Para el Grupo Moure, la disparidad en las políticas de incentivos y la falta de infraestructuras son las principales barreras
"El coche eléctrico no alcanza el el cinco por ciento de cuota de mercado en España"
El despliegue de la movilidad eléctrica en Europa atraviesa una etapa de contrastes. Aunque los vehículos eléctricos alcanzaron una cuota del 18% en el mercado europeo, esta cifra esconde una realidad preocupante: una penetración desigual entre los distintos países. La tasa de penetración del vehículo eléctrico en España pone en duda la continuidad de este modelo hacia una transición en la que Europa pone como objetivo el fin del motor de combustión.
España, por ejemplo, apenas supera el 5% en ventas de coches eléctricos, reflejo de políticas fragmentadas y una infraestructura insuficiente que limitan su crecimiento, segúncomo señalaron en una nota de prensa desde el holding Grupo Moure.
“La transición hacia la movilidad eléctrica debería ser un esfuerzo coordinado entre todos los países de la Unión Europea. Sin embargo, la realidad es que nos encontramos con estrategias divergentes que frenan la adopción masiva de vehículos eléctricos”, explicó el director general de Grupo Moure, Manel Montero.
Aunque los vehículos eléctricos alcanzaron una cuota del 18% en el mercado europeo, debemos destacar que existe una penetración desigual entre los distintos países.
La disparidad en las políticas de incentivos y la falta de infraestructuras adecuadas son dos de las barreras que enfrenta el sector. “Planes como el Moves en España, aunque bienintencionados, tuvieron problemas en su implementación, con demoras en el cobro de ayudas que desincentivan a los compradores”, apuntó el grupo.
Países como Alemania y Francia podrían reducir sus ayudas al coche eléctrico, mientras que las normativas más estrictas y los aranceles sobre vehículos importados de China previsiblemente encarecerán más aún esta tecnología. “Además, las proyecciones futuras no son alentadoras. Sin un enfoque común, existe un riesgo real de retroceso en el camino hacia una movilidad sostenible.”, advirtió Montero.
Infraestructuras insuficientes
En España, la falta de puntos de carga pública sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes. Esto limita la autonomía de los conductores, especialmente en trayectos largos, y los empuja hacia modelos híbridos que ofrecen mayor flexibilidad. “El consumidor busca movilidad sin restricciones. En este contexto, los híbridos se posicionan como una opción más viable al combinar lo mejor de ambos mundos: energía eléctrica y combustibles fósiles”, detalló Moure.
Otro de los grandes retos es la accesibilidad económica. Aunque el precio de los vehículos eléctricos disminuyó en los últimos años, sigue estando fuera del alcance de muchos consumidores, especialmente en economías emergentes o zonas rurales. “No podemos pretender que todo el mundo adopte el coche eléctrico si no se asegura su accesibilidad. Esto requiere no solo incentivos económicos, sino también inversiones significativas en infraestructuras y tecnologías que abaraten los costes”, señaló el director general de Grupo Moure.
Pese a los desafíos, “desde Grupo Moure defienden que la movilidad eléctrica es una pieza clave en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, insisten en que esta transición debe ser ordenada y realista, con planes a largo plazo que no dejen atrás a ningún país ni sector económico. El cambio climático exige medidas urgentes, pero estas deben ser sostenibles y equitativas. Necesitamos un marco europeo que combine incentivos económicos, infraestructuras robustas y una hoja de ruta clara que permita cumplir con los objetivos climáticos sin generar incertidumbre en el mercado”, concluyó Montero.






















