Innovar para construir el futuro: la I+D+i como clave para atraer talento al sector de la construcción
El sector de la construcción vive un momento de cambio decisivo. De ser una industria tradicionalmente vinculada al trabajo manual y la obra física, está evolucionando hacia un entorno donde la tecnología, la sostenibilidad y la innovación marcan el ritmo. Sin embargo, este proceso de transformación se enfrenta a un obstáculo de gran calado: la escasez de talento cualificado.
Carlos Martínez Bertrand. Director gerente de la Plataforma Tecnológica de la Construcción (PTEC).
A pesar de su peso económico —la construcción aporta más del 6% del PIB nacional y genera millones de empleos—, el sector sufre un déficit de profesionales jóvenes. La plantilla envejece, faltan perfiles técnicos especializados y persiste una imagen social poco alineada con la realidad actual. Hoy, la construcción es también digitalización, eficiencia energética y sostenibilidad, pero ese mensaje aún no ha calado entre las nuevas generaciones.
La solución, según los expertos, pasa por integrar de forma decidida la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+i) en el núcleo de la actividad constructiva. La innovación no solo impulsa la competitividad, sino que convierte a las empresas en lugares donde aprender, crear y crecer resulta atractivo para los profesionales más cualificados. En un entorno donde el talento elige dónde trabajar, la capacidad de ofrecer proyectos estimulantes y tecnológicos se vuelve esencial.
La incorporación de tecnologías emergentes —como la inteligencia artificial, la impresión 3D, la robótica o la realidad aumentada— está redefiniendo la forma de diseñar y ejecutar obras. La construcción del futuro será colaborativa, digital y sostenible, y eso requiere nuevos perfiles profesionales: ingenieros de datos, especialistas en sostenibilidad, técnicos en gestión digital o gestores de innovación. En definitiva, una generación capaz de combinar conocimiento técnico con visión tecnológica y sensibilidad ambiental.
Fomentar la cultura de la innovación dentro del sector es también clave para retener talento. Los entornos que promueven la creatividad, la formación continua y la participación en proyectos de vanguardia ofrecen a los trabajadores la posibilidad de desarrollarse profesionalmente sin necesidad de buscar oportunidades fuera. La I+D+i se convierte así en un instrumento no solo productivo, sino también humano: ayuda a construir carreras sostenibles dentro de empresas más abiertas, dinámicas y competitivas.
Otro elemento esencial es la colaboración entre el ámbito público, académico y empresarial. Las universidades y centros tecnológicos desempeñan un papel fundamental en la formación del talento innovador, adaptando sus programas a las necesidades reales del mercado y ofreciendo experiencias prácticas que conecten la teoría con la obra. Esta sinergia garantiza que los futuros profesionales lleguen preparados para afrontar los desafíos de la construcción sostenible y digitalizada.
Además, la transformación del sector ofrece una oportunidad única para revisar su imagen social. Mostrar su papel como motor económico, impulsor del bienestar social y actor protagonista en la transición ecológica puede atraer a jóvenes que buscan profesiones con propósito. La construcción no solo levanta infraestructuras; crea espacios que determinan la calidad de vida de las personas y el futuro de las ciudades.
En última instancia, apostar por la I+D+i significa apostar por el talento. Significa pasar de ver la innovación como un lujo a entenderla como una necesidad estructural. Un sector capaz de reinventarse atraerá a quienes buscan un entorno profesional donde la creatividad y la tecnología se unan para mejorar el mundo que habitamos.
La construcción del futuro no solo erigirá edificios, sino también oportunidades. Innovar, en este contexto, es construir mejor, construir con sentido y, sobre todo, construir para las personas.






























































