Fertilizantes: motor estratégico para el futuro del campo europeo
Detrás de cada saco de fertilizantes no solo hay nutrientes: también hay una industria que acompaña al agricultor, conoce sus cultivos y ofrece soluciones técnicas adaptadas. Apostar por ella significa, en realidad, apostar por un sector agrario más sólido y preparado para el futuro.
Los acontecimientos internacionales de los últimos años han dejado un mensaje claro: confiar en exceso en terceros países puede resultar muy caro. La llegada masiva de fertilizantes a bajo precio desde Rusia y Bielorrusia ha tensionado el mercado y puesto contra las cuerdas a muchas plantas europeas. Más que una anécdota coyuntural, ha sido una advertencia: sin una industria fuerte dentro de nuestras fronteras, la agricultura europea queda en una posición muy frágil.
Pero por suerte, la Unión Europea no parte de cero. Dispone de tecnología, conocimiento y capacidad para producir fertilizantes de calidad, cumpliendo los estándares medioambientales más estrictos del mundo.
Foto del mercado español de fertilizantes
En España, la convivencia entre producción nacional e importaciones es ya parte del paisaje. En 2024, el 36 por cien de los fertilizantes consumidos se fabricó aquí, mientras que el 64 por cien restante procedió del exterior. No se trata de cerrar puertas, sino de garantizar condiciones justas y estables para que la industria local siga aportando valor, empleo y desarrollo en el medio rural.
El mapa de entrada del fertilizante importado se dibuja en los puertos. Sevilla, Santander, Huelva y Castellón fueron en 2024 los principales puntos desde los que el producto se distribuyó por todo nuestro país. Sin estas infraestructuras, el engranaje logístico quedaría incompleto (Figura 1).
Figura 1. Importación marítima de fertilizantes en 2024. Principales provincias de entrada (en toneladas): Sevilla 618.000, Santander 514.000, Huelva 290.000, Castellón 257.000, Cádiz 165.000, Guipúzcoa 160.000, Murcia 135.000, Granada 113.000, Valencia 106.000, A Coruña 87.000, Pontevedra 78.000, Almería 70.000.
Según las estadísticas de ANFFE, el mercado español de fertilizantes cerró 2024 con un consumo de 4,3 millones de toneladas, un 15 por cien más que en 2023. A continuación, se desglosa por tipos de productos:
- Nitrogenados: 2,14 millones de toneladas.
- Complejos (NPK): 1,72 millones de toneladas.
- Fosfatados: 198.000 toneladas.
- Potásicos: 246.000 toneladas.
Aunque la cifra refleja cierta recuperación, aún no alcanza los niveles previos al año 2020 (Figura 2). Por comunidades, Castilla y León encabezó el consumo, seguida de Andalucía y Castilla-La Mancha.
En términos de nutrientes, las ventas durante 2024 se situaron en 873.000 toneladas de N, 367.000 toneladas de P2O5 y 327.000 toneladas de K2O, lo que hace un total de 1,57 millones de toneladas. Según la Asociación Internacional de Fabricantes de Fertilizantes (IFA), el consumo mundial en la campaña 2024/25 fue de 206 millones de toneladas de nutrientes, por lo que España apenas representó un 0,8 por cien del total, pero sigue siendo un mercado estratégico para la Unión Europea y por supuesto para nuestro país.
Con respecto a la estacionalidad, tal y como se puede apreciar en la Figura 3, octubre y noviembre concentraron más del 20 por cien de las ventas nacionales de fertilizantes, aunque conviene recordar que la compra no siempre coincide con el momento de aplicación.
Por su parte, la producción nacional de fertilizantes también repuntó en 2024: 4,2 millones de toneladas, lo que supone un crecimiento del 13,4 por cien respecto al año anterior. Aumentaron asimismo las importaciones (3,68 millones) y las exportaciones (2,68 millones).
Para la campaña 2024/25, ANFFE estima un consumo cercano a 4,1 millones de toneladas, cifra similar a la de la temporada anterior. De cara a las inminentes siembras, la prioridad debe ser llevar a cabo una fertilización eficiente y equilibrada, ajustando dosis, proporciones y calendario con el asesoramiento de técnicos especializados.
Un futuro compartido




















