La estrategia de inversión en infraestructuras del agua exige una planificación coordinada

Seopan y Typsa han presentado el informe 'Estrategia e inversiones para la eficiencia y resiliencia hídrica en España', en el se estima que España debe invertir 103.824 millones de euros en la próxima década para hacer frente a la escasez de agua y al riesgo de inundaciones. Su presentación tuvo lugar en Madrid durante la jornada ‘Agua y Futuro: Hoja de ruta para España’, organizada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (Fape).

Las organizaciones subrayaron la urgencia de actuar ante una doble amenaza: la escasez de agua y el aumento de episodios de inundación.

Durante la apertura, el presidente de la Ceoe, Antonio Garamendi, destacó que “El agua es un bien tan necesario como escaso” y recordó que “el agua es la que hay pero lo importante es cómo la gestionamos”.

Reivindicó la importancia de la colaboración institucional: “A veces se queda solo en el titular pero considero que es clave” y afirmó que “desde Ceoe siempre tenemos la mano tendida al gobierno, a los ayuntamientos… Es crucial la colaboración entre todos” añadiendo que “lo importante es el diálogo, no el monólogo”.

La catedrática de Ingeniería Hidráulica, Unidad de Excelencia María de Maeztu Dauco, y Vicerrectora Política Científica de la Universidad de Córdoba, María José Polo Gómez, presentó su informe sobre riesgos e impactos hídricos en España, destacando que “es importante saber qué es el riesgo y lo calculamos con tres factores: la peligrosidad, vulnerabilidad y exposición”. Recordó que eventos como la Dana de 2024 muestran que “algo muy poco probable puede tener mucho riesgo, porque si ocurre, las consecuencias no son asumibles”. Asimismo, alertó de que “tenemos muchas masas de agua con un mal estado”, y que “agua hay pero no se puede utilizar” lo cual es un riesgo creciente al que nos tenemos que enfrentar como sociedad.

Polo criticó también la ocupación del territorio: “Nuestra ocupación de las zonas inundables es insostenible. El mensaje no gusta pero es la realidad”, y defendió el papel informativo del periodismo para hacer llegar el mensaje deseado y adecuado a la población.

El documento detalla 84.644 millones de euros para combatir la escasez, distribuidos en:

• 2.769 millones para tecnologías avanzadas, IA y monitorización del ciclo del agua.
• 10.933 millones en adaptación climática mediante desalación y reutilización.
• 59.183 millones al ciclo urbano del agua: abastecimiento, saneamiento y depuración.
• 4.112 millones para cumplir objetivos ambientales del dominio público hidráulico.

El presidente de Seopan, Julián Núñez, afirmó que “nuestro país es un buen ejemplo de infraestructuras hidráulicas. Somos líderes europeos en regeneración del agua”.

No obstante, advirtió de que “realizar esta inversión en esta década supone un desafío” y que “hay una desigualdad en el reparto del agua en España”. Defendió el papel del agua afirmando que “es importante invertir en lo que es el futuro de nuestro país”.

Los responsables del informe, Manuel Menéndez y Miguel Mondría, explicaron que el estudio se centra en la resiliencia ante fenómenos extremos, las sequías y las inundaciones. 

Menéndez señaló que estamos en una continua adaptación puesto que “la economía global está cambiando, va a crecer la demanda de la industria digital, la industria verde del hidrógeno y el turismo, que es una demanda muy poco resiliente”.

Recordó que “las medidas estructurales pueden ser difíciles de gestionar pero son muy necesarias”, y defendió que “el beneficio en ocasiones es el daño que se evita”. Pero ante todo, alertó sobre la necesidad de actualizar la normativa. 

Por su parte, Mondría destacó que “las cartografías de zonas inundables las conocemos con mucha precisión” y subrayó la importancia de las medidas estructurales debido a su eficiencia. 

Entre sus conclusiones están la mayor comprensión de los ecosistemas, la intervención en planificación urbana, comunicación con la sociedad, estudios integrales, más coordinación institucional y tener un papel clave de la tecnología.

El documento suma 7.647 millones de euros más para nuevas regulaciones, trasvases, conservación y mantenimiento —incluida la seguridad de presas— y posibles reformas legales.

También recoge 4.052 millones en obras prioritarias en cuencas mediterráneas, incluidas nuevas presas, alternativas, actuaciones fluviales y proyectos en varios barrancos.

La segunda parte del informe detalla 19.180 millones de euros para reducir riesgos de inundación, repartidos en:

• 3.550 millones en medidas estructurales.
• 1.722 millones en planificación.
• 9.443 millones en drenaje urbano sostenible y tanques de tormenta.
• 1.542 millones en infraestructuras verdes.
• 4.644 millones para adecuación y seguridad de presas.

En la mesa redonda participaron AEDyR, Daqua, Fenacore, Seopan y Spancold. El debate se centró en cómo pasar de gestionar la escasez a construir resiliencia hídrica.

Se destacó la importancia de la desalación y la reutilización para que pasen a ser recursos convencionales, así como la calidad del agua y la necesidad de redes modernas.

El secretario general de Fenacore, Pedro Parias, afirmó: “no hay medida más resiliente para combatir con el cambio climático que las presas”. Porsu parte, el presidente de Spancold, Carlos Granel, señaló que “arrastramos un problema crónico: cuando se habla de la gestión del agua se habla de cómo gestionar el recurso, pero no de la disponibilidad del recurso en sí”.

La mesa coincidió en la urgencia de renovar infraestructuras envejecidas, seguir innovando y acelerar la ejecución de proyectos.

La directora general del Agua, María Dolores Pascual Vallés, cerró el encuentro subrayando la importancia de la comunicación pública y agradeciendo la elaboración del informe, “una hoja de ruta necesaria para abordar el futuro y tener una visión más poliédrica” y enfatizando  que “el cambio implica un cambio en la manera de actuar, no se puede cambiar si actuamos de la misma manera”.