El Tribunal de Cuentas Europeo cuestiona el impacto real de los proyectos estratégicos LIFE
El Tribunal de Cuentas Europeo ha publicado un informe en el que analiza el alcance y los resultados de los proyectos estratégicos LIFE, uno de los principales instrumentos financieros de la Unión Europea para apoyar la aplicación de políticas medioambientales y climáticas. La auditoría, que examina proyectos financiados desde 2014 hasta abril de 2025, concluye que persisten importantes incertidumbres sobre su contribución efectiva a los objetivos ambientales de la UE, la movilización de financiación adicional y la sostenibilidad de los resultados a largo plazo, lo que introduce interrogantes relevantes para administraciones públicas, empresas y agentes implicados en la transición ecológica.
Un instrumento para conectar estrategias y ejecución
El programa LIFE se creó en 1992 como herramienta específica de la Unión Europea para apoyar iniciativas en materia de medio ambiente y acción climática. Su objetivo ha sido facilitar la aplicación práctica de políticas comunitarias relacionadas con la protección del entorno natural, la lucha contra el cambio climático y la transición hacia modelos más sostenibles. Dentro de este marco, la Comisión Europea introdujo en 2014 los proyectos integrados LIFE y, a partir de 2021, los proyectos estratégicos LIFE, concebidos para tender puentes entre planes y estrategias formales y su puesta en marcha efectiva.
Los proyectos estratégicos LIFE se caracterizan por su enfoque a medio y largo plazo, la implicación de múltiples actores y la movilización de financiación adicional procedente de otros fondos europeos, recursos nacionales o inversión privada. A diferencia de iniciativas más acotadas, estos instrumentos acompañan la ejecución de estrategias y marcos políticos durante varios ciclos, con la intención de generar efectos estructurales y duraderos en los Estados miembros.
Durante el período presupuestario 2014-2020, el programa LIFE destinó 701 millones de euros a 70 proyectos estratégicos, con una financiación por iniciativa situada entre 7 y 16 millones de euros. Desde 2021 y hasta abril de 2025, se asignaron 436 millones de euros adicionales a otros 25 proyectos, con importes comprendidos entre 10 y 30 millones de euros por proyecto.
Resultados bajo el análisis de los auditores europeos
El Informe Especial 25/2025 del Tribunal de Cuentas Europeo examina si estos proyectos cumplen los objetivos que justifican su diseño. Tras analizar 22 proyectos estratégicos de los 95 financiados hasta abril de 2025, los auditores concluyen que no resulta posible determinar con claridad en qué medida estas iniciativas contribuyen de forma efectiva a construir una Europa más ecológica.
Uno de los problemas identificados se refiere a la priorización de las necesidades medioambientales y climáticas. El informe indica que los proyectos analizados no siempre abordan los desafíos más relevantes a los que se enfrentan los Estados miembros, lo que limita el alcance de los beneficios obtenidos tanto a escala nacional como regional.
A estas carencias se suma un seguimiento insuficiente de los avances y de los resultados globales. Los mecanismos de evaluación aplicados resultan incoherentes, lo que dificulta una valoración precisa del rendimiento conjunto de los proyectos estratégicos LIFE y de su aportación a los objetivos ambientales y climáticos de la Unión Europea.
La financiación adicional y sus límites de evaluación
Uno de los elementos centrales de los proyectos estratégicos LIFE es la obligación de movilizar financiación adicional procedente de, al menos, otro fondo europeo, recursos nacionales o inversión privada. Este efecto palanca constituye un argumento clave para justificar la inversión comunitaria en proyectos de mayor dimensión y duración.
No obstante, el Tribunal de Cuentas Europeo advierte de que no existe una metodología normalizada para identificar y realizar el seguimiento de esta financiación complementaria. Aunque los 22 proyectos auditados participaron en actividades de movilización de recursos adicionales, la falta de orientaciones claras y de supervisión por parte de la Comisión Europea impide evaluar la contribución real de estos fondos a la ejecución de las estrategias apoyadas.
Como consecuencia, resulta difícil determinar la cuantía exacta de la inversión pública o privada atraída y su influencia en los resultados alcanzados. Esta limitación reduce la transparencia y la rendición de cuentas de un programa que maneja volúmenes significativos de recursos comunitarios.
Gobernanza, capacidades y difusión de resultados
El informe también examina otros objetivos asociados a los proyectos estratégicos LIFE, como los cambios en la gobernanza, la mejora de la gestión pública, la participación de las partes interesadas y el desarrollo de capacidades. En estos ámbitos, los auditores constatan que las evaluaciones realizadas no permiten extraer conclusiones sólidas sobre el impacto alcanzado.
Asimismo, el Tribunal señala que las lecciones aprendidas y las buenas prácticas generadas en el marco de los proyectos se comparten de forma limitada a través de plataformas a escala de la Unión Europea. Esta escasa difusión reduce las posibilidades de reproducción de las iniciativas en otros territorios y, por tanto, su impacto potencial más allá de las regiones beneficiarias.
Otro aspecto relevante es el riesgo asociado a la continuidad de los resultados una vez finalizada la financiación del programa LIFE. Los planes diseñados para garantizar la sostenibilidad a largo plazo presentan carencias derivadas de la falta de orientaciones específicas sobre su contenido y de disposiciones insuficientes para asegurar que los beneficios perduren tras el cierre financiero.
Recomendaciones dirigidas a la Comisión Europea
A partir de las conclusiones alcanzadas, el Tribunal de Cuentas Europeo formula varias recomendaciones a la Comisión Europea. Entre ellas figura la necesidad de garantizar que los proyectos estratégicos LIFE se ajusten de manera más precisa a las necesidades medioambientales y climáticas específicas de los Estados miembros.
Los auditores también instan a proporcionar orientaciones más claras sobre la identificación y el seguimiento de la financiación adicional movilizada, con el fin de evaluar con mayor rigor el efecto palanca de los proyectos. Igualmente, recomiendan promover el uso de plataformas comunes a escala de la Unión Europea para facilitar el intercambio de buenas prácticas y favorecer la reproducción de las iniciativas más eficaces.
El informe plantea, además, reforzar la participación de los organismos responsables de aplicar las estrategias subyacentes —planes formales, marcos políticos y programas sectoriales— para asegurar que los proyectos estratégicos LIFE sigan generando resultados más allá del período de financiación comunitaria.
Los auditores instan a la Comisión Europea a garantizar que los proyectos se ajusten más a las necesidades medioambientales y climáticas específicas de los Estados miembros





















































