E-mail para: reyesmagos@oriente.org (importante: notificar lectura)
Paula Llull19/12/2014
No nos arriesguemos. Si queremos que los Reyes Magos nos traigan algún ansiado presente, mejor que les mandemos un mail, ya que si les hacemos llegar la carta por correo ordinario nuestra ilusión podría correr serios riesgos, más que nada por cuestiones logísticas.
Por lo visto, se pretende que se lleve a cabo la misma tarea de reparto que se ha realizado cada año por Navidad –a sabiendas que en esta época se dispara la demanda-, pero con 20.000 trabajadores menos que hace ocho años.
No nos salen las cuentas. O se satura el sistema, o se imponen jornadas de 24 horas. O peor, se produce el parón que llevan anunciando los sindicatos desde hace un mes -huelga general pre-Navidad- y no hay reparto.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) viene insistiendo en que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con la excusa de la crisis, está llevando a cabo una política de recortes sin precedentes en la larga historia de Correos, lo que parece que está generando un deterioro claro del servicio.
“Se han reducido innecesariamente los puestos de trabajo en la empresa, provocando el mal funcionamiento del servicio, con retrasos y acumulaciones incontroladas de miles de envíos, y dejando a ciudadanos en toda España sin correspondencia diaria, con un claro perjuicio al servicio público postal”.
Es como mínimo preocupante que la vocación de un servicio público sea, por lo que parece, rentabilizarse, y que por ello se hayan despedido a más de veinte mil trabajadores en los últimos ocho años. Funcionarios trasladados, excedencias incentivadas y externos despedidos.
Buzón cerrado. Imagen del blog lafanzine.com
Por otro lado, no se puede pretender mantener un sistema que más temprano que tarde quedará obsoleto. Sí, las nuevas tecnologías, más baratas e inmediatas son las que están provocando esa bajada de envíos de cartas, pero Correos ofrece más servicios. De hecho, por poner un ejemplo, en el ejercicio anterior el envío de dinero aumentó un 11%.
Entonces, si al declive del negocio de cartas, que sólo en 2012 cayó el 16%, le añadimos la automatización de los procesos, nos quedamos con un resultado que no da lugar a dudas: modernizarse o morir, pero no recortar.
Puede que en pocos años debamos añadir “cartero” a nuestra lista de oficios desaparecidos, pero esperamos que eso no signifique trabajadores despedidos, sino nuevos puestos de trabajo.
Uno de los primeros pasos que se ha dado en este sentido es acordar con Amazon la ampliación de puestos de recogida mediante sedes de Correos como forma de potenciar el e-commerce.
Por otro lado, aumenta su competencia: El Uber de la paquetería ha llegado, y parece que pisando fuerte. ¿Desaparecerá Correos en los próximos años?
Por lo visto, se pretende que se lleve a cabo la misma tarea de reparto que se ha realizado cada año por Navidad –a sabiendas que en esta época se dispara la demanda-, pero con 20.000 trabajadores menos que hace ocho años.
No nos salen las cuentas. O se satura el sistema, o se imponen jornadas de 24 horas. O peor, se produce el parón que llevan anunciando los sindicatos desde hace un mes -huelga general pre-Navidad- y no hay reparto.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) viene insistiendo en que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con la excusa de la crisis, está llevando a cabo una política de recortes sin precedentes en la larga historia de Correos, lo que parece que está generando un deterioro claro del servicio.
“Se han reducido innecesariamente los puestos de trabajo en la empresa, provocando el mal funcionamiento del servicio, con retrasos y acumulaciones incontroladas de miles de envíos, y dejando a ciudadanos en toda España sin correspondencia diaria, con un claro perjuicio al servicio público postal”.
Es como mínimo preocupante que la vocación de un servicio público sea, por lo que parece, rentabilizarse, y que por ello se hayan despedido a más de veinte mil trabajadores en los últimos ocho años. Funcionarios trasladados, excedencias incentivadas y externos despedidos.
Buzón cerrado. Imagen del blog lafanzine.com
Por otro lado, no se puede pretender mantener un sistema que más temprano que tarde quedará obsoleto. Sí, las nuevas tecnologías, más baratas e inmediatas son las que están provocando esa bajada de envíos de cartas, pero Correos ofrece más servicios. De hecho, por poner un ejemplo, en el ejercicio anterior el envío de dinero aumentó un 11%.
Entonces, si al declive del negocio de cartas, que sólo en 2012 cayó el 16%, le añadimos la automatización de los procesos, nos quedamos con un resultado que no da lugar a dudas: modernizarse o morir, pero no recortar.
Puede que en pocos años debamos añadir “cartero” a nuestra lista de oficios desaparecidos, pero esperamos que eso no signifique trabajadores despedidos, sino nuevos puestos de trabajo.
Uno de los primeros pasos que se ha dado en este sentido es acordar con Amazon la ampliación de puestos de recogida mediante sedes de Correos como forma de potenciar el e-commerce.
Por otro lado, aumenta su competencia: El Uber de la paquetería ha llegado, y parece que pisando fuerte. ¿Desaparecerá Correos en los próximos años?