La bomba de calor: un activo estratégico para la transición energética

La bomba de calor se consolida como un activo estratégico para la transición energética en España, especialmente en la electrificación del sector térmico, esencial para cumplir los objetivos de descarbonización. Así quedó patente en la V edición del Foro Bomba de Calor, organizado por Afec e Iberdrola el 21 de octubre. Los ponentes coincidieron en que esta tecnología no solo mejora la eficiencia energética, sino que también actúa como un vector de seguridad energética, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles. Sin embargo, su implementación masiva requiere superar barreras económicas, regulatorias y de comunicación.

Durante la apertura del V Foro de la Bomba de Calor, el director del Idae, Miguel Rodrigo, subrayó la necesidad de acelerar la electrificación del calor y el frío como pieza esencial de la descarbonización y reconoció que, aunque la generación renovable avanza a buen ritmo, el sector del heating and cooling sigue estancado en torno al 18-20 % de penetración de renovables.

El responsable del Idae insistió en que el reto no es solo tecnológico, sino también cultural: “Debemos convencer a millones de personas y miles de empresas para que cambien su forma de hacer las cosas”. En este sentido, el Idae apuesta por reforzar la comunicación y lanzar programas demostradores que validen la viabilidad técnica y económica de la bomba de calor en entornos reales, especialmente industriales.

Durante su intervención, Rodrigo adelantó que lanzarán una convocatoria de ayudas a renovables innovadoras, que incluirá un capítulo específico para proyectos de bomba de calor. “Nuestra intención es sacarla antes de que acabe el año”, avanzó, recordando que esta línea permite agrupar múltiples proyectos en un único expediente, lo que agiliza la tramitación y la concesión de las ayudas.

Asimismo, confirmó que el Fondo Nacional de Eficiencia Energética destinará 500 millones de euros —300 M€ para la industria y 200 M€ para el sector terciario— a actuaciones que incluyan la instalación de bombas de calor, ayudas que serán gestionadas por las comunidades autónomas.

También comentó que el Idae trabaja además en un estudio sobre consumos energéticos en la industria, basado en 10.000 encuestas, que se publicará a finales de mes. El informe revela que cerca del 23 % de la demanda térmica industrial se produce a temperaturas inferiores a 200 °C, lo que representa un enorme potencial de electrificación mediante bombas de calor.

El director del organismo recordó también el éxito del programa de autoconsumo, con 250 000 beneficiarios, y expresó su convicción de que “la bomba de calor puede convertirse en el nuevo autoconsumo”, si se logra escalar el apoyo y la adopción social.

Por último, apuntó que, más allá de las ayudas, es necesario avanzar hacia una “señal de precio” más justa, que reduzca la brecha de competitividad frente al gas natural mediante ajustes fiscales y regulatorios.

En la apertura del V Foro de la Bomba de Calor, el director del Idae, Miguel Rodrigo, subrayó la necesidad de acelerar la electrificación del calor y el frío como pieza esencial de la descarbonización.

A pesar de sus ventajas, la implantación masiva de bombas de calor en España se enfrenta a obstáculos significativos. La inversión inicial es elevada, especialmente en el sector residencial y en rehabilitación de edificios multifamiliares. La normativa, fragmentada y compleja, combina competencias de edificación, energía y fiscalidad, dificultando la toma de decisiones tanto de instaladores como de consumidores. Además, la comunicación sobre los beneficios y el funcionamiento de la bomba de calor aún es insuficiente, generando confusión y desconfianza entre los usuarios.

De todo ello se debatió durante la mesa ‘Bomba de calor, flexibilidad y seguridad energética’, en la que intervinieron Jacobo Llerena, subdirector general de Eficiencia y Acceso a la Energía en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; Marina Serrano, presidenta de Aelec; Luis Mena, presidente del Comité de estadísticas de bomba de calor de Afec; y Santiago Gómez, presidente de APPA Renovables.

No obstante, todos ellos ven esta tecnologia como una herramienta estrategica para equilibrar ofert y demanda renovable, reducir la dependencia del gas y fortalecer la resiliencia del sistema eléctrico.

Victor Carballo, Jacobo Llerena, Marina Serrano, Luis Mena y Santiago Gómez participaron en el mesa debate sobre la flexibilidad y seguridad energética que aporta la bomba de calor.

Durante el debate los participantes lanzaron algunas ideas para acelerar la implantación de la bomba de calor.

Una de ellas son los Incentivos fiscales o subvenciones directas fáciles de tramitar, que reduzcan la complejidad administrativa para instaladores y usuarios finales. También abogaron porque se lanzaran señales regulatorias claras, como pidió Luis Mena: "Necesitamos certidumbre y coherencia entre los distintos pilares legislativos."

También reivindicaron que se reconozca la bomba de calor como recurso flexible para incentivar el consumo en momentos de mayor oferta renovable.  Marina Serrano  recordó que vamos hacia un sistema "mucho más complejo en el que el consumidor tiene un papel protagonista. Flexibilizar las redes y reconocer esa aportación será esencial”. En este sentido propusieron la implantación de tarifas dinámicas que permitan al usuario beneficiarse del ahorro cuando consume o almacena energía en momentos de exceso de generación renovable. “Si vinculamos autoconsumo y bombas de calor colectivas, logramos ahorro, flexibilidad local y eficiencia absoluta, apuntó el presidente de APPA. 

Otra de las peticiones que se repitieron durante el debate fue la necesidad de campañas informativas claras para consumidores y la capacitación de instaladores, de manera que todos los actores comprendan los beneficios y el correcto funcionamiento de los sistemas.

Y finalmente, propusieron revisar el factor de paso eléctrico, ajustándolo a la realidad renovable y a horizontes de 2030-2040 para reflejar adecuadamente la eficiencia de la bomba de calor y facilitar su inclusión en certificaciones energéticas y MEPs. Como recordó Llerena, este factor es de 1,9 para la electricidad y 1,1 para el gas natural, lo que penaliza las tecnologías eléctricas en certificaciones energéticas y cálculos de eficiencia. No obstante, como comentó, la Comisión Europea ha recomendado revisar estos valores para reflejar la creciente participación de las renovables en el mix eléctrico y asegurar la neutralidad tecnológica.

Tras este debate, los asistentes tuvieron la oportunidad de escuchar al profesor de Política Energética y Climática en la Universidad de Oxford, Jan Rosenow, que ofreció una ponencia magistral sobre el papel de la bomba de calor como activo estratégico de la red, garantizando seguridad energética, flexibilidad y descarbonización.

Rosenow mostró evidencias de cómo las bombas de calor ya se están utilizando en Europa como herramientas de gestión de la demanda y almacenamiento térmico, capaces de reducir hasta un 30 % la contribución al pico de carga mediante estrategias de optimización y tarifas horarias. “Los sistemas eléctricos del futuro no se construirán solo con generación renovable, sino también con consumo inteligente”, afirmó.

El experto recordó que más de dos tercios de la electricidad europea ya procede de fuentes no fósiles, lo que refuerza la competitividad climática de la bomba de calor frente al gas. “La electrificación del calor no solo reduce emisiones: aumenta la resiliencia y la independencia energética de Europa”, concluyó.

A continuación, Rosenow mantuvo un diálogo abierto con Francisco Perucho, presidente de Afec, moderados por Marta San Román, directora general de la asociación, en el que analizaron cómo las bombas de calor pueden consolidarse como piezas clave del sistema energético español.

Se abordaron cuestiones como la saturación administrativa de las redes eléctricas, las barreras económicas y de conocimiento que frenan el despliegue de las bombas de calor, la necesidad de un marco regulatorio estable y predecible, y la competitividad de la industria europea.

Francisco Perucho destacó que “la bomba de calor es la tecnología que mejor sintetiza el nuevo paradigma energético: combina eficiencia, electrificación y soberanía. Pero necesita un marco que convierta el discurso en acción.”

Rosenow cerró con un mensaje optimista: “El progreso siempre parece imposible hasta que ocurre. La historia de la transición energética europea demuestra que las soluciones se aceleran cuando las creemos posibles. La bomba de calor es una de ellas.”