VN38 - Eneo

PEQUEÑAS BODEGAS Antes de adentrarnos en el proyecto, cuéntenos qué le llevó a Peñafiel, siendo originario de Extremadura. Es el pueblo donde nació mi abuela Cesarea. Gran parte de su familia eran de la zona, incluso mi padre nació en Valladolid, pero debido al negocio de mi abuelo Eduardo, la familia se trasladó a Cáceres. Decidimos volver a la Ribera del Duero a fundar la bodega y lo hicimos con mucho respeto e ilusión ya que es una gran zona de vinos. El edificio en el que se ubica la bodega, a pesar de estar restaurado, data del siglo XIII. ¿Cómo llegó hasta él y qué le animó a comprarlo? Mi familia vivía en una finca del Pinar de San Francisco, que también formaba parte del conjunto de las propiedades de la Orden Franciscana de Peñafiel, muy cerca de la bodega. Las instalaciones del Convento eran propiedad de otra familia, con la que nos unimos para iniciar el proyecto vitivinícola, ya que inicialmente iban a ser destinadas a viviendas porque era suelo residencial. Actualmente, y hace ya más de 10 años, la propiedad es de los hermanos Pitarch Rodríguez. En este sentido, cuando uno visita las instalaciones, ¿qué queda del edificio original? Del Convento San Francisco fundado en 1265 únicamente quedaron dos edificaciones, que eran las antiguas paneras y caballerizas. También queda el arranque en piedra de sillería de uno de sus claustros, del cual fueron expoliadas sus columnas para formar parte de los soportales de la plaza del pueblo. Además, la instalación linda con una antigua iglesia y su ábside, que hoy es una vivienda particular ajena a la bodega. Entonces, el proceso de transformar un antiguo convento en una bodega de vino no debió ser sencillo… Lo primero fue recalificar el suelo para convertirlo en suelo industrial. Después, rehabilitar las edificaciones existentes para convertirlas en nuestras salas de barricas. Construimos una nueva sala de elaboración con total respeto por el entorno, tanto en materiales como estructura. En 2015, iniciamos la construcción de una nueva nave de envejecimiento, con todos los tramites que conllevaba, ya que el PGOU nos calificó con Bien de Interés Cultural y eso trajo consigo bastantes particularidades: prospecciones arqueológicas, comisiones de Patrimonio, Plenos del Ayuntamiento, arquitectos, papeles, licencias y más papeles… Todo ese esfuerzo nos ha llevado a tener a día de hoy unas salas de envejecimiento espectaculares, de lo más modernas en equipos de frío, manteniendo la esencia de un convento del siglo XIII, y preparadas para albergar nuestros vinos. Ahora centrémonos en sus productos, ¿cómo definiría sus vinos? Como decía, vinimos a la Cuenca del Duero con mucho respeto, tratando de hacer bien las cosas y dar valor al pueblo de nuestra abuela. Nos centramos en trasmitir en nuestros vinos las características de nuestra uva autóctona Tempranillo, procedente de nuestras 13 hectáreas de viñedo ecológico propio, más las uvas que compramos a viticultores de confianza de hace muchos años. Estas uvas provienen de distintos pueblos, suelos, altitudes y orientación de los viñedos. Cada tipo de vino que embotellamos tiene detrás una justificación de su origen. Los vinos que lanza al mercado, ¿cambian con cada vendimia o busca un mínimo de homogeneización entre añadas? Me alegro de esta pregunta. Aquí lo primero es ser honesto con uno mismo: quien conoce la Ribera del Duero es consciente de la variabilidad climática de sus añadas, contamos con una climatología extrema que hace que las uvas vendimiadas sean distintas cada año. Nos olvidamos de la homogeneidad, queremos expresar cada añada en cada botella, sino todo sería mucho más aburrido. Háblenos de sus suelos y su clima y su efecto en el vino. Contamos con viñedos en suelos de arcilla, arenas y calizas. Suelos más o menos profundos. En Pesquera de Duero, las plantas de nuestra viña Pisarrosas de 3 hectáreas se ubican en un páramo conocido por la gran cantidad de piedra caliza existente. Se asientan sobre una gran poza de arcilla, encontrando la roca madre a más de 1 m de profundidad. En Peñafiel, los dueños rehabilitaron las antiguas estancias del Convento para adecuarlas a la elaboración de vinos de alta calidad. 67

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