El sector del acero invirtió 301 millones de euros en innovación
Unesid presentó el pasado 26 de mayo su estudio sobre ‘Sostenibilidad de la industria siderúrgica Española, 2016’ con datos cerrados del pasado ejercicio. El estudio, donde se muestran los indicadores económicos, sociales y medioambientales, transmite el compromiso del sector siderúrgico con la sostenibilidad, entendida como la preocupación por crear valor económico, medioambiental y social a corto y largo plazo, contribuyendo al aumento del bienestar y al auténtico progreso de las generaciones presentes y futuras. Con esta iniciativa, la asociación pretende contribuir a una mayor transparencia del sector para que la sociedad conozca y entienda cuáles son las aportaciones de la industria del acero en todos los ámbitos de la sostenibilidad.
Andrés Barceló, director general de Unesid, señaló en la presentación que “analizar la sostenibilidad de un sector es analizar la de los productos que pone en el mercado. Cuando adquirimos un producto importado, importamos también su impacto económico, social y ambiental. En el momento actual, las empresas chinas están inundando los mercados europeos con materiales a precios de derribo, lo que pone en riesgo miles de puestos de trabajo de la industria europea. La situación genera un efecto perverso: importamos CO2 de China y les exportamos empleo, eso sin citar el impacto ambiental en sus lugares de producción o las condiciones laborales que en cierta forma favorecemos. Si la UE concede a China el estatus de economía de mercado, será imposible aplicar los instrumentos de defensa comercial contra sus importaciones desleales”.
La publicación de Unesid se articula, además, como una herramienta de auto diagnóstico que permite evaluar el comportamiento y evolución del sector y establecer objetivos y metas para futuros ejercicios. Así, el contenido se estructura en los tres pilares fundamentales de la sostenibilidad, los tres objetivos fundamentales para lograr el desarrollo sostenible. En el económico, analiza la capacidad para contribuir al desarrollo de la economía y al crecimiento a todos los niveles; en el social traslada los principios básicos sectoriales de preocupación por los trabajadores, sus condiciones de trabajo y su seguridad, y por el resto de sus grupos de interés, proveedores, clientes, comunidades locales en las que está presente, y la sociedad en general. Y el ambiental manifiesta su empeño en lograr la mayor compatibilidad entre la actividad social de las empresas y la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas, siendo sin duda un tercer pilar necesario para que los otros dos sean estables.