La pérdida de rebaños de ovino y caprino aumenta el riesgo de incendios forestales en Barcelona
Únicamente 78 de los 311 municipios de la provincia de Barcelona tienen un paisaje en mosaico que combina cultivos, pastos y bosque, mientras que las localidades con paisaje continuo forestal son 193, un aumento del 84% desde 1956, lo que aumenta el riesgo de propagación de incendios forestales. Así lo concluye el estudio 'A prova de foc', elaborado por el programa BCN Smart Rural, una iniciativa de la Diputación de Barcelona, con datos cartográficos que ha recopilado entre 1956 y 2018 relacionando la superficie agrícola con la superficie forestal de cada municipio y creando un nuevo indicador llamado ‘Índice de mosaico’.
El estudio, que destaca la importancia de la gestión de bosques y de fomentar la ganadería extensiva para evitar la propagación de los incendios, señala que a mediados del siglo pasado el paisaje mosaico de cultivos, pastos y bosques era el predominante en los municipios barceloneses, pero este modelo se ha ido perdiendo en favor de los paisajes eminentemente forestales. Los datos del trabajo indican que actualmente una cuarta parte de los municipios de Barcelona disfrutan de un paisaje en mosaico, mientras que el número de municipios con un paisaje continuo forestal ha pasado de 104 a 193.
El estudio, elaborado por Sònia Callau, Lucía Nieto, Daniel Farré y Lola Mayenco, ha evaluado la extensión real de los incendios forestales que se pueden originar en este territorio tras estudiar la superficie forestal gestionada realmente sobre el terreno en los últimos diez años. También compara datos de las comarcas con más rebaños pastando en sus bosques para averiguar si estas sufren menos incendios.

El estudio constata que los municipios con mayor superficie incendiada en los últimos veinte años tienen un paisaje eminentemente forestal: de las 16.494 hectáreas quemadas en estos años, 12.329 hectáreas están en medio de un paisaje forestal, mientras que en las poblaciones que disfrutan de un paisaje en mosaico solo se han incendiado 3.289 hectáreas y en los municipios con paisaje agrícola, 732 hectáreas.
La Diputación de Barcelona prioriza la gestión forestal en las zonas definidas como Áreas de Gestión Prioritaria (AGP) creadas para garantizar a corto y medio plazo que todos los bosques con elevado riesgo de incendio estén gestionados y preparados para hacer frente a los grandes fuegos. En estas áreas, promueven la ganadería extensiva mediante acuerdos de pasto con propietarios y pastores y ganaderos locales.
El trabajo, además de poner de relieve la pérdida progresiva de mosaico agroforestal en las últimas décadas, revela la existencia de unos bosques muy extensos y poco gestionados, y una presencia de rebaños en extensivo que se concentra sobre todo en una zona muy concreta del territorio como es Osona y el Berguedà. El resto de las comarcas no cuentan con vacas, ovejas y cabras suficientes para garantizar la preservación de su paisaje.