Hogares del futuro: la energía también se vuelve inteligente

En el evento digital 'Home of the Future', organizado recientemente por Schneider Electric, la compañía presentó una visión que va mucho más allá de la domótica o de los electrodomésticos conectados. Se trata de redefinir el hogar como un nodo activo del ecosistema energético. Un espacio que no solo consume, sino que produce, almacena, distribuye y optimiza la energía de manera inteligente. Y todo, desde una sola aplicación.

La propuesta de Schneider Electric se materializa en la integración entre Schneider Home y Wiser Home: una solución todo en uno que permite al usuario gestionar activamente su consumo energético. Desde la producción solar, pasando por el almacenamiento en batería, hasta la climatización, iluminación, persianas, cargador del vehículo eléctrico o seguridad del hogar, todo se controla desde un mismo punto.

“Lo que antes parecía futurista, hoy es una realidad al alcance del usuario medio”, explicó Fernando Vázquez, vicepresidente de Home & Distribution de Schneider Electric Iberia. “Nuestra solución no solo mejora el confort y reduce la factura eléctrica, sino que convierte a cada hogar en un agente protagonista de la transición energética”.

Una de las grandes novedades es la incorporación de inteligencia artificial para anticiparse a las necesidades energéticas del hogar. El sistema aprende de los hábitos de uso, las tarifas contratadas, las condiciones meteorológicas o la producción solar disponible. Así, puede recomendar al usuario que cargue su vehículo en las horas más baratas, que ajuste la calefacción cuando no hay nadie en casa, o que aproveche un día soleado para calentar el agua o subir las persianas de forma automática. Decisiones pequeñas, pero con un gran impacto colectivo.

Pocos lo saben, pero el verdadero punto neurálgico del hogar inteligente es el cuadro eléctrico. Es allí donde confluye la energía que entra desde distintas fuentes —la red, el autoconsumo, la batería— y donde comienza su distribución segura y eficiente por toda la casa. “Es el motor de esta nueva era de electrificación residencial”, explicó Luis, uno de los portavoces técnicos de la compañía durante el evento.

Y es que no se trata solo de tener paneles solares o un vehículo eléctrico. Se trata de que todos los elementos estén interconectados y gestionados desde una lógica de eficiencia. Gracias a los sensores, medidores y automatismos integrados, los hogares pueden evitar sobrecargas, programar picos de consumo o redistribuir la energía según la demanda.

Este enfoque integral no solo permite ahorrar energía, sino que también mejora la resiliencia de los hogares ante cortes de suministro o cambios bruscos de la demanda. En un mundo cada vez más electrificado, esta capacidad de adaptación será tan esencial como la eficiencia misma.

Uno de los puntos fuertes del sistema presentado por Schneider Electric es su modularidad. No todos los hogares necesitan una solución completa desde el primer día. Un usuario puede empezar por automatizar sus persianas, controlar el consumo desde el móvil o añadir sensores a su instalación actual, y poco a poco ampliar el sistema hasta tener un control total del ecosistema energético doméstico. “Tú decides por dónde empezar: el tejado, los interruptores o la climatización. Es un sistema que crece contigo”, destacó Vázquez.

Este enfoque hace que la transición sea accesible, tanto para viviendas unifamiliares como para edificios de nueva promoción o rehabilitación. Y es, además, una solución alineada con las nuevas exigencias normativas europeas sobre eficiencia energética y digitalización del parque residencial.

Schneider Electric sabe que no puede recorrer este camino solo. Por eso, uno de los mensajes clave del evento fue la necesidad de trabajar con todo el ecosistema: instaladores eléctricos, promotoras inmobiliarias, distribuidores tecnológicos, fabricantes y usuarios. “Los instaladores son esenciales. Ya no hablamos solo de poner cables o enchufes, sino de instalar sistemas inteligentes que conectan el hogar con el futuro”, subrayaron desde la compañía.

Del mismo modo, el papel de las promotoras inmobiliarias es decisivo para diseñar viviendas que sean sostenibles desde el principio, sin renunciar al confort ni a la estética. Y para eso, el diseño eléctrico del edificio —tradicionalmente relegado a un plano técnico— debe ocupar un lugar central en la conversación sobre sostenibilidad.

En definitiva, lo que Schneider Electric propone no es una promesa futurista ni un concepto aspiracional. Es una solución tangible, real y disponible, que responde a una necesidad urgente: convertir nuestros hogares en espacios más inteligentes, eficientes y sostenibles. No solo por una cuestión de ahorro, sino porque el reto climático así lo exige.

Y en ese viaje hacia el hogar del futuro, la energía deja de ser un recurso invisible para convertirse en un activo que gestionamos, optimizamos y ponemos al servicio de una mejor calidad de vida. Porque, como bien dijeron durante el evento, “el debate ya no es solo sobre cómo consumimos energía, sino sobre cómo la generamos, almacenamos y usamos de forma inteligente”.

El hogar del futuro ya está aquí. Solo queda decidir si queremos habitarlo… o quedarnos fuera.