El secuestro del ‘MSC Aries’ en el Estrecho de Ormuz: perspectivas de Derecho Internacional del Mar

El ‘MSC Aries’ es un buque portacontenedores de bandera portuguesa, fletado en el momento de los hechos por la naviera MSC y propiedad de la entidad suiza GortalShipping Inc., cuyo titular real es un conocido empresario israelí.

El asalto e incautación de buques mercantes en la zona del Estrecho de Ormuz es causa de preocupación entre la comunidad internacional, máxime teniendo en cuenta que no es un hecho aislado, pues existen antecedentes como la incautación del buque de pabellón británico ‘Stena Impero’ en julio de 2019 o del buque de pabellón de Islas Marshall ‘St. Nikolas’ en enero de 2024. El incidente del ‘MSC Aries’ en particular fue objeto de general reprobación en el 111 Periodo de sesiones del Comité Legal de la OMI, celebrado del 22 al 26 de abril de 2024.

El principal instrumento jurídico en esta materia, ampliamente acogido a nivel internacional, es la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (UNCLOS). A fecha de este artículo, UNCLOS cuenta con 169 estados firmantes entre los que se incluye Irán, si bien no lo ha ratificado y por tanto no le obliga como Estado.

No obstante, en aplicación del Convenio de Viena sobre el Derecho de los Tratados, la mera firma de UNCLOS obliga a Irán a respetar sus principios y fines. Además, debe advertirse que Irán sí es Estado miembro de las llamadas Convenciones de Ginebra sobre el Derecho del Mar de 1958, antecedente de UNCLOS y coincidente en aspectos como el derecho de paso inocente.

Una de las principales novedades de UNCLOS es el tratamiento del régimen jurídico de los llamados “estrechos utilizados para la navegación internacional”, entendiéndose como tales aquellos estrechos cuyas aguas formen parte del mar territorial de uno o varios Estados ribereños, como es el caso del Estrecho de Ormuz, un angosto paso marítimo cuyas aguas atraviesan el mar territorial de Irán y de Omán.

UNCLOS reserva un tratamiento jurídico especial a estos estrechos con el fin de limitar el ejercicio de la soberanía, derechos soberanos o jurisdicción de los Estados ribereños en estas zonas. Para ello, UNCLOS regula el denominado paso en tránsito, figura más amplia que el derecho de paso inocente propio del mar territorial, cuyo objeto es garantizar la navegación de los buques por los estrechos e impedir que los Estados ribereños puedan llegar a bloquear o dificultar el paso por estas aguas de enorme relevancia geopolítica.

Parte de la prensa internacional ha calificado la conducta de la Guardia Revolucionaria de Irán como un acto de piratería. Lo cierto es que, strictu sensuy conceptualmente, bajo el régimen de UNCLOS, un acto de piratería únicamente puede ser cometido con fines privados, lo que no parece ser el caso del ‘MSC Aries’. Parece evidente que tras la decisión de Irán subyacen motivos geopolíticos, no fines privados.

Las consecuencias de este incidente resultan todavía inciertas, si bien parece evidente que va a desencadenar en mayor incertidumbre desde la perspectiva del comercio internacional, inseguridad en la región, complicaciones en la cadena de suministro e incluso problemas de congestión en los puertos de la zona. Por el Estrecho de Ormuz transita, aproximadamente, una quinta parte del petróleo y gas que se consume a nivel mundial, lo que justifica la preocupación de la comunidad internacional ante incidentes como el descrito y ante la sempiterna amenaza de Teherán de cerrar dicho paso.

Finalmente, más allá de consideraciones jurídicas, indudablemente son los marinos inocentes a bordo del ‘MSC Aries’ los que de forma más directa e inmediata sufren las consecuencias de este incidente. Tal y como recoge la carta remitida por dieciséis de las principales asociaciones del transporte marítimo al secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, “la gente de mar y el sector marítimo son neutrales y no deben politizarse”, pues no tienen ningún papel ni ningún poder para resolver la escalada de conflictos.