Arburg presenta una celda de producción con etiquetado IML para productos sanitarios
En la feria K 2025, Arburg mostró en su stand (13A13) cómo la tecnología de etiquetado en el molde (IML, por sus siglas en inglés) puede aportar nuevas funcionalidades en el ámbito de la tecnología médica. La demostración se centró en una celda de producción construida alrededor de una máquina eléctrica Allrounder 520 A, que servirá para ilustrar el valor añadido de este sistema frente a la impresión o el etiquetado posterior. Entre las ventajas se encuentran la integración de información útil, la personalización del diseño y la posibilidad de reciclaje en productos como tubos de centrifugado, autoinyectores o vasos medidores.
Colaboración técnica para una solución completa
El etiquetado en el molde exige altos niveles de precisión en el moldeo por inyección y en la automatización. Para este proyecto se ha reunido la experiencia de distintos socios: Arburg (máquina), Kebo (molde), MCC (etiquetas), Beck (automatización) e Intravis (inspección por cámara). El resultado es una celda que, en la feria, fabricó tubos de centrifugado con etiquetas funcionales de polipropileno. El concepto puede adaptarse a diferentes productos sanitarios y, en caso necesario, ampliarse con procesos posteriores automatizados.
En K 2025, una celda de producción basada en la Allrounder 520 A fabricó productos médicos con etiquetas funcionales IML.
Etiquetas funcionales, personalizadas y reciclables
Entre los ejemplos que se mostraron en Düsseldorf figuran productos con escalas de llenado y tintas termocrómicas que cambian de color en función de la temperatura, útiles en el seguimiento de perfiles térmicos.
Las etiquetas NextCycle, utilizadas en la demostración, son compatibles con el reciclaje mecánico, ya que no afectan a la pureza del polipropileno. Otras opciones incluyen la impresión invisible de datos sensibles —como números de paciente, legibles solo con luz ultravioleta— o la incorporación de elementos fotónicos que pueden activarse con láser directamente en entornos hospitalarios. En la feria se presentaron también distintos acabados estéticos, entre ellos superficies mates, brillantes, texturizadas o metálicas.
Ejemplo de tubos de centrifugado: las etiquetas IML pueden incluir escalas de llenado, códigos QR o elementos termocrómicos. Fotos: Arburg.
Producción eficiente en un espacio reducido
La celda de producción se basa en una Allrounder 520 A en versión “Ultimate”, con fuerza de cierre de 1.500 kN y preparada para trabajar en condiciones de sala blanca ISO 7. El sistema ocupa un espacio compacto y produce tubos de centrifugado de 15 mililitros en ciclos de unos diez segundos, con un molde de ocho cavidades de Kebo.
La precisión en la colocación de las etiquetas se consigue mediante un cabezal de ajuste desarrollado por Beck, que compensa tolerancias de unas pocas centésimas de milímetro. La inspección visual corre a cargo de un sistema de cámaras integrado en la automatización. Cada tubo se marca con un código QR y una identificación individual para asegurar la trazabilidad completa.
El uso de IML evita pasos posteriores como impresión o encolado, lo que reduce tiempos, costes y riesgos de contaminación. También se eliminan materiales adicionales como tintas líquidas o adhesivos, lo que contribuye a la higiene del proceso y permite reducir los residuos generados en la producción hasta en un factor de diez.



























