ASTIC advierte del exceso regulatorio y la falta de personal cualificado
La Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) celebró su 48ª Asamblea General en el Palacio de Congresos de La Granja de San Ildefonso (Segovia), con un mensaje claro: el transporte internacional por carretera atraviesa un momento crítico por el impacto simultáneo de la presión normativa comunitaria, el déficit estructural de conductores profesionales y las propuestas legislativas en España para reducir la jornada laboral.
Durante el encuentro, al que asistieron representantes de las principales empresas del sector —que en conjunto representan el 20 % de la facturación nacional en transporte internacional—, se advirtió del elevado riesgo que supone el nuevo marco regulador europeo. La implantación de peajes climáticos, la exigencia de informes ESG y la futura inclusión del sector en el régimen de comercio de emisiones (ETS II) se traducirán en sobrecostes que oscilarán entre los 75.000 y los 1,2 millones de euros anuales por empresa, en función de su tamaño y flota.
ASTIC dirigirá una carta formal a Ursula von der Leyen solicitando una revisión urgente de los plazos del Pacto Verde y una adaptación más realista a las características del transporte de larga distancia. “Estamos ante un punto de inflexión que puede comprometer la viabilidad de muchas compañías, especialmente aquellas con márgenes operativos del 3 % al 5 %”, advirtió su presidente, Marcos Basante.
Por otro lado, el coste mínimo operativo por kilómetro ha alcanzado los 1,14 €/km, un 6 % más que en 2023, arrastrado por el encarecimiento del equipamiento, mantenimiento y costes sociales. El fenómeno del “cohete y pluma” en el precio del gasóleo también agrava la presión sobre las cuentas de resultados.
Uno de los asuntos que más preocupan a las empresas presentes fue la escasez estructural de conductores. Actualmente, España necesita cubrir 30.000 vacantes, y de no revertirse la tendencia, el déficit podría alcanzar los 116.000 en 2028. ASTIC pide agilizar la contratación de personal extracomunitario, adaptar el modelo formativo, incorporar el transporte al Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura y fomentar el acceso de jóvenes y mujeres a la profesión, cuya media de edad ya roza los 54 años.
La patronal también advirtió de los efectos de la posible reducción de jornada que planea el Gobierno a partir de enero de 2026. Según Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC, esta medida provocaría una caída de 8.000 km anuales por conductor, comprometiendo la productividad y generando fricciones con la estricta normativa europea de tiempos de conducción y descanso. “Esto colocaría al transporte español en clara desventaja competitiva frente a operadores de otros países europeos”, señaló.
La Asamblea contó con el apoyo de más de 30 compañías y entidades colaboradoras, entre ellas Moeve, Iveco, Iberdrola, Continental, Scania, MAN, Andamur, UTA EdenRed y Disfrimur, y con la participación de ‘El Economista’ como media partner.

























