"La demanda de petróleo global descenderá un 40% para 2035"
Periodista y Coordinador editorial de Estaciones de Servicio e Interempresas Material Eléctrico · Interempresas Media
26/05/2025
El mercado energético global atraviesa un periodo particularmente complejo. Pese al creciente consenso sobre la necesidad urgente de una transición hacia energías limpias, la realidad actual demuestra un camino más lento y accidentado, del previsto inicialmente. El informe ‘Energy Outlook – April 2025’, elaborado por Crédito y Caución/Atradius, señala que, durante el último año, la temperatura global promedio superó por primera vez los 1,55 °C respecto a niveles preindustriales, lo que sitúa la última década como la más cálida registrada. El informe recuerda que, nuevamente, los fenómenos meteorológicos extremos fueron abundantes, contabilizándose al menos 151, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la Organización de la Naciones Unidas (ONU).
Entre los eventos climáticos extremos registrados, el documento destaca: la severa tormenta Boris en Europa, que provocó inundaciones y lluvias sin precedentes; las inundaciones en California y el este de España (Valencia); las olas de calor y las sequías, como en la cuenca del Amazonas; y los extensos incendios forestales en Bolivia, Venezuela y Canadá. La extensión del hielo en la Antártida fue la segunda más baja registrada. Las emisiones de CO2 alcanzaron un máximo histórico.
El petróleo, en un contexto geopolítico convulso y de transición energética ralentizada, sigue jugando un papel crítico. Imagen de Terry McGraw en Pixabay.
Sin embargo, para la entidad esta crisis climática contrasta fuertemente con las realidades políticas y económicas del momento. La reciente Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), celebrada en Bakú, terminó sin acuerdos significativos sobre financiación de la transición energética, especialmente para países emergentes. La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París bajo la segunda administración Trump y el viraje de Europa hacia la defensa nacional frente a tensiones geopolíticas crecientes, han relegado temporalmente las políticas climáticas más ambiciosas a un segundo plano.
El petróleo, en este contexto geopolítico convulso y de transición energética ralentizada, sigue jugando un papel crítico. El mercado energético, aunque enfrenta importantes desafíos estructurales a largo plazo, muestra aún una notable resiliencia. Para las estaciones de servicio, empujadas a prepararse para un futuro multienegía, la transición energética avanzará más despacio de lo esperado inicialmente, pero con posibles implicaciones en los patrones de consumo y en los márgenes operativos.
En su evaluación anual del clima global, la Organización Meteorológica Mundial de la ONU afirma que los signos del cambio climático inducido por el ser humano han “alcanzado nuevas cotas”
El informe ‘Energy Outlook – April 2025’ elaborado Crédito y Caución/Atradius analiza la situación actual y perspectivas de futuro a medio plazo.
Transición energética y nuevas perspectivas
Cambio de enfoque global: del optimismo climático al realismo político
Lejos queda el optimismo inicial surgido tras la crisis energética posterior al conflicto en Ucrania, que hacía pensar en una aceleración significativa de las políticas climáticas globales. Actualmente, tal como indica el informe: “Hemos crecido más escépticos respecto a la posibilidad de alcanzar el objetivo de calentamiento global del Acuerdo de París de 1,5 °C”, destacando la necesidad de adoptar un “nuevo sentido del realismo”.
En vista de estas circunstancias, el informe adopta como base principal el escenario de políticas establecidas (STEPS, por sus siglas en inglés), elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Este escenario refleja las políticas energéticas y climáticas actuales, proyectando un calentamiento global de alrededor de 2,4°C para 2050, mucho más elevado que los objetivos iniciales del Acuerdo de París. Según el informe, STEPS proporciona “una idea clara de la dirección predominante del sistema energético global, basada en evaluaciones detalladas y considerando la implementación efectiva de las políticas actuales en energía, clima e industria”.
Frente a escenarios más optimistas como el APS (Escenario de Políticas Anunciadas) y el NZE (Emisiones Netas Cero en 2050), STEPS refleja una desaceleración significativa en la reducción de combustibles fósiles debido a la necesidad de cubrir una demanda energética que, hasta 2030, “será marginalmente superior a la previamente estimada, especialmente en China e India, impulsada por la electrificación industrial, la fabricación de tecnologías limpias, vehículos eléctricos y centros de datos”.
Figura 1.1: La demanda de energía en 2030 aumentará ligeramente. Figura 1.2: Más combustibles fósiles en el escenario STEPS 2024 hasta 2030.
Proyecciones de temperatura y demanda energética para 2050
Las proyecciones bajo el escenario STEPS anticipan un incremento moderado del consumo energético global, con una tasa media anual del 1,3% hasta 2030, seguido de una desaceleración posterior a 0,5% anual hasta 2050. Sin embargo, este aumento estará muy desequilibrado geográficamente. “El crecimiento energético será considerablemente más elevado en las economías emergentes y en desarrollo, particularmente en Asia Pacífico, Oriente Medio y África, mientras que en economías avanzadas la demanda energética se estabilizará primero y luego disminuirá paulatinamente”.
En cuanto a la electrificación, el informe indica un crecimiento acelerado de la demanda eléctrica global a una tasa promedio anual del 3,3% hasta 2030 en STEPS, impulsado por el auge de vehículos eléctricos, bombas de calor, centros de datos y procesos industriales electrificados. El papel creciente de las renovables en el mix eléctrico es destacado también, aunque en STEPS se reconoce que “el carbón seguirá siendo la mayor fuente de energía eléctrica por algún tiempo, con combustibles fósiles en conjunto representando aún el 60% del suministro total”.
Mercado del petróleo: evolución y previsiones
Tendencia de demanda global: pico antes de 2030, descenso gradual posterior
El mercado mundial del petróleo se acerca a un momento histórico: el pico de demanda global, que el informe prevé ocurra antes del año 2030. No obstante, esta transición hacia una menor dependencia del petróleo se producirá de manera más gradual y extendida en el tiempo que lo inicialmente anticipado. Según el informe de Crédito y Caución/Atradius, “aunque se sigue esperando el pico de la demanda de petróleo antes de 2030, la disminución posterior será mucho más gradual de lo previsto anteriormente”, alcanzando una demanda de 103,9 millones de barriles diarios (mb/d) en el corto plazo y reduciéndose lentamente hasta 99,1 mb/d en 2035.
Este descenso gradual de la demanda petrolera posterior al pico previsto se atribuye a múltiples factores, destacando especialmente el impacto progresivo de la electrificación del transporte, la mejora en eficiencia energética y la desaceleración económica mundial, particularmente en economías avanzadas. Por ejemplo, la demanda europea se proyecta que se reduzca en 3,1 mb/d para 2035, mientras Norteamérica experimentará una caída similar de 3,3 mb/d.
El gigante asiático, históricamente el motor del crecimiento del mercado petrolero, verá una moderación en su demanda, sin embargo, India tomará un protagonismo creciente en la demanda global, compensando parcialmente la desaceleración china. Diseñado por Freepik.
Factores clave: electrificación del transporte, eficiencia energética, demanda industrial
La transición hacia vehículos eléctricos (EVs) y las mejoras continuas en eficiencia energética representan los principales impulsores de esta evolución en el mercado petrolero. Según detalla el informe, “la adopción de EVs y las ganancias en eficiencia energética frenarán significativamente el crecimiento de la demanda petrolera, especialmente en el transporte por carretera”. No obstante, la demanda industrial seguirá siendo un soporte relevante para el mercado petrolero, especialmente debido al uso de hidrocarburos como materia prima para la fabricación de plásticos y productos petroquímicos necesarios para tecnologías limpias, especialmente en China.
Se prevé que el gigante asiático, históricamente el motor principal del crecimiento del mercado petrolero, verá una moderación en su demanda general debido al avance acelerado de su flota de vehículos eléctricos. Por otro lado, India tomará un protagonismo creciente en la demanda global, compensando parcialmente la desaceleración china. El informe apunta claramente que “India asumirá el relevo de China como fuente principal del crecimiento de la demanda petrolera mundial”.
Según el informe "bajo este escenario más conservador en cuanto a las políticas relacionadas con el clima, el descenso de la demanda de petróleo más allá del pico previsto para esta década será mucho más gradual"
Producción mundial: protagonismo de EE UU, América del Sur y presión sobre OPEP+
En términos de suministro, Estados Unidos continuará siendo un jugador clave en el mercado petrolero global gracias a su creciente producción de petróleo de esquisto (‘tight oil’). América del Sur también incrementará notablemente su presencia en el mercado petrolero. Países como Brasil, Argentina y Guyana protagonizarán este crecimiento debido al desarrollo previsto de nuevos yacimientos y la expansión de los existentes. Este crecimiento en América del Sur implica una presión creciente sobre la estrategia tradicional de la OPEP+. De hecho, el informe señala específicamente que “la producción significativa proveniente de América está presionando las estrategias de gestión de mercado de la OPEP+, reduciendo la capacidad del grupo para influir en los precios globales del petróleo.
Figura 1.3: La combinación energética mejora después de 2030. Figura 2.2: La caída de la demanda de petróleo en China se compensa con aumentos en otras economías emergentes.
Proyecciones de precios del crudo bajo distintos escenarios (STEPS vs NZE)
Respecto al precio del crudo, el informe prevé una relativa estabilidad en el corto y medio plazo en el escenario STEPS, con un ligero descenso gradual hasta aproximadamente 78 dólares por barril (precio real en dólares de 2023) hacia 2035. Este panorama se ve apoyado por un suministro suficientemente robusto.
Sin embargo, bajo un escenario más agresivo en términos climáticos como el de Emisiones Netas Cero (NZE), los precios podrían enfrentar un desplome drástico debido al abrupto descenso en la demanda petrolera. Según el informe, “en el escenario NZE, el precio del petróleo caería rápidamente hacia el coste marginal de producción, llegando a aproximadamente 36 dólares por barril, menos de la mitad del nivel previsto en el escenario STEPS”.
Impacto en las estaciones de servicio y distribución minorista
Estabilidad de precios en el corto-medio plazo: oportunidades y riesgos
En el contexto actual del mercado energético, las estaciones de servicio y el negocio minorista de distribución de combustibles se enfrentan a un escenario que el informe describe como de “relativa estabilidad en los precios del petróleo en el corto y medio plazo”. Concretamente, bajo el escenario principal STEPS, se espera que el precio del barril Brent se mantenga estable en torno a los niveles actuales, aproximadamente 78 dólares por barril en términos reales hacia 2035, aunque con una ligera tendencia descendente después del pico de demanda petrolera proyectado para antes de 2030.
Esta estabilidad ofrece oportunidades claras para que las estaciones de servicio planifiquen estrategias comerciales con mayor certidumbre en el corto plazo, incluyendo inversiones en eficiencia operativa, digitalización y diversificación hacia servicios complementarios o combustibles alternativos. Sin embargo, el informe advierte claramente de “riesgos persistentes de interrupciones en la oferta debido a conflictos geopolíticos o eventos climáticos extremos, que podrían generar volatilidades temporales en los precios”. Estas circunstancias exigen prudencia y preparación estratégica para mitigar potenciales impactos negativos sobre los márgenes comerciales.
La reducción gradual en la demanda petrolera en economías avanzadas representa un desafío significativo para las estaciones de servicio, ya que en regiones como Europa y Norteamérica, se espera una caida de la demanda de 3,1 mb/d y 3,3 mb/d en 2035.Imagen de Engin Akyurt en Pixabay
Reducción paulatina de consumo en economías avanzadas: efecto en la red de estaciones
La reducción gradual en la demanda petrolera en economías avanzadas representa un desafío significativo para las estaciones de servicio, especialmente en regiones como Europa y Norteamérica, donde se espera que la demanda petrolera disminuya en 3,1 mb/d y 3,3 mb/d respectivamente hacia 2035. Esto implica una reconfiguración potencial del mercado minorista, con la posibilidad de reducción en el número total de estaciones y una mayor competencia por mantener volúmenes de venta en áreas urbanas con alta densidad de vehículos eléctricos.
En el caso de España, esta tendencia podría tener un impacto aún más acusado si se considera que las ventas medias por estación de servicio han descendido de 3 millones de litros anuales a aproximadamente 1,7 millones en poco más de una década. Este descenso coincide con un incremento del 30% en el número total de instalaciones de suministro desde 2009, impulsado fundamentalmente por la expansión del modelo desatendido, de acuerdo con los datos publicados por la Comisión nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Aunque la red atendida ha experimentado una contracción en ese mismo periodo, la reducción del consumo y, por tanto, de las ventas medias por estación, representa un reto significativo para aquellos modelos de negocio con estructuras operativas más complejas y costes fijos elevados.
Rol de la eficiencia operativa y digitalización en un entorno de menor margen
En un entorno de reducción paulatina de volúmenes y con márgenes ya ajustados, la eficiencia operativa será un aspecto crítico para la supervivencia y competitividad del sector. En este contexto, ya estamos viendo a los grandes grupos de estaciones adoptar un en foque centrado en la digitalización y la automatización que desempeñan un papel clave para optimizar los costes operativos, mejorar el control de inventarios y potenciar la experiencia del cliente.
Además, las estaciones están implementando soluciones digitales avanzadas, como sistemas integrados de gestión, análisis predictivo de demanda o plataformas de fidelización personalizada con el propósito de obtener una ventaja significativa, en un mercado altamente competitivo y en transición.
Riesgos país y resiliencia de los exportadores
Evaluación de los estados más expuestos a la transición energética
Estados altamente dependientes del petróleo como Irak, Argelia y Gabón enfrentan riesgos significativos debido a déficits fiscales persistentes y escasa diversificación económica.
Análisis fiscal: dependencia de ingresos por hidrocarburos y falta de diversificación
La alta dependencia fiscal del petróleo representa un gran desafío. Países como Irak dependen en más del 90% de estos ingresos, incrementando su vulnerabilidad ante caídas prolongadas en los precios.
Países mejor posicionados: EAU, Arabia Saudí, Qatar
Estados del Golfo como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar poseen sólidas reservas financieras, bajos costes de producción y políticas activas de diversificación económica que los posicionan favorablemente para enfrentar la transición energética.
Consecuencias de un posible desplome de precios en el escenario NZE
Una caída dramática de precios en el escenario NZE afectaría gravemente a los países menos preparados, aumentando considerablemente su riesgo fiscal y financiero.
Figura 2.3: La demanda de petróleo disminuye solo de forma gradual. Figura 2.5: Descenso paulatino del precio del crudo.
Un cambio acelerado en las economías avanzadas
Uno de los aspectos más relevantes del informe 'Energy Outlook – April 2025' es la constatación de una caída sostenida de la demanda de petróleo en las economías avanzadas, particularmente en Europa y Norteamérica, donde se proyecta un descenso conjunto de 6,4 millones de barriles diarios (mb/d) hacia 2035. Este retroceso se explica por la aceleración de la electrificación del transporte, la eficiencia energética y el cambio de hábitos de consumo. En términos estructurales, esta reducción implica un ajuste progresivo del parque de estaciones de servicio, que deberán adaptarse a un entorno de menor volumen de ventas por instalación y márgenes cada vez más ajustados.
En España, esta tendencia ya se está materializando con claridad. Según datos de la CNMC, las ventas medias por estación de servicio han pasado de 3 millones de litros anuales a 1,7 millones en poco más de una década, en paralelo a un crecimiento del 30% en el número total de instalaciones desde 2009, impulsado en gran medida por el auge del modelo desatendido. Este desajuste entre oferta y demanda plantea un reto crítico para aquellas estaciones que operan con estructuras más complejas, especialmente las de atención tradicional, que ven cómo el descenso del consumo amenaza directamente su viabilidad económica en un mercado cada vez más segmentado y exigente.






















