Los profesionales del sector de la náutica recreativa valoran la evolución y tendencias de la categoría de propulsión marina y combustibles (Parte 1)

“En relación con los nuevos combustibles se está viendo una demanda creciente por parte de los armadores que piden construir sus barcos preparados para quemar cualquier tipo de combustible. En este momento, es todavía muy difícil determinar cuál será la mejor opción de combustible más allá del diésel, aunque opciones como los combustibles renovables, el metanol e incluso el hidrógeno van ganando terreno. En el caso de la náutica de recreo y buques de gran eslora, las emisiones y el ruido son una prioridad y, en ese sentido, la elección de uno u otro combustible es clave

Las últimas innovaciones más significativas son aquellas que exploran la posibilidad de quemar nuevos combustibles y aquellas que profundizan en una mayor electrificación de los buques. El mayor grado de electrificación, entendido como la utilización de motores eléctricos accionados por electrónica de potencia, es cada vez más notable ya que permite una navegación más silenciosa y con menos vibraciones. La electrificación ofrece notables ventajas, como puede ser una operación más eficiente puesto que, a pesar de las conversiones necesarias de potencia eléctrica-mecánica, el punto de funcionamiento óptimo de las máquinas es mejor y más preciso”.

“Como factores clave que están marcando la evolución de la categoría de propulsión marina y combustibles destacaría la regulación para eliminar las emisiones del sector de la náutica, la percepción del cliente sobre la autonomía y fiabilidad del barco y, por último, el desarrollo de infraestructura. Respecto a las innovaciones más recientes en sistemas de propulsión marina, destacaría la propulsión eléctrica y el metanol.

Creo que la elección de Trump como presidente de Estados Unidos ralentizará la electrificación a menos que China considera estratégico el coche eléctrico para entrar en Europa y otros mercados y baje aún más el coste de las baterías, haciéndolas más fiables”.

“En general, los combustibles fósiles siguen reinando, pero sobre todo en pequeñas potencias (hasta 3 hp), los motores eléctricos se están empezando a hacer hueco. La evolución de los sistemas de propulsión marina está marcada por la entrada al mercado de sistemas de propulsión eléctrica, además de un aumento en la concienciación medioambiental de los navegantes y en algunos casos, regulaciones más estrictas. Las innovaciones más recientes son motorizaciones híbridas y eléctrica, o pilas de combustible de hidrogeno.

Vemos un futuro prometedor para el mercado de la propulsión marina, con una creciente demanda de tecnologías más sostenibles y eficientes. La transición hacia tecnologías más limpias es una realidad cercana, impulsada por la creciente conciencia ambiental de los consumidores, las regulaciones más estrictas y los avances tecnológicos”.

“Respecto a los motores, la tendencia va encaminada hacia motores más grandes y de fuera a bordo para embarcaciones de recreo, son motores de combustión y cada vez de más caballos. Por otra parte, hemos detectado un incremento significativo del uso de equipos y de motores eléctricos, sobre todo en actividad de desplazamientos de barcos de un tamaño medio o pequeño. Así, centrándonos en los sistemas de propulsión eléctrica, los avances fundamentales están en las baterías que cada vez tienen más densidad energética. Eso significa, que, con el mismo volumen, el mismo peso y algo menos de coste, se puede ir más lejos. Por último, destacar que parece evidente que las regulaciones dentro de la Comunidad Europea apuntan a que hay que hacer una descarbonización y una transición hacia sistemas más sostenibles y, por supuesto, la movilidad eléctrica tiene mucho que decir en este sentido”.

“En los últimos años, hemos visto llegar motores más eficientes, más ligeros y con innovaciones que han reducido enormemente el volumen de emisiones de CO2 y de ruidos. Por su parte, el motor eléctrico también está llegando, sobre todo en potencias de bajo voltaje, pero aún con una participación de mercado muy baja. Además, los motores de gasolina actuales, al ser motores más ligeros y eficientes, hacen que el rendimiento de las embarcaciones sea mucho mejor.

La transición hacia energías más limpias seguirá creciendo, pero, salvo que haya restricciones, tardará mucho en ser predominante, si es que alguna vez lo llega a ser. Yo sigo diciendo que el uso tan poco intensivo que se hace en la náutica de recreo no debería estar sometido a las mismas reglas de otros sectores que sí lo son”.

“En España, la demanda de sistemas de propulsión marina ha evolucionado de manera sostenida, con un leve crecimiento en sectores relacionados con la sostenibilidad. Destacamos cómo las regulaciones europeas sobre emisiones están promoviendo el desarrollo de sistemas más eficientes y limpios, además los navegantes particulares y profesionales buscan opciones más económicas y sostenibles debido a la creciente conciencia medioambiental y los sistemas híbridos y eléctricos están ganando terreno, especialmente en embarcaciones pequeñas y de recreo.

En la actualidad, observamos el crecimiento de biocombustibles y alternativas sostenibles, como el hidrógeno y los combustibles sintéticos. La transición hacia energías limpias no solo seguirá acelerándose, sino que será impulsada por normativas globales, incentivos gubernamentales y la presión del consumidor”.

“Por lo que se refiere a los barcos a motor, la proliferación de embarcaciones con motores fueraborda es una tendencia clara en los últimos años en todo tipo de esloras y segmentos. Pese a ello, los motores intraborda siguen teniendo cabida en el mercado en aquellas aplicaciones en las que el diseño de la embarcación exija de un motor intraborda o el diseñador quiera una presentación limpia de la popa. La equiparación de precios entre el diésel y la gasolina o la reducción de consumo que han experimentado los últimos años los motores fueraborda están siendo puntos clave en las tendencias que estamos experimentando.

Hay una creencia del público general de que aquello que tenemos en tierra se puede extrapolar a cualquier terreno, cosa que no es así. Es tarea de todos hacer entender que las condiciones en el mar son diferentes a las dispuestas en tierra, con factores que complican o que imposibilitan la utilización de tecnologías implantadas en el mundo terrestre”.