Las marcas se fijan en la India
Con la crisis financiera, la fascinación por la India como un mercado emergente para los deportes globales ha amainado, pero no ha desaparecido. El pasado fin de semana, mientras los jugadores de cricket de este país conseguían una histórica victoria sobre la selección de Australia, 150 de los mayores emprendedores del mundo del fútbol escuchaban en Zúrich que, si ignoraban al subcontinente, se arriesgaban a perder el barco del mundo en desarrollo.
“El cricket y Bollywood han sacado una versión de este deporte adaptada a la televisión por valor de 2.000 millones de dólares”, asegura Max van den Doel, portavoz en la conferencia de la International Football Arena, organismo que explora el terreno fértil entre el deporte y el negocio del fútbol. “La NBA tiene un plan de 10 años para hacer que el baloncesto sea el deporte número dos en la India y el hecho de que el baloncesto americano tenga ya en vigor esta estrategia demuestra que el fútbol no puede permitirse el lujo de ignorar el potencial de este país”.
Van den Doel tiene un interés personal en desarrollar los mercados deportivos. Es el director de márketing de Adidas para Asia y Oceanía, con una inmensa cantidad de calzado deportivo que vender todavía, objetivo para el que ha resucitado a Zinedine Zidane, que mantiene su prestigio en Asia.
Sin embargo, no parece éste el mejor momento de expandirse a nuevas zonas. La actual incertidumbre financiera empaña inevitablemente todos los temas. El Chelsea, uno de los patrocinadores de la IFA, inició hace cinco años una tendencia al ser comprado por el magnate ruso Roman Abramovich. Ahora, una docena de equipos punteros de Inglaterra son de propiedad extranjera.
En referencia a la discusión sobre si los equipos europeos deberían ayudar a la India a construir una infraestructura de fútbol, Amit Bhatia, cuyo suegro posee otro club de Londres, el Queens Park Rangers, asegura que le sorprendería que no hubiera más indios ricos que compraran clubes ingleses. “El potencial está ahí”, indica Bhatia.
“Y éste es el momento”. Pero igualmente, Bhatia admite que no ve jóvenes talentos indios a los que promocionar para que se conviertan en los ídolos del futuro. Mientras tanto, el fútbol, introducido en la India por los británicos en 1870, es el pariente pobre del cricket.
Alan Durante, un hombre de negocios que lleva 25 años buscando al héroe del fútbol indio como presidente del Mahindra United, dice que ningún equipo de la nueva Primera División India saca ni una rupia con el balompié.
Por eso, este deporte, que está muy por detrás del cricket, que ha encontrado una mina de oro en el dinero de Bollywood reinventándose para la televisión, e incluso por detrás del baloncesto en inversión extranjera, no tiene un plan concertado para ganar terreno. Y parece que poca ayuda le va a llegar de los países más ricos.
Mientras que en público hemos oído a los más veteranos administradores del deporte rey hablando de construir lentamente una cultura de fútbol y a jóvenes indios diciendo que quieren que Bollywood entre en el fútbol, y lo quieren ahora, a micrófono cerrado la cosa cambia. Ni siquiera los arquitectos del acuerdo de tres años de televisión global de Inglaterra, por un valor cercano a los 2.650 millones de dólares, pueden decir lo que sucederá cuando esta operación expire después de la temporada 2010.
Peter Kenyon, general manager del Chelsea, sospecha que habrá una presión para reducir los gastos y los sueldos de los jugadores. Del mismo modo, respondió con un rotundo “no” a todas las preguntas sobre si el Chelsea invertirá en un club de fútbol indio en el futuro.
La llamada para ayudar o explorar la India ha llegado en un momento en el que la élite inglesa está reconsiderando hasta qué punto son realmente ricos sus equipos y hasta qué punto son vulnerables. Joseph Blatter, el presidente de la fifa, ha urgido una y otra vez a despertar a los “gigantes dormidos” de China e India. Ha llegado el momento, en su opinión. Con economías boyantes y con casi la mitad de la población mundial entre los dos, es posible que también se puedan ayudar entre ellos.