El II Congreso de Agricultura Ecológica de Murcia desgrana el futuro del sector y las oportunidades de crecimiento

La lucha biológica se erige como herramienta fundamental para el control de plagas en agricultura ecológica. Además, es necesario incrementar la biodiversidad vegetal, realizar más investigación para ofrecer herramientas a los agricultores y seguir incidiendo en la importancia de las buenas prácticas de gestión del suelo. Estas son algunas de las principales conclusiones de la segunda edición de este Congreso de Agricultura Ecológica de Murcia.

De izquierda a derecha, Helena Cifre, Pedro José Pérez y Kristian Hernández, durante su participación en la mesa redonda sobre greenwashing.

El II Congreso de Agricultura Ecológica de Murcia se celebró durante los días 25 y 26 de febrero en la Sala Isaac Peral de la Facultad de Ciencias de la Empresa de la Universidad Politécnica de Cartagena, con un notable éxito de participación, al contar con la inscripción de 413 congresistas, de los que el 85 % procedían de la Región de Murcia y el resto de otros puntos de España como Gerona, Alicante, Sevilla, Córdoba, Castellón, Tenerife, Islas Baleares, Cádiz, Teruel, València, Barcelona y A Coruña.

El evento también contó con la presencia de asistentes de países como Francia, Portugal, Argentina, Perú, Brasil y Colombia; estos participantes en su mayoría eran profesionales de universidades y centros de investigación, aunque también se contó con una nutrida participación de empresas del sector.

Durante el evento se presentaron tres ponencias principales: 'Evolución del control biológico en los cultivos hortícolas de la Región de Murcia', que corrió a cargo del reconocido ingeniero agrónomo Alfredo Lacasa Plasencia, quien fue investigador y jefe del Departamento de Biotecnología y Protección de Cultivos del IMIDA; 'Pesticidas y Salud infantil', por Marieta Fernández, especialista en Nutrición Humana y Dietética; y 'Agroecología en la Región de Murcia. Progresos y problemas. El proyecto AgrosimbiosisLab', que desgranó el profesor emérito de la Universidad de Murcia José María Egea, experto en agroecología, conservación de la biodiversidad cultivada y sostenibilidad alimentaria.

También se celebró una interesante mesa redonda sobre Green Washing con los ponentes Helena Cifré, de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, y Kristian Hernández, de El Limonar de Santomera Sociedad Cooperativa.

Además, se presentaron 30 comunicaciones orales y 18 póster relacionados con el manejo de suelo, salud vegetal y control de plagas, Mar Menor, Formación, protección de cultivos y otras temáticas. El programa detallado de ponencias y los resúmenes de las mismas se encuentran disponibles en la web del congreso, en www.congresoagriculturaecologica.com.

Asimismo, los patrocinadores ofrecieron tres charlas sobre control biológico por conservación en hortícolas de invernadero, la importancia de la fauna auxiliar en la agricultura ecológica y las nuevas herramientas complementarias para mejorar el control biológico de Thrips parvispinus.

De todas las comunicaciones y ponencias presentadas se pueden obtener las siguientes conclusiones:

- El control biológico es una herramienta fundamental para el control de plagas en agricultura ecológica y se debe continuar avanzando para el control de nuevas amenazas sanitarias para nuestros cultivos.

- Aumentar la biodiversidad vegetal nos ayuda a controlar plagas.

- Se debe realizar más investigación para aportar herramientas a los agricultores, por ejemplo, experimentar con sustancias naturales (aceites esenciales) que nos ayuden a controlar determinadas plagas sin que afecten a la fauna útil.

- Importancia de las buenas prácticas del suelo como cobertura vegetal, intercroping, acolchados naturales, etc.

- Necesidad de que la formación reglada en agroecológica se realice a todos los niveles formativos.

- Y relacionado con el consumo, es necesario incentivarlo mediante campañas de promoción a nivel nacional o europeo que ayuden al conocimiento y concienciación de los ciudadanos e inversión pública en compra colectiva (comedores escolares u hospitales). Además, la Administración debe luchar contra el etiquetado que puede causar confusión al consumidor, como por ejemplo, los términos casero, natural, etc.

En definitiva, un aforo de congresistas que pudo tomar nota del interesante panel de expertos que aportó su experiencia y conocimiento del sector de la producción orgánica en España.

En la intervención de Alfredo Lacasa, en la que analizó la 'Evolución del control biológico en los cultivos hortícolas de la Región de Murcia', recordó los primeros intentos de cultivos ecológicos de pimiento en invernadero del Campo de Cartagena a principios de los años noventa, que propiciaron cambios en las formas de controlar las plagas en los cultivos hortícolas de la Región. La llegada de Frankliniella occidentalis y del virus del bronceado del tomate (Tomato spotted wilt virus, TSWV) aceleraron los cambios y se ampliaron a los cultivos convencionales.

Lacasa explicó que desde los inicios se contó con una decisión y voluntad por parte de diferentes estamentos de la producción hortícola, de instituciones y servicios para unificar esfuerzos con un objetivo bien argumentado: el cambio era necesario, para ser competitivos en los mercados en aspectos de seguridad alimentaria.

Así, desgranó la evolución histórica: en 1991, el binomio F. occidentalis- TSWV, como problema clave, orientó las primeras tentativas utilizando depredadores como Orius leavigatus, O. albidipennis o Amblyseius cucumeris. Para el resto de plagas se fueron ensayando soluciones con parasitoides, depredadores u entomopatógenos y fitosanitarios compatibles para el control de los patógenos fúngicos. Tras varios ajustes, en 1997, el control biológico se implantó en un buen número de invernaderos comerciales de pimiento como forma estable de manejo fitosanitario.

Alfredo Lacasa indicó que la progresión fue rápida: el 18% de la superficie en 2000, el 60% en 2001, el 90% en 2005 y, a partir de 2007, en el 100%. Las experiencias en el pimiento de los invernaderos del Campo de Cartagena han servido de referencia para otros cultivos hortícolas de la Región o de otras zonas productoras, siendo permanentes los ajustes y las mejoras en el manejo y en las tecnologías. El control biológico ha supuesto que se haya ido estabilizando la fauna beneficiosa en el entorno influyendo en los flujos de plagas y enemigos naturales a los cultivos, otorgando mayor seguridad en los alimentos y una mejora en la salud de los productores, señaló Lacasa.