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La Agencia Internacional de la Energía ha publicado informe ‘World Energy Outlook 2025’

“A medida que los riesgos se multiplican en un mundo sediento de energía, la diversificación y la cooperación son más urgentes que nunca”

Agencia Internacional de la Energía19/11/2025

La Agencia Internacional de la Energía ha publicado el ‘World Energy Outlook 2025’, un informe que advierte de que la seguridad energética global atraviesa su etapa más compleja en décadas, con riesgos simultáneos que afectan al petróleo, al gas, a los minerales críticos y a las infraestructuras eléctricas. El documento, considerado la referencia mundial en análisis energético, insta a los gobiernos a diversificar suministros y reforzar la cooperación internacional para enfrentar un escenario marcado por tensiones geopolíticas, cambios en la demanda y una profunda transformación tecnológica.

Los países de todo el mundo se enfrentan a amenazas acuciantes en materia de seguridad energética y a riesgos crecientes a largo plazo que afectan, de forma inédita, a una gran variedad de combustibles y tecnologías. Esto ha situado la energía en el centro de las tensiones geopolíticas y la ha elevado a cuestión fundamental de seguridad económica y nacional. En este contexto, la última edición del 'World Energy Outlook' de la AIE subraya la necesidad de que los gobiernos avancen hacia una mayor diversificación de los suministros y refuercen la cooperación mutua para afrontar con más garantías la incertidumbre y la inestabilidad que se avecinan.

La edición 2025 del 'World Energy Outlook' (WEO) aborda una amplia gama de trayectorias, destacando distintas oportunidades y vulnerabilidades, pero también puntos en común. Lo hace a través de tres escenarios principales —ninguno de ellos es una previsión—, cada uno de los cuales plantea un futuro energético distinto. Esto permite analizar las implicaciones de diferentes enfoques en materia de políticas, inversión y tecnología sobre la seguridad energética, la asequibilidad y las emisiones.

Entre las tendencias comunes a todos los escenarios del WEO de este año destaca el crecimiento de la demanda mundial de servicios energéticos en las próximas décadas: aumenta la demanda de movilidad, de calefacción, refrigeración e iluminación, así como en usos domésticos e industriales, y, cada vez más, en servicios vinculados a los datos y a la inteligencia artificial.

En particular, un grupo de economías emergentes —encabezado por India y el Sudeste Asiático, y acompañado por países de Oriente Medio, África y Latinoamérica— adquiere un papel cada vez más determinante en la dinámica de los mercados energéticos. En conjunto toman el relevo de China, que desde 2010 ha representado la mitad del crecimiento mundial de la demanda de petróleo y gas, y el 60% del aumento de la demanda eléctrica. Aun así, ningún país ni grupo de países se aproxima a la magnitud del ascenso intensivo en energía que protagonizó China.

En medio de estos cambios, los riesgos tradicionales que afectan al suministro de petróleo y gas se ven ahora acompañados por vulnerabilidades en otros ámbitos, especialmente en las cadenas de suministro de minerales críticos debido a su elevada concentración geográfica. Un solo país domina el refinado de 19 de los 20 minerales estratégicos ligados a la energía, con una cuota de mercado media de alrededor del 70%. Estos minerales son esenciales para las redes eléctricas, las baterías y los vehículos eléctricos, pero también desempeñan un papel crucial en chips para IA, motores a reacción, sistemas de defensa y otras industrias estratégicas. La concentración geográfica en el refinado ha aumentado desde 2020 para casi todos los minerales clave, especialmente para el níquel y el cobalto. El análisis del WEO de este año sobre la cartera de proyectos anunciados sugiere que revertir esta tendencia será un proceso lento, lo que exige una acción gubernamental más decidida.

“En dos áreas clave del análisis histórico del WEO 2025, el mundo sigue lejos de alcanzar los objetivos que se ha marcado...
“En dos áreas clave del análisis histórico del WEO 2025, el mundo sigue lejos de alcanzar los objetivos que se ha marcado: el acceso universal a la energía y la lucha contra el cambio climático”.

“Si miramos la historia del mundo energético en las últimas décadas, no encontramos otro momento en el que las tensiones de seguridad energética hayan afectado simultáneamente a tantos combustibles y tecnologías; una situación que requiere el mismo espíritu y determinación que mostraron los gobiernos al crear la AIE tras la crisis del petróleo de 1973», afirmó Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE. “Con la seguridad energética en primer plano para muchos gobiernos, sus respuestas deben tener en cuenta las sinergias y los posibles compromisos con otros objetivos políticos —como la asequibilidad, el acceso, la competitividad y el cambio climático—. Los escenarios del 'World Energy Outlook' ilustran los grandes puntos de decisión que se avecinan y ofrecen un marco para un debate fundamentado y basado en datos sobre el camino a seguir”.

La electricidad se sitúa en el corazón de las economías modernas, y su demanda crece mucho más rápido que el consumo energético total en todos los escenarios del WEO-2025. Los inversores ya están reaccionando: el gasto en suministro eléctrico y electrificación de usos finales representa la mitad de la inversión energética global actual. Por ahora, la electricidad supone solo alrededor del 20% del consumo final de energía, pero es la fuente principal para sectores que representan más del 40% de la economía mundial, además de ser la energía predominante para la mayoría de los hogares.

“El 'World Energy Outlook' lleva años destacando el creciente papel de la electricidad en las economías de todo el mundo. El año pasado dijimos que el mundo avanzaba rápidamente hacia la Era de la Electricidad, y hoy está claro que esa era ya ha llegado”, señaló Birol. «Rompiendo con la tendencia de la última década, el incremento del consumo eléctrico ya no se limita a las economías emergentes. El crecimiento vertiginoso de la demanda procedente de centros de datos y de la IA también está impulsando al alza el uso de electricidad en las economías avanzadas. La inversión mundial en centros de datos alcanzará los 580.000 millones de dólares en 2025. Quienes afirman que ‘los datos son el nuevo petróleo’ observarán que esta cifra supera los 540.000 millones que se destinan al suministro mundial de petróleo, un ejemplo contundente del cambio de naturaleza de las economías modernas”.

Una cuestión fundamental para la seguridad energética en esta Era de la Electricidad es la velocidad a la que se despliegan nuevas redes, sistemas de almacenamiento y otras fuentes de flexibilidad para los sistemas eléctricos. Por ahora, algunos de estos elementos avanzan con retraso. Las inversiones en generación eléctrica han aumentado casi un 70% desde 2015, pero el gasto anual en redes lo ha hecho a menos de la mitad de ese ritmo.

Aunque el ritmo varía según los escenarios del WEO, las energías renovables crecen más rápido que cualquier otra fuente de energía, con la fotovoltaica liderando el aumento. Un análisis actualizado para el WEO-2025 muestra cómo los nuevos patrones de demanda se alinean con la distribución global de recursos energéticos: para 2035, el 80% del crecimiento del consumo energético mundial se producirá en regiones con una irradiación solar de alta calidad. Otro punto común entre escenarios es el renovado impulso de la energía nuclear, con un aumento de la inversión tanto en las plantas tradicionales de gran escala como en nuevos diseños, incluidos los pequeños reactores modulares. Tras más de dos décadas de estancamiento, la capacidad nuclear mundial crecerá al menos un tercio para 2035.

Todos los escenarios del WEO-2025 apuntan a un suministro global holgado de petróleo y gas en el corto plazo. Los mercados petroleros ya reflejan esta realidad: pese a la fragilidad geopolítica actual, los precios del crudo se mantienen en el rango de 60–65 dólares por barril. Un reequilibrio similar parece inminente en el mercado del gas natural, a medida que entren en operación nuevos proyectos de exportación de gas natural licuado (GNL).

Las decisiones finales de inversión en nuevos proyectos de GNL se han disparado en 2025, alimentando la futura ola de oferta de gas en los próximos años. Alrededor de 300.000 millones de metros cúbicos anuales de nueva capacidad de exportación de GNL están programados para entrar en funcionamiento antes de 2030, lo que supone un aumento del 50% de la capacidad global disponible. Aproximadamente la mitad de esa nueva capacidad se construye en Estados Unidos y otro 20% en Catar. La demanda de gas natural se ha revisado al alza en esta edición del WEO, pero persisten dudas sobre el destino final de todo este nuevo GNL.

El informe advierte que este reequilibrio a corto plazo en los mercados de petróleo y gas no debe conducir a la complacencia. Ambos mercados siguen expuestos a riesgos geopolíticos, y un crecimiento más rápido de la demanda —debido a políticas de transición energética más débiles o a precios más bajos— podría erosionar rápidamente los márgenes de seguridad existentes.

Todos los escenarios del WEO-2025 apuntan a un suministro global holgado de petróleo y gas en el corto plazo
Todos los escenarios del WEO-2025 apuntan a un suministro global holgado de petróleo y gas en el corto plazo.

En dos áreas clave del análisis histórico del WEO, el mundo sigue lejos de alcanzar los objetivos que se ha marcado: el acceso universal a la energía y la lucha contra el cambio climático. Unos 730 millones de personas aún viven sin acceso a la electricidad, y cerca de 2.000 millones dependen de métodos de cocina perjudiciales para la salud. Un nuevo escenario del WEO-2025 detalla una hoja de ruta país por país para lograr el acceso universal a la electricidad en 2035 y a la cocina limpia en 2040, con el gas licuado del petróleo (GLP) como principal solución.

Con los riesgos climáticos en aumento, el WEO-2025 muestra que el mundo superará los 1,5 °C de calentamiento en todos los escenarios, incluso en aquellos con reducciones muy rápidas de emisiones. El sector energético deberá prepararse para los riesgos de seguridad asociados al aumento de las temperaturas, aunque aún es posible evitar los peores impactos climáticos. El escenario actualizado en el que el mundo alcanza las cero emisiones netas a mediados de siglo permite que las temperaturas vuelvan por debajo de 1,5 °C a largo plazo.

Al mismo tiempo, los sistemas energéticos de todo el mundo ya están afrontando los impactos del cambio climático, lo que subraya la necesidad urgente de reforzar la resiliencia frente al aumento de los riesgos meteorológicos, así como ante ciberataques y otras actividades maliciosas. Nuevos datos analizados en esta edición del WEO muestran que, en 2023, las interrupciones en infraestructuras energéticas críticas afectaron a más de 200 millones de hogares en todo el mundo. Las líneas eléctricas fueron especialmente vulnerables, y los daños en redes de transmisión y distribución representaron aproximadamente el 85% de los incidentes.

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