Un escenario de trabajo híbrido para la transformación digital

En las comunicaciones de empresa, el nivel de madurez del mercado empresarial es muy alto. En los últimos años se ha avanzado mucho en los modelos de negocio y de despliegue de las soluciones de CU&C (comunicaciones unificadas y colaboración). Los despliegues en nube y las opciones “freemium” han facilitado la adopción inmediata y la posibilidad de evaluar y asignar las necesidades a los usuarios adecuados y durante el tiempo en que se necesiten. Y al integrar esas comunicaciones en las aplicaciones asociadas a cada puesto de trabajo se acelera la percepción de valor de negocio por parte de empresas y usuarios.

Hemos asistido en 2022, tras el pico de la crisis sanitaria, a una adopción alta de la movilidad en la empresa, del uso de la nube o de las operaciones a distancia como el teletrabajo, que han impulsado inversiones importantes en herramientas de CU&C en las empresas.

Al instalar una solución de CU&C en la nube, nos exigen requerimientos de seguridad como los aspectos regulatorios como GDPR u otros más locales, más de sector como el ENS (Esquema Nacional de Seguridad). Vemos que las organizaciones públicas y privadas disponen cada vez más de criterios objetivos para evaluar esos requisitos.

Además, la nube ofrece una propuesta de despliegue mucho más rápida y flexible, que no compromete inversión. A esto se acompaña en la elección el estudio de la amplia propuesta de soluciones CU&C, para tener en cuenta aspectos como la integración en los procesos de la empresa, la personalización y la integración de otros elementos (Inteligencia Artificial IA, o dispositivos IoT).

Algunas propuestas CPaaS (Plataformas de Comunicación como Servicio) aúnan todas las capacidades y muestran esta adaptación personalizada.

Para migrar a la nube se consideran los elementos mencionados (seguridad, integración con aplicaciones y procesos existentes, flexibilidad para aumentar o disminuir los usuarios por los que se paga mensualmente sin incurrir en penalizaciones, posibilidad de añadir a todo este proceso comunicativo elementos como IA e IoT, además de las personas, por supuesto). Es lo que, denominamos “Comunicaciones cognitivas”, que responde a una visión de empresa en donde todo se conecta.

Un punto interesante es el de la realidad del teletrabajo, que da flexibilidad al empleado y lleva a las corporaciones a plantear una solución de forma más global. Eso implica que las infraestructuras que se utilizan para transportar las comunicaciones de empresas aporten su “granito de arena”. Por ejemplo, infraestructuras de comunicación con seguridad por capas, que conocen al usuario y a su dispositivo, o una gestión unificada. Son elementos complementarios y necesarios para construir esa propuesta global de comunicaciones.

Las propuestas más fiables cubren todas las necesidades en los servicios de comunicación y en las infraestructuras que los soportan. En especial cuando las tendencias nos dicen que las CU&C seguirán adaptándose a cada sector y a sus aplicaciones propias, y se proporcionarán los servicios a través de plataformas proveedoras de dichos servicios adaptados (CPaaS) y con modelos flexibles. “Conectar todo” aprovechará el valor que cada elemento proporciona a las empresas (personas, dispositivos IoT, procesos inteligentes con IA). Por otra parte, conceptos tradicionales y de gran importancia, como los Contact Center, por ejemplo, también evolucionarán, adaptándose a formas, cada vez más versátiles, que adquieren los puestos de trabajo, como decisiones inteligentes o autogestión de comunicaciones.