Fraternidad-Muprespa publica una Guía de Buenas Prácticas en inteligencia emocional aplicada a la prevención de riesgos laborales
Fraternidad-Muprespa continúa con la difusión de materias y conceptos claves asociados a la prevención de riesgos laborales y en esta ocasión lo hace con la nueva Guía de Buenas Prácticas en inteligencia emocional, considerada la aportación más importante al campo de la psicología de las últimas tres décadas.
¿Por qué se necesita la inteligencia emocional en la empresa?
Quienes desarrollan más sus habilidades emocionales, se sienten más satisfechas, son más eficaces y se sienten más capaces de dominar los hábitos mentales que determinan la productividad.
Inteligencia emocional y prevención de riesgos laborales
Por ejemplo, implantar un nuevo procedimiento de trabajo sin compartir con los equipos las razones del cambio y sus ventajas puede abocar a que la nueva norma no se asuma o se trasgreda. De ahí que aplicar los factores de la inteligencia emocional se convierta en elemento de mediación para eliminar, o al menos reducir, las posibles fricciones en condiciones rigurosas de producción.
La posibilidad de que los operarios se sinceren con sus mandos directos respecto a las condiciones de trabajo sin temor a represalias ha evitado numerosos incidentes e incluso accidentes graves, con lo que ello supone para la salud de las personas, para el buen nombre de los productos e incluso para la imagen de marca de la propia organización.
Inteligencia organizacional: el futuro de la Inteligencia emocional
La guía hace hincapié en la especial importancia de cinco claves que traspasan el concepto de inteligencia emocional para ser germen de otro más evolucionado aún, y que interesa especialmente en empresas, instituciones y entidades de diversa índole: la inteligencia organizacional.
Los líderes deben tomar conciencia de cómo está el equipo, hacer que los empleados se sientan escuchados, valorar el tiempo de las personas (por ejemplo procurando reducir el tiempo de las reuniones), ir más allá de la empatía y dar seguimiento y apoyo.
Desarrollar estas acciones cobra especial importancia en momentos como el actual, en el que miles de personas trabajan desde sus hogares y pueden acusar la falta de relación personal con el que era su entorno habitual. En casos así se les puede ofrecer espacios de colaboración y apoyo entre compañeros, facilitar un canal para la comunicación habitual e información actualizada o poner a su disposición un teléfono de apoyo psicológico.
Todas las guías de buenas prácticas repiten una misma estructura ágil y accesible. Nuestros mutualistas tienen acceso online a ellas a través del Aula Prevención desde el portal Previene.























