El sector textil revive 2005
La crisis económica ha incidido con fuerza en el mercado español, provocando un intenso retroceso en la actividad y el empleo del sector, comparable al del año 2005, según destaca el último informe del Centro de Información Textil y de la Confección (CITYC). El sector viene realizando desde 2002 un intenso proceso de adaptación a la globalización del mercado textil, que tuvo como punto álgido 2005, con la liberalización de los intercambios textiles internacionales.
Sin embargo, la evolución durante 2008 vino marcada por la grave crisis económico-financiera internacional, que ha afectado en especial a los países desarrollados, pero cuyas consecuencias han contagiado a las economías emergentes.
En España, la crisis se ha materializado de manera intensa y rápida debido a los procesos de ajuste derivados de los importantes desequilibrios existentes, como el del mercado inmobiliario.
Así, la demanda del mercado textil/confección español ha sido negativa durante el año (-5,8% en valor) fruto de la fuerte contracción del consumo de las familias y de la compra de viviendas. De esta forma, el mercado de textiles para el hogar ha sido el que ha evolucionado de manera más negativa.
La demanda exterior ha tenido una evolución algo menos negativa. Las exportaciones en 2008 han crecido un 2,4%, superando los 8.000 millones, aunque este aumento se centra en las prendas de vestir, ya que las manufacturas textiles han sufrido un intenso retroceso.
Por su parte, el menor consumo y la caída de la actividad industrial del sector han reducido las importaciones (-0,7%), con lo que el déficit comercial ha mejorado ligeramente con respecto al año anterior.
La negativa evolución del mercado ha determinado caídas en la producción (-10% en términos reales) y en el empleo (-7,2%), que se sitúan en niveles similares a lo acontecido en la crisis de 2005.
A este entorno negativo hay que añadir las limitaciones de acceso al crédito que sufren las empresas, lo que acentúa aún más las consecuencias de la crisis y pone en dificultades la supervivencia de algunas empresas.
A consecuencia de ello, han crecido las insolvencias en el sector (concursos), que doblan en número a las del año anterior, además de un aumento de los plazos de cobro y de las devoluciones e impagados.