El streaming exige al licensing adaptarse a un nuevo ritmo
El sector del licensing sigue adaptándose a los nuevos hábitos de consumo de contenidos y a los nuevos formatos del entretenimiento audiovisual, con las plataformas de streaming que siguen ganando cuota de mercado, las nuevas plataformas 100% digitales que ofrecen nuevas maneras de introducir y potenciar las propiedades y la televisión que mantiene cierto peso entre el usuario, mientras parece que el cine va recuperando poco a poco su territorio con la vuelta a la normalidad. Esta diversificación provoca que las empresas del sector de las licencias tengan que estar pendientes de las últimas tendencias y novedades, sobre todo para posicionar sus propiedades y productos/servicios allá donde esté el consumidor, incluso llegando a modificar la manera en la que trabajan y planifican su actividad. Ahora, con las plataformas digitales y de streaming es el consumidor quien decide qué consume, dónde lo consume y en qué momento lo consume, lo que conlleva cambios en la manera de trabajar del licensing, sobre todo a nivel de planificación.
En esta línea, durante el último Brand & Licensing Innovation Summit (B&LIS) celebrado en Nueva York el pasado mes de noviembre, los ejecutivos de la industria que participaron en el evento destacaron que el streaming puede provocar que la popularidad de una propiedad pueda crecer o caer más rápido que nunca. Por ello, consideran necesario que los procesos de aprobación en el licensing se aceleren. Estos procesos de aprobación fueron pensados, especialmente en el caso de las películas, para una cadencia predecible de lanzamiento, pero el reciente ‘boom’ de contenidos streaming ha trastocado estos cálculos. Así, con la llegada de esta nueva manera de producir y consumir contenidos, lo que antes solía ser una ventana de 12 semanas para vender productos de consumo vinculados a un estreno cinematográfico, ahora en muchos casos se ha reducido a apenas 4 semanas. Paralelamente, el tiempo entre que el producto se produce en fábrica y llega a la tienda ha aumentado de 7 meses a 9-12 meses, debido a los problemas logísticos que se arrastran desde hace dos años, pero también por culpa de que los procesos de aprobación no se han adaptado al mismo ritmo que los cambios en el mercado.
Para acelerar estos procesos, algunos profesionales de la industria sugieren aplicar inteligencia artificial para ayudar con las aprobaciones digitales, en lugar de esperar las firmas físicas de los propietarios, mientras otros profesionales consideran que las empresas deberían contar con algún departamento de licensing centrado en este dinámico mercado para ayudar a recortar los tempos de las operaciones. Además de los problemas logísticos comentados anteriormente, otro problema que afronta el sector es la reestructuración que están sufriendo muchas compañías, y que en muchos casos dificulta todavía más los procesos de aprobación, que ya de entrada deben tener en cuenta no solo el estudio, sino las compañías de producción, los actores, los guionistas y otros profesionales, todos ellos teniendo que firmar su parte del contrato. Al mismo tiempo, mientras los retailers cancelan o retrasan pedidos para intentar liquidar el exceso de inventario (especialmente en moda), algunos licenciatarios están apretando para modificar los contratos con el objetivo de ampliar los periodos para conseguir ganar el mínimo garantizado y reducir las tasas de royalties teniendo en cuenta la caída en las ventas. Lo que parece claro es que el sector necesita adaptarse a los cambios que están marcando el sector, y que todos los eslabones de la cadena de valor deberán poner de su parte para seguir adelante.
