El D2C irrumpe en el comercio electrónico
El llamado Direct To Consumer (D2C) es un modelo en el que las empresas y los clientes comparten los espacios de comunicación y ventas. Este modelo ha aparecido hace relativamente poco, en una época en la que la relación entre los consumidores y las marcas está cambiando y no se asemeja nada a la que tenían anteriormente.
En la actualidad, las marcas tienen muy complicado captar clientes, puesto que a los consumidores no nos importan únicamente los productos, sino que vamos más allá. Ahora los clientes queremos saber la procedencia de los productos que compramos, cuánto tardan en llegarnos, cuáles son los valores de la marca, su posición en temas de actualidad o cómo reaccionan a nuestros problemas y necesidades. Si conocemos todo esto y la marca respeta y representa nuestros valores, entonces será nuestra marca.
Las marcas son conscientes de que tener clientes fijos es más complicado que nunca, por lo que están obligadas a tener el control de la relación con los clientes finales. Deben de ser las encargadas de decidir qué, cómo y cuándo lanzar sus mensajes, además de ser las que escuchen a sus clientes, todo esto para tenerlos contentos. Para conseguir esto, han prescindido de intermediaros y distribuidores, unos actores que no aportaban nada en la cadena de valor, sino que contribuían al aumento de los precios, ofrecían una atención al cliente ineficiente y suponían un exceso de logística.
Ante esta situación, las marcas deben adaptarse, pero hay algunas que parten con ventaja respecto al resto. Se trata del caso de las Digital Native Vertical Brands (DNVB), marcas que nacen y viven en canales online, que son dueñas de toda la cadena de valor y que no necesitan adaptarse, puesto que este es su medio des del principio.
Ya son decenas de sectores del mundo Ecommerce los que se están saltando todas las barreras hasta encontrase cara a cara con el cliente, puesto que el mundo Ecommerce avanza cada vez más hacía el modelo combinado de D2C y marketplaces.
