Legionelosis como riesgo laboral
¿Qué es la legionelosis?
La legionelosis es una enfermedad provocada por una bacteria (legionella) que vive en aguas estancadas con un amplio rango de temperatura, preferiblemente superior a 35ºC. Dicha enfermedad puede presentarse de dos formas diferentes en el ser humano: puede ser una afectación leve denominada fiebre de Pontiac, o bien de carácter severo, como una neumonía atípica denominada enfermedad del legionario.
Una de las mayores fuentes de contagio son los sistemas de aguas de grandes edificios, hoteles y hospitales, humidificadoras, máquinas de rocío, spas y fuentes de agua termal. La enfermedad se contagia al inhalar agua contaminada en forma de aerosol, ya que las minúsculas gotas de agua que están en el aire y que contienen altas concentraciones de bacteria entran en contacto directo con los pulmones.
¿Se podría considerar legionelosis como riesgo laboral?
Determinados trabajos pueden suponer una exposición a esta bacteria y, por tanto, implican riesgo de padecer la enfermedad.
Diversas especies de legionella se encuentran de un modo natural en los suelos, ríos, lagos y embalses. Desde allí tienen la capacidad de localizarse y reproducirse con mucha eficacia en los sistemas de transporte y almacenamiento de agua, los cuales habitualmente proporcionan unas condiciones ideales tanto de nutrientes como de temperatura.
Cuando estos sistemas y dispositivos contaminados son utilizados en el trabajo se producen situaciones de riesgo que pueden originar la enfermedad. Con la información que acabamos de leer resultaría obvia la necesidad de contemplar la legionelosis como un riesgo laboral para trabajadores de mantenimiento y tareas relacionadas con la humedad, el agua y las piscinas.
La enfermedad del legionario se considera generalmente un problema de salud pública más que una enfermedad profesional, aunque suele afectar a los trabajadores en los lugares donde hay alto riesgo de un brote infeccioso (entre otros se incluyen locales en los que hay máquinas nebulizadoras, aparatos de cirugía dental, explotaciones petrolíferas y de gas submarinas, plantas de lavado de automóviles, instalaciones sanitarias, spas y hoteles).
Además, cada vez más comercios, restaurantes, locales públicos, transportes y oficinas, tienen incorporado un sistema de climatización. Cuando estos sistemas se contaminan, las posibilidades de aparición de enfermedades se multiplican.
Pese a las evidencias, pocos países europeos la incluyen de manera específica en su legislación de seguridad y salud en el trabajo.
En la mayor parte de los países de la Unión Europea, los riesgos laborales derivados de legionella son objeto de leyes o decretos basados en la Directiva 2000/54/CE sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo.
En España, concretamente, la legislación específica se limita al Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre disposiciones mínimas que deben adoptarse para prevenir los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo y al Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis.
La EU-OSHA elaboró hace pocos años un informe exhaustivo donde se contemplan los riesgos y las medidas de control para el contagio de la enfermedad. Si queréis leerlo, aquí os dejamos el enlace.