Reivindicar la industria que sostiene el progreso
Hablar de progreso es hablar de industria. Y para hacer posible la industria en España es necesario hablar de construcción. Un sector que no solo crea empleo y riqueza, sino que hace posible el desarrollo económico, la movilidad y la calidad de vida. Cada infraestructura, cada edificio o carretera es el resultado de una cadena de valor que combina conocimiento técnico, innovación y esfuerzo colectivo. Y en esa cadena, el hormigón preparado ocupa un papel básico y a la vez esencial.
Carlos Peraita, director general de Anefhop.
En Anefhop representamos a las empresas que fabrican ese material silencioso que sostiene todo lo que nos rodea. No suele acaparar titulares, pero está presente en muchos proyectos que mejoran el país. Por eso trabajamos para que su valor sea reconocido y su papel entendido. Y es que el hormigón preparado no es solo un producto, sino que se trata de una industria viva, que está evolucionando, innova y asume su responsabilidad ambiental y social.
Nuestras plantas son más digitales y sostenibles que nunca antes. La tecnología permite optimizar los procesos, mejorar la trazabilidad, reducir emisiones y aumentar la eficiencia. Pero detrás de cada avance hay inversión, compromiso y confianza en el futuro. Y esa confianza necesita un entorno justo y previsible.
Hoy en día, no basta con fabricar bien; también es imprescindible hacerlo en condiciones que aseguren la viabilidad de las empresas. En los últimos años, la morosidad y los plazos de pago excesivos se han convertido en una pesada carga que lastra la competitividad del sector. Aceptar condiciones abusivas o retrasos injustificados en los cobros equivale, en la práctica, a financiar obras públicas o privadas con recursos propios, lo que compromete seriamente la liquidez y la capacidad de inversión de las compañías. Cumplir la ley de lucha contra la morosidad no es solo una obligación legal, sino un acto de responsabilidad para con la industria. Las leyes existen para establecer relaciones justas entre empresas y personas, pero ésta en particular sigue encontrando serias dificultades para hacerse cumplir.
Nuestro sector ha hecho un enorme esfuerzo para modernizarse. Hemos incorporado criterios de economía circular, formación continua, reducción de huella de carbono y prevención laboral. Pero no hay sostenibilidad sin equilibrio económico. No se puede exigir más, con mayores costes, a quien no recibe a cambio las condiciones necesarias para mejorar e invertir.
Reivindicar la industria que sostiene el progreso es, por tanto, defender un modelo productivo justo, que premie la calidad, la seriedad y el cumplimiento. Es poner en valor el esfuerzo de cientos de empresas y miles de trabajadores que, día tras día, fabrican el material más utilizado del mundo con una profesionalidad incuestionable.
En Anefhop seguiremos defendiendo a esas empresas, impulsando la innovación, promoviendo la sostenibilidad y reclamando el respeto que merece una industria estratégica para el país. Porque construir futuro no es solo levantar estructuras, es garantizar que quienes las hacen posibles puedan seguir haciéndolo con dignidad, seguridad y estabilidad.






























































