“España tiene una oportunidad histórica para aumentar y liderar la producción de almendra ecológica"
Entrevista a Ignasi Iglesias, Technical Manager en Agromillora
El cultivo de almendro en seto se está convirtiendo en una opción cada vez más demandada en muchas zonas agrícolas. Su alta rentabilidad en condiciones de secano ecológico, unido a la eficiencia y sostenibilidad en el manejo y el consumo de inputs, han convertido a esta opción en una alternativa de valor añadido frente a las producciones convencionales de cereal.
A grandes rasgos, ¿qué progresión está experimentando el cultivo del almendro en España durante los últimos años y cómo estarían contribuyendo los sistemas intensivos utilizados en este cultivo? ¿Cuáles son las principales ventajas agronómicas que depara esta opción sobre otras alternativas?
El cultivo del almendro en España se encuentra en plena fase de expansión. A pesar de recurrentes crisis de precios, como la de 2020-2021, la superficie total de cultivo alcanza ya las 700.000 hectáreas en nuestro país y la producción no para de crecer, aunque la mayoría en secano (tan solo 122.000 ha en regadío). Se calcula que en los últimos cinco años se han plantado, entre España (70%) y Portugal (30%), alrededor de 20 millones de almendros por año, lo que evidencia el interés que está suscitando esta opción de cultivo en la península Ibérica.
La progresiva intensificación del cultivo es manifiesta y va paralela al de otras especies para alcanzar una mayor sostenibilidad de la producción. La reducción de los marcos de plantación y trabajar con menores volúmenes de copa, permite disponer de un mayor número de árboles por hectárea de menor volumen y a la vez una entrada en producción más rápida adelantando el Pay-Back (plazo de recuperación de la inversión). El manejo del almendro en súperintensivo o seto tiene la ventaja de ser más eficiente en cuanto al uso de inputs, reduciendo la deriva en la aplicación de fitosanitarios como ya se ha demostrado desde hace décadas en otras especies frutales.
La recolección con máquinas cabalgantes es otro de los puntos a favor de este modelo agronómico. Permite un ahorro de costes y una menor necesidad de mano de obra, siendo esta más especializada, en comparación con otras alternativas. En definitiva, el sistema de almendro en seto es una opción nueva que se está posicionando como una alternativa innovadora para plantaciones de una cierta extensión en la que vamos a obtener una rentabilidad similar al sistema intensivo pero con una entrada más rápida en producción, además de toda una serie de beneficios en el uso de la mano de obra, ambientales y de sostenibilidad.
En general, ¿cómo está siendo la adaptación de las variedades de almendro que se emplean en súperintensivo a las condiciones agroclimáticas en las distintas zonas de la península ibérica?
Es cierto que no hay recetas mágicas en la elección de la variedad y la evaluación previa a la plantación es una necesidad. Cada zona es diferente y acertar con la variedad es un aspecto fundamental para el éxito en este cultivo. No obstante hay algunas variedades que están destacando en España por su grado de plasticidad y adaptación. En este sentido, la variedad Lauranne (Avijor) es quizás la que mejor se está adaptando en distintas zonas del país al cultivo en seto. Se trata de una variedad del INRA (Francia) que cuenta ya con 25 años en el mercado, de cáscara semidura, dura, autofértil y que destaca por su buen potencial productivo y la regularidad de las producciones.
Existen otras variedades destacadas en cuanto a su comportamiento agronómico en este sistema de cultivo, como pueden ser Soleta, Guara, Penta, Vairo o Marinada. La investigación en este sector sigue avanzando y la información disponible es cada vez mayor, todo con el objetivo de que el agricultor pueda escoger la variedad más adecuada a las características de su zona de producción.
La notable innovación en variedades autofértiles y de floración tardía procedente de España ha sido “la clave de vuelta” sobre la que descansa el importante desarrollo del almendro en las dos últimas décadas en el sur de Europa, en particular en España y Portugal. A ello hay que añadir la innovación en patrones y sistemas de formación.
En lo que respecta al almendro súperintensivo o en seto en secano, ¿qué consideraciones técnicas hay que tener en cuenta a la hora de decidirse por esta modalidad de cultivo?
El almendro es un cultivo que está muy adaptado a las condiciones climáticas de los secanos. El comportamiento de variedades como Penta o Avijor así lo demuestra. Uno de los factores clave en este sistema de cultivo en secano es acortar el periodo de tiempo que transcurre entre la floración y la recolección mediante una adecuada elección varietal. Sin embargo, los criterios que hay que tener en cuenta a la hora de estudiar la viabilidad de una plantación de almendro en seto en secano son, por un lado, la distribución de las precipitaciones a lo largo del año y, por otro, la capacidad del suelo para almacenar el agua caída, que siempre será el factor limitante. El mejor punto de partida en este sentido serían los secanos frescales, lo que nos asegura un nivel de precipitaciones por encima de los 400 mm al año. Es preciso resaltar que este sistema de producción no es la solución para todos los secanos, solamente para aquellos frescales con una buena distribución de las precipitaciones, buenas condiciones edáficas y la elección de las variedades mejor adaptadas a cada zona. Por supuesto que los secanos más duros pero con riego de soporte constituyen una opción interesante para el almendro autoenraizado en seto.
¿Cuál puede ser el potencial productivo del almendro en seto en secano en condiciones óptimas?
La aspiración en estas condiciones de cultivo es obtener un nivel de cosecha, al cuarto o quinto año, en torno a los 500-600 kg/ha de almendra grano. Esta opción y modelo productivo se está desarrollando desde Agromillora desde el año 2017 en diferentes centros de investigación (ITACYL, ITAP, CICYTEX, etc.) y fincas comerciales de España y Portugal, y para los secanos frescales. Se basa en variedades autofértiles autoenraizadas, conducidas en seto de volumen modulable según condiciones edafo–climáticas y altamente mecanizable, tanto en la poda como en la recolección. Este sistema, al igual que en olivo, deberá permitir una producción eficiente y sostenible de almendra ecológica para revalorizar amplias zonas dedicadas actualmente a cultivos extensivos con una baja rentabilidad. Cabe recordar que en España contamos con más de 3 millones de secanos frescales de los cuales sobre un 20-30% podrían ser candidatos a esta nueva alternativa productiva.
La posibilidad de unir el manejo en secano con las pautas de la agricultura ecológica, ¿qué ventajas tiene y qué grado de dificultad implica para el productor?
Por supuesto que la producción ecológica es un sistema de producción que, como en otros frutales, requiere de mucha más tecnificación por parte de los productores y de una asesoría especializada, además del acierto en la elección varietal y en las zonas óptimas de cultivo. Pero una de las ventajas que ofrece esta opción en el aspecto productivo es la menor presión de plagas y enfermedades en condiciones de secano, lo que simplifica su manejo en ecológico. La buena preparación del suelo es una de las prácticas fundamentales en este sistema, junto a los aportes de materia orgánica y a la escarda mecánica para el control de malas hierbas.
España tiene actualmente una oportunidad histórica para aumentar y liderar la producción de almendra ecológica. Con una superficie total en España de 144.500 ha (2020) producimos apenas 18.000 toneladas de almendra grano a día de hoy (2020), pero si produjéramos un volumen cuatro veces mayor también estaría vendido. Somos deficitarios en este tipo de almendra y países como Italia, Francia o incluso Estados Unidos no están en disposición tecnológica de aumentar su producción en ecológico.
¿Cuál será el encaje de este cultivo en la nueva PAC y qué valor añadido puede aportar en cuanto a la recepción de ayudas y al cumplimiento de normas medioambientales?
Los ecoesquemas van a representar el 25% de las ayudas directos de la nueva PAC 2023-2027, una línea de compensación que antes se articulaba a través de las ayudas agroambientales. En este caso el almendro en seto encajaría perfectamente con el ecoesquema de las cubiertas vegetales, una práctica incluida dentro de las medidas de agricultura baja en carbono. Por otro lado, el cultivo en súperintensivo ya sea en regadío o en secano, está perfectamente alineado con los retos de sostenibilidad que plantea el Pacto Verde europeo con sus estrategias asociadas 'Del Campo a la Mesa' y de 'Biodiversidad' y con la intensificación sostenible propuesta por la FAO.