Chimeneas resistentes al fuego: ingeniería que protege lo invisible
Una normativa más exigente, un reto técnico mayor
El Código Técnico de la Edificación (CTE) —actualizado en 2025— ha reforzado los requisitos de seguridad frente al fuego, especialmente en su Documento Básico DB-SI.
Exige que todo elemento que atraviese un sector de incendio mantenga la compartimentación durante un tiempo determinado (EI 30, EI 60, EI 120 o superior), según el tipo de edificio.
En el caso de las chimeneas, los sistemas deben cumplir tres condiciones esenciales:
- Evitar la transmisión de fuego y humo.
- Mantener la integridad estructural incluso bajo temperaturas extremas.
- Acreditar ensayos normalizados y certificación CE.
Las normas europeas EN 1856-1 y EN 1366-13 determinan cómo se clasifica un sistema y qué tiempo puede resistir antes de perder sus propiedades. El marcado CE, obligatorio en Europa, certifica que cada componente ha superado pruebas de presión, estanqueidad y resistencia térmica realizadas en laboratorios acreditados.
De la teoría a la realidad: cómo se prueba una chimenea frente al fuego
Imaginar una chimenea soportando un fuego de más de 1.100 °C durante horas ayuda a entender el desafío. El ensayo según EN 1366-13 se realiza instalando el sistema en una muestra de muro o forjado y exponiéndolo a fuego normalizado mientras se monitorizan tres parámetros:
- Integridad (E) → sin paso de llamas ni gases.
- Aislamiento térmico (I) → temperatura exterior controlada.
- Estabilidad mecánica → sin colapsos ni deformaciones.
El resultado, expresado en minutos (EI 30, 60, 90, 120), define su idoneidad para proyectos regulados por el CTE. Tras el ensayo, el fabricante recibe un informe de clasificación, una Declaración de Prestaciones (DoP) y el marcado CE, que avalan su uso en obra.
Diseñar para resistir: ciencia, materiales y precisión
La resistencia al fuego no depende solo del grosor del acero, sino de la combinación precisa de materiales, diseño modular, aislamiento y control de dilataciones.
El sistema debe permanecer estanco incluso bajo calor extremo: tubo interior, aislamiento, carcasa exterior y juntas deben actuar de forma conjunta.
Materiales clave:
- Acero inoxidable AISI 316L o 444, resistente a temperatura y corrosión.
- Aislamiento mineral de alta densidad, normalmente lana de roca (>120 kg/m³).
- Doble pared con cámara de aire, que disipa el calor.
- Juntas certificadas EI, que sellan puntos críticos.
Las soluciones modernas se conciben como sistemas integrales ensayados, no como componentes aislados. En caso de incendio, deben comportarse como una única unidad protectora.
Cuando la seguridad no admite fallos
La resistencia EI es obligatoria en sectores cada vez más amplios:
- Data centers, donde una fuga térmica puede detener servidores.
- Hospitales y laboratorios, que requieren compartimentación entre plantas.
- Instalaciones químicas o farmacéuticas, expuestas a ambientes agresivos.
- Centrales térmicas o de cogeneración, con alta presión y temperatura.
- Salas de grupos electrógenos, donde la evacuación debe mantenerse operativa.
En todos estos entornos, el fallo de un conducto implica no solo daños materiales, sino también pérdida de servicio y riesgo humano.
Cómo acertar en la selección del sistema
Elegir una chimenea resistente al fuego exige evaluación técnica desde el diseño. Aspectos clave para ingenieros y responsables de compras:
- Certificación y ensayos válidos para el tipo de montaje.
- Compatibilidad estructural con muros y cubiertas.
- Control de dilataciones térmicas.
- Soportes y anclajes resistentes al fuego.
- Soporte técnico y modelos BIM para evitar errores.
Las soluciones Jeremias se desarrollan bajo un enfoque de ingeniería modular y cuentan con ensayos acreditados, garantizando seguridad y rendimiento durante toda su vida útil.
Hacia una nueva cultura de la seguridad pasiva
Durante años, la eficiencia energética primó sobre la seguridad estructural. Hoy, la seguridad pasiva es una exigencia esencial en cualquier proyecto técnico. Las chimeneas resistentes al fuego representan esa nueva visión: sistemas que no solo evacúan gases, sino que preservan la integridad del edificio y su continuidad operativa.
Cumplir con el CTE, disponer de ensayos válidos y elegir un fabricante acreditado no es una formalidad, sino una muestra de responsabilidad profesional. En un contexto donde la fiabilidad técnica es símbolo de excelencia, estos sistemas se consolidan como un estándar de ingeniería segura.
Conclusión
La resistencia al fuego no es un atributo más: es una promesa de seguridad, sostenida por la ciencia de los materiales y la precisión del diseño. En los entornos donde cada segunda cuenta, una chimenea bien diseñada puede salvar estructuras, vidas y reputaciones.
Invertir en sistemas certificados, soporte técnico y diseño integral no solo cumple la normativa: construye confianza.





















































