Según publicó el diario económico alemán Handelsblatt

La Comisión Europea podría aplazar unas semanas el anuncio del esperado paquete de medidas destinado a apoyar al sector automovilístico y revisar —aunque sea parcialmente— la hoja de ruta para el fin de las ventas de vehículos de combustión en 2035. Así lo publica Handelsblatt, en un contexto de creciente presión de Alemania y de los principales fabricantes europeos para introducir mayor flexibilidad tecnológica.

El comisario europeo de Transporte, Apostolos Tzitzikostas.

Según informó el diario económico alemán, el comisario europeo de Transporte, Apostolos Tzitzikostas, reconoció que el paquete podría no estar listo el 10 de diciembre, fecha inicialmente prevista para su presentación. “Bruselas está trabajando muy duro para presentar las propuestas este mes, pero podrían no estar listas hasta principios de enero”, afirmó el comisario.

Tzitzikostas destacó que el objetivo de la Comisión es presentar “un paquete automovilístico realmente completo que cubra todos los aspectos necesarios”, motivo por el que no se descarta un breve retraso. El comisario también se mostró receptivo a las demandas de Berlín para revisar el actual objetivo europeo, que en la práctica prohíbe la venta de nuevos vehículos con motor de combustión a partir de 2035. Entre esas peticiones figuran mantener la puerta abierta a los híbridos enchufables y a los motores de combustión “altamente eficientes”.

“Estamos abiertos a todas las tecnologías”, declaró Tzitzikostas, quien también valoró positivamente la carta enviada por el canciller alemán, Friedrich Merz, detallando las propuestas apoyadas por la industria. Según recoge Reuters en el reportaje firmado por Rachel More y editado por Friederike Heine, el comisario aseguró que la misiva fue “recibida muy positivamente” por Bruselas.

Para un sector como el de las estaciones de servicio y la movilidad, la discusión sobre el futuro del motor de combustión —así como la posible reintroducción del híbrido enchufable como solución transitoria— es clave para anticipar inversiones, adaptar redes de suministro y planificar la transición energética de la próxima década. La decisión final de Bruselas, prevista para los próximos meses si se confirma el retraso, marcará un punto de inflexión en la estrategia europea hacia la descarbonización del transporte.