Verifactu y la Ley Antifraude: trazabilidad, control y digitalización como nuevo estándar fiscal y tecnológico

La Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal no solo prohíbe el uso de software de doble uso: impone la inviolabilidad de los datos contables, la imposibilidad de alteración posterior y la obligación de transmisión inmediata al sistema de Hacienda.

En la práctica, esto obliga a revisar profundamente la arquitectura de los sistemas de información. Ya no vale emitir una factura correctamente: ahora hay que garantizar su trazabilidad técnica, su firma digital, su interoperabilidad con otros módulos (TPV, e-commerce, contabilidad, CRM), y su disponibilidad ante inspecciones o requerimientos.

Desde Axos, estamos viendo cómo este nuevo marco requiere que las pymes y autónomos desarrollen un ecosistema digital robusto, basado en integraciones estables, APIs seguras y mecanismos de control interno que permitan auditar cada paso de una operación.

Adicionalmente al componente más técnico, también influye fuertemente en la operativa y procesos internos de la empresa. Muchas gestiones que se hacen en el día a día dentro de la empresa, previas a la facturación y dado que esta estará ya completamente monitorizada, deberán ser revisadas para adaptarla a la nueva normativa.

Pelayo D. Rayón, CEO de Axos Soluciones.

Los plazos ya están definidos por el reglamento:

• Empresas/Pymes: 1 de enero de 2026.
• Autónomos: 1 de julio de 2026.
• Desarrolladores de software: 28 de julio de 2025.

Más allá de las fechas, lo importante es entender que la adaptación no es instantánea. Implementar sistemas compatibles con Verifactu implica proyectos de análisis, integración, pruebas y formación. Las compañías que no anticipen esta transición pueden enfrentarse a importantes cuellos de botella operativos, costes imprevistos o riesgos de incumplimiento.

Realmente existen 2 sistemas de control desarrollados por la Agencia Tributaria: sistemas Verifactu, basados en comunicación en tiempo real, y el NO Verifactu, en los que el contribuyente debe garantizar la disponibilidad de la información. No obstante, dados los requisitos técnicos como infraestructura, backup, visor de eventos, etc. o de custodia de toda esa información, sistema el NO Verifactu lo vemos como un sistema complejo de gestionar para cualquier pyme.

Por eso, es normal que los desarrolladores de software apostemos por Verifactu, que exige una relación continua y bidireccional entre el sistema de facturación de la empresa y la Administración. Esto implica no solo emitir, sino comunicar y registrar cada operación en tiempo real.

Por tanto, la factura deja de ser un documento para convertirse en un evento digital dentro de un flujo de datos fiscalmente verificable. Esto afecta a la forma en que diseñamos nuestros sistemas de información, la estrategia de ciberseguridad y los modelos de backup, replicación y contingencia.

Las sanciones por no cumplir con el sistema Verifactu pueden superar los 50.000 euros por ejercicio. La manipulación o destrucción de datos contables puede elevar las multas hasta los 150.000 euros. Pero más allá de lo económico, el coste reputacional y operativo de no cumplir puede ser aún en mayor.

Y no solo por el riesgo de inspección: muchas empresas que trabajan con distribuidores, franquiciados o grandes grupos deberán demostrar que cumplen con los estándares para mantener relaciones comerciales sólidas y sostenibles.

En este contexto, creo firmemente que la obligación se puede transformar en ventaja. Las empresas que afronten esta transición como una oportunidad estratégica saldrán reforzadas: con mayor control, procesos más eficientes, menor exposición al error humano y mejor preparación para entornos cada vez más conectados y regulados.

Además, y este punto me parece fundamental, este sistema permitirá a todos competir con las mismas reglas. Y me refiero con ello a todos esos empresarios que religiosamente liquidan sus impuestos, costes cada vez más importantes para todos ellos, ahora competirán en las mismas condiciones que esos defraudadores que, hasta ahora, no tenían una herramienta de control tan importante como esta.

Desde mi experiencia, lo más valioso no es solo implementar la tecnología adecuada. Es entender que Verifactu no es el final de un proceso, sino el inicio de una nueva cultura empresarial basada en la transparencia, la trazabilidad y la comunicación digital inteligente.

Gracias a Dios, NO. En un entorno tan cambiante como el actual, no podemos dejar de lado la gran “nueva revolución” económica y tecnológica que ya estamos viviendo. Me refiero con ello a la Inteligencia Artificial Generativa. Esta nueva revolución abre un nuevo horizonte a cualquier empresa en ámbitos tan distintos como la automatización de los procesos, la toma de decisiones, la mejora de sus productos y servicios, la atención al cliente y un largo etc. Y esto les permitirá competir a un nivel hasta ahora solo accesible a grandes multinacionales.

Insisto: la IA es algo que ya está aquí e influirá cualquier plano de la empresa. Y está en constante cambio y evolución. Siendo así, es importante para las empresas que quieran competir el empezar cuanto antes a trabajar en estas nuevas soluciones.

Desde Axos, por ejemplo, ya estamos desarrollando diversos agentes de atención al cliente, analítica de datos, lead generation, etc. que, esperamos, ayuden a nuestros clientes a competir de forma mucho más eficiente. Pero una vez más, no es sólo tener esas capacidades a nivel técnico, sino saber utilizarlas en cada negocio. Por eso, nos sentimos responsables de dar acompañamiento a cada cliente en este viaje que se ha emprendido hace tan poco tiempo.