequeña de Filosofía y Letras.
El Vicerrectorado de Compromiso Social y Sostenibilidad de la UAM contactó con la cooperativa Los Apisquillos a través del equipo de investigación del proyecto europeo LIFE Cañadas (Departamento de Ecología) que monitoriza el efecto beneficioso de la ganadería extensiva en la biodiversidad y la función de las Vías Pecuarias como infraestructura verde para la conectividad ecológica entre espacios de la Red Natura 2000.

Entre otras funciones ecológicas, los herbívoros (sean silvestres o ganado doméstico) son pieza clave en la gestión del paisaje mediterráneo en tanto que el pastoreo promueve una selección de plantas herbáceas cespitosas y nutritivas en detrimento de otras con mucha más biomasa aérea inflamable (servicio de prevención de incendios), transportan muchas semillas en su tracto digestivo y su lana, mejoran la fertilidad y el secuestro de carbono en el suelo a través de sus excrementos y el pisoteo y estimula la proliferación de una nutrida microfauna (artrópodos, lombrices, microorganismos del suelo…) base de la cadena trófica. “Por supuesto, el pastoreo extensivo adecuadamente gestionado redundaría en una mejora estética sustancial del paisaje periurbano del campus y, por ende, de la habitabilidad y uso recreativo de estos espacios que actualmente son poco atractivos y difícilmente transitables”, añade.
Para la comunidad universitaria, la introducción estacional (dos a tres meses al año entre primavera y otoño) de un rebaño trashumante en el área periurbana exterior del campus cumpliría un papel didáctico de dar visibilidad al alto potencial de este modelo agroecológico como alternativa preferente para fijar población en el territorio de forma sostenible para el planeta y económicamente viable. “Queremos contribuir de forma demostrativa desde la UAM a la transformación hacia la sostenibilidad del modelo agrario actual deslocalizado, muy impactante y con grandes huellas de carbono e hídricas, que además concentra el capital en pocas manos y fomentan la despoblación rural”, explica López.