Para todo esto hay que trabajar en políticas de formación, reglada y no reglada. Hay que poner a disposición una completa oferta formativa, tanto para los más jóvenes, en todos los niveles educativos, ya sea universitaria o de Formación Profesional (FP), como de capacitación y reciclaje. Pero no será suficiente esta apuesta e inversión si no logramos convencer a quienes pueden beneficiarse de esta formación de que se trata de una profesión de futuro, un empleo de calidad y con un alto componente tecnológico. Hay que desterrar la imagen de los astilleros de siglos atrás, la automatización y la digitalización han llegado al sector naval para quedarse, el Astillero 4.0 es ya una realidad que no tiene marcha atrás, lo que diversifica el tipo de perfiles profesionales que participan en la construcción de un barco. Un ingeniero naval trabaja con herramientas de gemelo digital y un soldador maneja un robot. A todo esto, hay que unirle otro factor importante que afecta a todos los sectores, el cambio de paradigma de las nuevas generaciones sobre lo que esperan de un puesto de trabajo. Esta nueva visión que ha venido para quedarse obliga a las empresas a hacer un esfuerzo por renovar sus políticas de recursos humanos y abrir la mente a nuevos perfiles y nuevos modelos de atracción, fidelización y gestión del talento. Si no somos capaces de surfear esta ola será un fracaso de todos que no nos podemos permitir. Administraciones, agrupaciones empresariales, universidades y comunidad educativa en general están condenados a entenderse y trabajar unidos en el desarrollo de una oferta formativa atractiva y adaptada a la realidad de las empresas y a sus necesidades. Una brecha entre los agentes implicados redunda en la calidad de la formación y, por tanto, en la empleabilidad de los receptores de esa formación. Además, esto debe ir irremediablemente acompañado de campañas de concienciación que dignifiquen e impriman un nuevo atractivo a la imagen de una industria naval renovada, que apuesta por la digitalización y las nuevas tecnologías y que está preparada para ofrecer un empleo de calidad. “Tenemos por delante una década prolífica en la industria naval y ya vamos tarde en el reto de atraer y retener talento y mano de obra” 69 ANUARIO MARÍTIMO ESPAÑOL ⎮ CLÚSTER MARÍTIMO NAVAL DE CÁDIZ
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