Reflexión sobre el sector de la puericultura

2021 ha sido un año que ha seguido marcado por la pandemia y a lo que se le ha sumado la problemática del transporte marítimo y el alza de precios de las materias primas y energía. Todo ello está repercutiendo en el incremento del precio de los productos finales para el consumidor, en un mercado en el que crece la tendencia eco-friendly y se priorizan los productos prácticos y funcionales.

Cerrado el 2021, la industria del sector de la puericultura valora, en general, que ha sido un año con cifras en positivo comparando siempre con 2020, que estuvo marcado sobre todo por el cierre de los comercios durante el confinamiento y las posteriores restricciones. De esta manera, los profesionales destacan que no era difícil superar esas cifras y que el objetivo es conseguir llegar a las cifras de 2019 y, si es posible, superarlas. Las expectativas para 2022 son moderadamente positivas, siempre que la evolución de la pandemia sea favorable, y no haya nuevos imprevistos que generen una mayor incertidumbre.

Tenemos que estar preparados para hacer frente a un mercado cada vez menos previsible. A la pandemia se le ha sumado la casuística del transporte marítimo y el alza de precios de las materias primas, y continuamos con problemas de hace tiempo como el descenso de la natalidad y las ventas de segunda mano. Es fundamental conocer muy bien al consumidor de los productos y encontrar la manera de mejorar la experiencia de compra en la tienda física, además de apostar en todos los ámbitos por la innovación.

Una de las principales problemáticas de 2021 y que continuará en 2022 es el eventual impacto de la ‘crisis de los contenedores’ que atraviesa el transporte marítimo mundial, por lo que los fabricantes tratan de anticiparse adelantando pedidos. Los problemas logísticos afectan al mercado con la llegada tardía (o falta) de producto o con un aumento de costes. A esto se le añade el alza de precios de las materias primas y de la energía que también repercutirá en una subida de los pvp finales de los precios que afectará al consumidor final.

Las empresas siguen apostando por mejorar sus procesos a través de la digitalización de sus sistemas. Aunque son conscientes de las ventajas que ofrece todo el ámbito digital, la gran mayoría apostará por un futuro híbrido entre físico y online, ya que el contacto presencial continúa siendo un bien muy preciado en las relaciones empresariales. Las compañías del sector se han adaptado a las circunstancias y han potenciado los showrooms virtuales y las presentaciones con videoconferencias, y han enviado más material digital a los clientes que otros años, etc.

Para el buen funcionamiento del negocio de la puericultura es necesaria una relación fluida entre la industria y el detallista especializado. Tanto detallistas como fabricantes han entendido la importancia de poner al consumidor en el eje central de sus estrategias comerciales y poner todos sus recursos para conseguir la mayor satisfacción de los mismos. Respecto a los detallistas, aunque reconocen en general los esfuerzos de fabricantes y distribuidores, piden más apoyo y respaldo por parte de la industria. Esta situación es todavía más necesaria ahora, que el sector debe hacer frente a varias problemáticas (transporte, aumento de costes, pandemia…).

Ante los cambios que están afectando el desarrollo del negocio, los detallistas del sector de la puericultura han apostado por iniciativas innovadoras y por introducir cambios en sus puntos de venta, para adaptarse tanto a las demandas de los consumidores de hoy en día, como a la situación actual. Los cambios más comunes han ido en relación a la digitalización del punto de venta y la mejora de las herramientas online, además de ofrecer servicios extraordinarios para facilitar la experiencia de los nuevos padres.

La pandemia no ha variado las preferencias de los padres a la hora de escoger los productos de puericultura. Buscan artículos que faciliten su vida, que se adapten a sus estilos de vida y que sean sobre todo prácticos. Así, los padres aprecian cada vez más que el diseño vaya unido a la practicidad. De esta manera, los productos más demandados suelen ser más compactos, versátiles, de uso duradero y funcionales, además cada vez está cogiendo más presencia en el mercado la tendencia eco-friendly (artículos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente).

Cada vez son más las empresas que apuestan por fabricar productos sostenibles y respetuosos con el medioambiente, una tendencia que los detallistas también están detectando, aunque reconocen que todavía es necesario concienciar más al consumidor, ya que el tema ecológico todavía no es un factor determinante en la decisión de compra. Más allá del producto, algunos detallistas están llevando a cabo iniciativas más verdes en sus tiendas, en beneficio del medioambiente y para promover un entorno más sostenible.

El comprador de productos de puericultura es cada vez más exigente en la elección de los productos, y este año veremos una elección más racional, debido, probablemente, a que muchas familias se encontrarán con un presupuesto más limitado. Es una persona conectada, que tiene un acceso fácil a la información, que compara y reflexiona mucho más antes de efectuar una compra. A lo que se le suma que suele ser más impaciente y quiere que el producto llegue con la mayor brevedad posible y que sus posibles dudas se resuelvan con celeridad y de forma precisa. Seguirá apostando por la venta online, que continuará con un crecimiento ascendente.

Parece ser que la pandemia ha agravado dos de las problemáticas históricas que afectan al sector de la puericultura: el descenso de la natalidad y las ventas de segunda mano. En los últimos tiempos está creciendo la segunda mano, debido principalmente, en una parte, a la facilidad que tienen las familias para vender y comprar de segunda mano a través de aplicaciones móviles, y también a una mayor concienciación hacia el consumo responsable. La principal problemática, además del descenso de las ventas, se centra en que los productos de puericultura son extremadamente delicados y deben cumplir unas normas muy estrictas de seguridad que, en el caso de los artículos de segunda mano, es muy difícil saber si están garantizando la seguridad del pequeño.