La transformación de la demolición en España

Tanto es así que, de acuerdo con los datos proporcionados por Aeded, el volumen de facturación aproximado de la demolición en España está en torno a los 15.000 millones de euros y da trabajo a cerca de 100.000 personas.

Al mismo tiempo, la industria de la demolición se ve directamente afectada por una avalancha de regulaciones y requerimientos medioambientales relacionados con la Economía Circular. Estas normativas, que abarcan desde el ámbito estatal hasta el municipal, impactan de manera específica en todas las actividades de las empresas de demolición. Sin embargo, el sector ha asumido el desafío, integrando estas especificaciones y obligaciones para cumplir con las demandas de la sociedad.

La demolición moderna se enfrenta a desafíos complejos. Estos incluyen el control del polvo y el ruido, la gestión de materiales peligrosos para la salud, la recuperación y reciclaje de RCDs, la demolición selectiva y la seguridad de los trabajadores como prioridad común.

Con el propósito de aclarar la escena de esta industria, el Foro Potencia reunió a Pablo Budía, presidente de la Asociación de Empresas de Demolición, Descontaminación y Reciclaje (Aeded); Manuel Rodríguez, director de Operaciones de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa); y Erik Sandonis, director de la Oficina Técnica y de I+D+i de Lezama Demoliciones, para que explicaran su visión de los retos y oportunidades que ofrece el sector en la actualidad. Además, la sesión concluyó con una mesa redonda, moderada por Ricardo Cortés, director del Foro, donde los ponentes respondieron a las preguntas del público y tuvieron la oportunidad de debatir sobre los puntos más destacados de la sesión.

“En respuesta a los desafíos actuales, el sector de la demolición en España ha demostrado responsabilidad y profesionalización. Ha llevado a cabo proyectos ejemplares que respetan tanto el medio ambiente como la seguridad de sus trabajadores”, apuntó Ricardo Cortés, director del Foro Potencia.

En los últimos años, “el sector de la demolición en España ha experimentado un crecimiento constante, impulsado por varios factores clave”, apuntó Pablo Budía. Según un informe de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), el mercado de la demolición en nuestro país ha crecido en promedio un 5% en los últimos cinco años. Uno de los impulsores fundamentales de esta subida es el auge de la construcción y renovación de edificios en áreas urbanas. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que la inversión en construcción residencial y no residencial ha aumentado en un 8% en el último año, generando una creciente demanda de servicios de demolición para renovar y modernizar estructuras existentes.

Pablo Budía, presidente de la Aeded, señalaba: “las nuevas restricciones en el sector han elevado los estándares de la industria en los últimos tiempos".

Para Budía, “las nuevas restricciones en el sector han elevado los estándares de la industria en los últimos tiempos, ya que han introducido reglamentaciones más estrictas en términos de seguridad y gestión de residuos”. Según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, la tasa de accidentes laborales en el sector ha disminuido en un 25% en los últimos cuatro años, lo que refleja una mejora significativa en este aspecto.

En cuanto a la sostenibilidad, la industria de la demolición ha experimentado un cambio importante debido a la creciente conciencia ambiental. Según la Agencia Española de Residuos, la tasa de reciclaje de residuos ha aumentado en un 10% en los últimos cuatro años. “Algunas empresas del sector han logrado reutilizar y poner nuevamente en el mercado más del 90% de los residuos resultantes de sus demoliciones”, concretó Pablo Budía.

Por otro lado, todos los ponentes destacaron como la economía digital ha transformado radicalmente la forma en que se planifican, ejecutan y gestionan los proyectos. Según un estudio de la Confederación Nacional de la Construcción, más del 70% de las empresas de demolición en España han implementado tecnologías digitales en sus operaciones. Esto ha mejorado significativamente la eficiencia operativa, permitiendo una reducción del 15% en los tiempos de ejecución y un 30% de aumento en la productividad, de acuerdo con los datos de Aeded.

La economía digital también ha tenido un impacto importante en la planificación y gestión de proyectos. Desde Aeded señalaron que, la adopción de software especializado en gestión de proyectos ha aumentado un 40% en los últimos tres años, permitiendo una planificación y asignación de recursos más eficiente. “Además, el modelo de información de construcción (BIM) se ha vuelto esencial en el sector, ya que proporciona una representación digital integral de la estructura antes de la demolición real”, señaló el presidente de Aeded.

“Gracias a las nuevas herramientas se obtiene información precisa sobre la cantidad y tipo de materiales que se demolerán. Esto puede ser de gran beneficio para su posterior reutilización. De este modo, aprovechando las técnicas de digitalización, geolocalización y datos en tiempo real, podemos anticipar las decisiones empleando esta información”, explicó más adelante Erik Sandonís.

En cuanto a la maquinaria, la digitalización ha permitido la incorporación de tecnologías avanzadas, como sistemas de control de última generación y geolocalización, o el uso de robots en ubicaciones más complejas, lo que ha permitido mejorar la seguridad y la eficiencia de las operaciones. La telemetría y el rastreo en tiempo real han aumentado la tasa de reciclaje de residuos en un 15% en los últimos dos años, contribuyendo a una gestión más sostenible de los residuos generados según información del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Pese a todos estos avances, los niveles de recuperación de nuestro país están lejos de las cifras que vemos en otros mercados del norte de Europa. En este punto Budía explicó que “En España, nos enfrentamos a un desafío particular; hemos estado acostumbrados a la abundancia de recursos naturales, como canteras. Por ejemplo, los Países Bajos, carecen de estos recursos y han tenido que innovar en la eficiencia energética y el autoconsumo de materiales. Esto los ha impulsado a ser más creativos en la creación de sus propios productos. Aquí, en España, a menudo hemos tenido la costumbre de desechar materiales existentes, demoler y recurrir a recursos naturales. Sin embargo, esta mentalidad está experimentando un cambio significativo y rápido. Las empresas en nuestro sector están haciendo un esfuerzo considerable. Sin embargo, noto una falta importante de involucramiento por parte de la administración para apretar el paso y asegurarse de que cumplamos con los estándares europeos que se nos exigen”.

Cuando hablamos de desmantelar centrales nucleares y de demoliciones convencionales, es importante destacar que ambos procesos comparten objetivos fundamentales. Ambos buscan liberar los emplazamientos donde se encuentran las instalaciones que serán eliminadas y gestionar “responsablemente” los materiales resultantes. “Sin embargo, existen notables diferencias que hacen que el desmontaje de centrales nucleares sea una tarea única y compleja”, señaló el director de Operaciones de Enresa.

• Responsabilidad legal centralizada

Una de las principales diferencias es que, en el caso del desmantelamiento de centrales nucleares, la responsabilidad legal recae en una sola empresa. “En nuestro país, esta tarea es llevada a cabo por Enresa, que se encarga tanto de la demolición como de la gestión de los residuos radioactivos derivados de dicho proceso”, indicó Rodríguez.

• Complejidad en la autorización

El proceso de autorización para el desmantelamiento de centrales nucleares es altamente complejo y regulado por normativas específicas. Manuel Rodríguez recordó que “el Reglamento de Instalaciones Nucleares Radiactivas establece los requisitos y procedimientos para llevar a cabo esta tarea, este es un factor diferencial con respecto a los desmantelamientos convencionales”.

• Material radiactivo y contaminado

La naturaleza del material con el que se trabaja en el desmantelamiento de centrales nucleares introduce una complejidad adicional. Los componentes contaminados y radiactivos deben separarse y gestionarse de manera especial. “La detección, localización y medición de la radiación es fundamental para el manejo de estos materiales y condicionan drásticamente el proceso de desmantelamiento”, explicó Manuel Rodríguez.

• Equipamiento específico y personal acreditado

La naturaleza radiactiva de los materiales requiere la utilización de equipamiento y técnicas específicas para la detección y manejo de la radiación. Además, es necesario contar con empresas y trabajadores acreditados para trabajar con radiaciones ionizantes por parte del Consejo de Seguridad Nuclear.

“La detección, localización y medición de la radiación es fundamental para el manejo de estos materiales  recuperados y condicionan drásticamente el proceso de desmantelamiento, en centrales nucleares”,  señalaba Manuel Rodríguez, director de Operaciones de Enresa.

El desmantelamiento de centrales nucleares en España representa un desafío significativo debido a la complejidad de este tipo de trabajos. La gestión de materiales radiactivos, la regulación específica y la necesidad de cumplir con los plazos legales hacen de estos proyectos una tarea altamente especializada.

Adicionalmente, durante el Foro, el director de Operaciones de Enresa compartió la experiencia de la compañía en el desmantelamiento de centrales nucleares, como la de José Cabrera en Guadalajara o la central nuclear Santa María de Garoña, donde Rodríguez resaltó “la importancia de la planificación, la seguridad y la gestión de materiales en este proceso”. Con el cierre previsto de otras centrales nucleares en el futuro, España afronta un desafío continuo en la gestión y el desmantelamiento de instalaciones de esta clase.

“Cuando empezamos este proceso, entre el año 1998 y el 2003, con el desmantelamiento parcial de la central nuclear Vandellós, sentamos las bases de lo que es la demolición de centrales nucleares en España y en Europa, porque  hemos ido por delante de muchos países de la región en esta materia”.

Pese a ser uno de los países pioneros en Europa, debemos tener en cuenta que en aquel momento ya había algunas experiencias en Estados Unidos. “Aunque el proceso es similar entre España y EE. UU, esto tiene algunos matices. Existen cambios importantes, sobre todo, debido a los distintos marcos de gestión de residuos. Participamos en foros internacionales en los que compartimos nuestra experiencia con los países que tienen centrales nucleares en desmantelamiento, y recibimos numerosas visitas de países interesados en los proyectos que desarrollamos en nuestro país".

La demolición de las centrales térmicas en España ha sido uno de los grandes impulsores del sector en los últimos años, por varios motivos, entre ellos, la normativa ambiental europea, el aumento del precio de las emisiones de CO₂ o la pérdida de competitividad del carbón frente a otras fuentes de energía. Esta tendencia responde a la regulación gubernamental y a las políticas impulsadas por la Unión Europea, transpuestas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021- 2030 (PNIEC), para reducir las emisiones de carbono.

Lezama Demoliciones, ha desarrollado trabajos de este tipo en diferentes puntos de España, como la central térmica de Foix (Barcelona), que recibió el reconocimiento como la mejor obra de demolición en los Premios Potencia 2022. Aprovechando su dilatada experiencia en estos trabajos, el director Técnico y de I+D+i de la compañía diferenció entre dos tipos de procesos para el desmantelamiento de centrales térmicas: con voladura o sin voladura.

Erik Sandonis, director de la Oficina Técnica y de I+D+i de Lezama Demoliciones, durante su presentación.

La demolición sin voladura implica trabajos manuales intensivos que requieren una planificación detallada y operaciones altamente complejas. Esto implica la realización de tareas en altura y en espacios confinados. Aunque este enfoque manual ha sido utilizado en el pasado, presenta desafíos laboriosos y puede ser menos eficiente en términos de tiempo y seguridad. "Se requiere una dedicación considerable de horas de trabajo para completar estas demoliciones, y aunque se han llevado a cabo sin incidentes, su ejecución manual presenta ciertas limitaciones", aseguró Erik Sandonis.

Por otro lado, las demoliciones con voladura son una técnica que ha sido ampliamente utilizada durante muchos años, especialmente para estructuras de gran tamaño, como las calderas de las centrales térmicas. “La voladura permite reducir la necesidad de trabajo en altura y minimiza el tiempo requerido para las operaciones en espacios confinados. En esencia, esta técnica mejora significativamente la seguridad en comparación con los procesos manuales”, explicó Erik Sandonís.

Para explicar estos procesos, el director de la Oficina Técnica de Lezama Demoliciones puso como ejemplo los trabajos ejecutados por la compañía en la central térmica de Anllares. “En estos casos, la mayor parte del trabajo se realiza de forma previa a la voladura. Esta parte del proceso resulta muy intensa, porque debes retirar todos los residuos de la caldera y desmontar y preparar toda la base para la caída de la estructura. Además, se emplean medidas adicionales, como piscinas, para mitigar la emisión de polvo durante la voladura y garantizar la seguridad del proceso”, indicó Sandonis.

Erik Sandonís, director de la Oficina Técnica y de I+D+i de Lezama Demoliciones, señalo que “la demolición selectiva a que llega reflejado tiene una serie de ventajas que son fundamentales para poder recuperar los materiales eficientemente”

“Esta significativa expansión de la actividad nos lleva a un aumento de la demanda de los servicios de demolición para renovar y modernizar las estructuras existentes”, indicó Pablo Budía, presidente de Aeded