IA35 - Almazaras

ENTREVISTA 49 La Comisión Europea presentó una propuesta de Reglamento el pasado 5 de julio de 2023, tras un intenso trabajo de consulta pública y asesoramiento científico, involucrando a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, el Centro Común de Investigación o el Comité Europeo de Ética. Con esta propuesta, establecía un sistema basado en criterios científicos para reconocer una categoría de plantas modificadas por estas tecnologías que podrían considerarse equivalentes a las plantas resultantes de mejora convencional. Así, sobre la base de la equivalencia, la Comisión proponía regular estas plantas obtenidas por edición genética, bajo el mismo marco legal que las plantas resultantes de mejora convencional. No se trata por tanto de una desregulación, como erróneamente se ha señalado. Estamos hablando de una regulación más proporcional, adaptada al progreso científico y tecnológico y que combina, en un perfecto equilibrio, la protección de la salud y el medio ambiente, con la necesidad de garantizar herramientas a nuestro sector agroalimentario y facilitar el desarrollo científico y tecnológico en la UE. Esa propuesta de Reglamento se someterá al procedimiento legislativo ordinario. En el Consejo, la Presidencia española dio prioridad a este expediente y tras un intenso trabajo de negociación, consiguió presentar un texto de consenso que fue apoyado por la mayoría de las delegaciones, si bien no fue posible alcanzar la mayoría cualificada al no haber llegado al porcentaje de población necesario, y como consecuencia de un debate paralelo que ha surgido, relativo a los sistemas de propiedad intelectual de las plantas obtenidas por estas tecnologías. Actualmente, la Presidencia belga está intentando cerrar este acuerdo, respetando el apoyado texto de la Presidencia española y buscando una solución para este debate paralelo. El Parlamento Europeo adoptó su posición tras votación en plenario el día 7 de febrero. Sin embargo, no hubo acuerdo en el Consejo, durante la votación celebrada ese mismo día en la reunión del Comité de Representantes Permanentes, por lo que no hay un mandato en esta institución para poder iniciar las negociaciones con el Parlamento antes de su disolución y las futuras elecciones. Este Ministerio sigue reconociendo la importancia de este expediente y la necesidad de alcanzar un acuerdo que nos permita contar con herramientas regulatorias adaptadas al progreso científico y tecnológico; cualquier retraso en este acuerdo puede tener implicaciones negativas para nuestro sector agroalimentario, pero también científico, que perderían competitividad en el ámbito internacional. Reconocemos la importancia y sensibilidad del debate sobre la propiedad intelectual y, por eso mismo, apoyamos que se haga en los foros correspondientes, por los expertos en patentes, de manera que se pueda hacer una evaluación adecuada de la situación y, en su caso, de las medidas necesarias. Es importante tener en cuenta que esta propuesta regulatoria precisamente lo que busca es un marco regulatorio que facilite el acceso de las PYMES y centros públicos de investigación a estas tecnologías, por tanto, serán estos los que más noten el impacto en caso de no lograrse el acuerdo necesario. ¿Cómo se observa desde el Ministerio la situación actual de los sectores ganaderos? ¿Preocupa la reducción de censo y producciones en algunos de los sectores más significativos, como es el caso de la producción de carne de porcino y de bovino? La coyuntura de mercado ha afectado de manera muy diferente a los diversos sectores ganaderos, en función de su capacidad, en particular, de su capacidad de repercutir los elevados costes de producción, así como de la evolución de la demanda interna y externa, también muy dependiente del valor de la producción. Por esta razón, merece la pena hacer un análisis diferenciado de los sectores bovino y porcino. Sector bovino. Ya desde 2020 con la crisis desencadenada por el COVID-19 se viene siendo testigo de un proceso de reconversión estructural en el sector. A los efectos de la pandemia se han ido sumando estos años, de manera sostenida en el tiempo, otros factores críticos para esta producción, como fue el encarecimiento de los insumos en 2021, evento que se vio agravado por la situación en Ucrania en 2022, con unas muy adversas condiciones climáticas en 2023, y pareciendo apuntar a que puedan replicarse este 2024. Ante este contexto, el sector ha ido evolucionando sobre una tónica de descenso de efectivos productores, no solo de explotaciones sino también de animales, derivando en un menor volumen de producción. Según SITRAN, desde enero 2020 hasta hoy el número de explotaciones bovinas de tipo producción se habría reducido en torno a un 10 %, acompañado de un descenso del censo bovino total del 4 % respecto a 2020 y una caída en el número de nodrizas del 3 %. "Venimos trabajando desde hace años en una metodología que permita evaluar el uso eficiente del nitrógeno en las nuevas variedades de cereal,a la vez que se mantienen los rendimientos en los cultivos"

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