Próxima creación de una Agencia de Seguridad Alimentaria

Europa tendrá una Agencia de Seguridad Alimentaria dentro de un par de años a más tardar, según recoge el diario El Correo Español en su edición del pasado 11 de enero. Ese es el objetivo de un amplio debate que, sobre la base de un Libro Blanco, cuya publicación estaba prevista el día 12 de enero, la Comisión Europea quiere poner en marcha, para devolver a los ciudadanos de los Quince la confianza en la calidad de los alimentos que consumen.
El Libro Blanco sobre Seguridad Alimentaria propone para el nuevo servicio el mejor apoyo científico posible, total independencia de intereses industriales y políticos, apertura a la fiscalización pública, solvencia y autoridad
científicas y capacidad de colaboración con las agencias nacionales especializadas en estas temáticas.
El principal handicap de la propuesta es que la nueva agencia carecerá de capacidad normativa ya que la actual configuración del Derecho comunitario no lo permite. Salvo cambios que el Libro Blanco no excluye, las competencias legislativas y la capacidad de decisión continuarán perteneciendo a la Comisión, al Parlamento y a los Estados miembros, a través del Consejo y sus respectivos ordenamientos nacionales.El comisario responsable de Seguridad Alimentaria, David Byrne, explica el diario, ha declarado reiteradamente que considera innecesario un cambio en los tratados constitutivos de la Unión Europea para otorgar poderes legislativos y ejecutivos a la futura agencia. El Libro Blanco recoge esa opinión y estima, además, que cualquier otro planteamiento restaría trasfondo democrático al establecimiento de garantías sanitarias en los alimentos que consumen los europeos.
Las competencias de la nueva agencia (su nombre oficial no ha sido aún definido, aunque Bruselas desearía verla modelada sobre el formato de la Agencia Europea de Evaluación Médica), serían las de «preparación y provisión de dictámenes científicos, la recolección y el análisis de las informaciones necesarias para fundamentar tanto la opinión como el proceso de toma de decisiones de la Comunidad, el control y la vigilancia de todas las materias concernientes a la seguridad alimentaria y la participación de sus hallazgos a todas las partes interesadas».
Las materias sobre las que la futura agencia debería trabajar son las concernientes a la producción primaria de alimentos (tanto en sus aspectos agrícolas como veterinarios), procesos industriales, almacenamiento, distribución y comercialización. Además, atenderá a asuntos relacionados con la salud y el bienestar de los animales, y estará facultada para incorporar a sus análisis aspectos relacionados con los sectores medioambiental y químico, en la medida en que éstos influyan en la valoración de riesgos para la alimentación.
La puesta en marcha de la Agencia se estima que será entre mediados de 2001 y comienzos de 2002 y su inicio de operaciones ese mismo año.
La seguridad alimentaria constituye una de las prioridades de la Comisión Europea que preside Romano Prodi. Coincide en ello con el Parlamento Europeo, para el que la garantía de la calidad de los alimentos es uno de los elementos centrales de su mandato, como lo han reiterado sus diferentes grupos políticos.
Y no es para menos, pensamos los consumidores. La sucesión durante los últimos años de casos como el de la adulteración en España del aceite de colza, la aparición de las vacas locas en Reino Unido, el escándalo de las dioxinas en Bélgica, o la reciente contaminación de productos de charcutería en Francia, ha ocasionado una actitud de la opinión pública mucho más crítica ante los alimentos y su seguridad para la salud.