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El análisis revela que el 93% de estos incidentes resultan en consecuencias graves o letales

Análisis de la siniestralidad por vuelco de tractor en el período 2017-2021

G. Casuso, S. Arazuri, J.M. Mangado, A. López, P. Arnal, C. Jarén

Departamento de Ingeniería, ISFOOD, Universidad Pública de Navarra; cjaren@unavarra.es

Artículo presentado en XII CONGRESO IBÉRICO DE AGROINGENIERÍA de la Sociedad Española de Agroingeniería (www.seaging.com)

15/12/2023

Aunque han sido muchos los investigadores que han hecho y siguen haciendo análisis de la siniestralidad para encontrar sus causas y poder tomar las medidas oportunas, hay que seguir profundizando en ello para poder atajar esta lacra.

Introducción

Desde que en 1995 se promulgó la Ley 31/1995 (BOE nº269/1995) de Prevención de Riesgos Laborales se ha observado una disminución importante de la siniestralidad laboral en todos los sectores. Sin embargo, en el sector agrario esta disminución no ha sido del calado de otros sectores y, por ejemplo, los índices de mortalidad prácticamente se mantienen en el tiempo. Tal es así, que el sector agrario ha sido calificado por el Observatorio Estatal de Condiciones de Trabajo (OECT) como prioritario para el desarrollo de políticas preventivas eficientes que permitan reducir la siniestralidad en el sector en base al índice de accidentes graves y mortales ajustado por la población afiliada [1]. Los índices de incidencia en el sector agrario se sitúan casi todos los años por encima del índice de incidencia general. En 2022 se situó en 4.140,9 frente al general que fue de 2.852,1. La clasificación por sectores en 2022, en función de la incidencia de sus accidentes de trabajo mortales, la encabeza el sector agrario con 16,98, superando incluso al sector de la construcción [2], lo que supuso que los accidentes mortales en el sector agrario repuntaron el pasado año un 82,7%, con 95 fallecidos, 43 más que en 2021.

Si nos centramos en los accidentes mortales, la principal causa de muerte son los accidentes con el tractor, suponiendo prácticamente la mitad de las muertes según algunos estudios como el realizado en Illinois, EEUU [3]. A su vez, la mayoría de los accidentes mortales son debidos al vuelco del tractor [4]. Según el informe de la Fundación MAPFRE (Jarén et al., 2020) sobre siniestralidad laboral en el sector agrario, el 75% de los fallecidos (880 de los 1.172 registrados) se debieron al vuelco del tractor. Los factores que pueden provocar el vuelco del tractor son muchos y muy diversos. Aunque la realidad es que en muchos de los accidentes analizados se observa más de una causa. La mayor parte de los accidentes que terminan siendo mortales, se dan en tractores que carecen de estructuras de protección o las tienen abatidas y, por lo tanto, inutilizadas [4]. Una vez que se produce el vuelco, la principal defensa del tractor para evitar que este ruede y aplaste al tractorista es la estructura de seguridad al vuelco o Roll Over Protective Structure (ROPS). El porcentaje de muertes disminuye considerablemente cuando los tractores que vuelcan cuentan con una estructura de protección homologada. El uso conjunto de ROPS y cinturón de seguridad podría salvar muchas vidas en el campo.

Otras características de los tractores que afectan claramente a una mayor siniestralidad son la potencia y la antigüedad de estos. Estos dos factores son muy significativos a la hora de comparar las diferencias de siniestralidad entre territorios. Así, la alta accidentalidad que se da en Navarra se podría explicar por tener un parque de tractores que en su mayoría superan los 110 kW y por un elevado número de cambios de titularidad de tractores con más de 20 años de antigüedad. Por el contrario, en Cantabria o en La Rioja los tractores que se adquieren son de menor edad y de potencias más reducidas. Los tractores de más recientes, al ser más modernos, suelen incorporar mejoras significativas en materia de seguridad. Si bien es preciso señalar que, por desgracia, el parque móvil de tractores en España se caracteriza por tener una edad media superior a los 20 años y carecer de ROPS [6].

Los datos con los que se ha realizado el estudio se han obtenido a partir de las informaciones sobre accidentes graves y mortales con el tractor...

Los datos con los que se ha realizado el estudio se han obtenido a partir de las informaciones sobre accidentes graves y mortales con el tractor agrícola publicada en diferentes medios de comunicación entre los años 2017 y 2021. Foto: Albatera Consorcio Bomberos Alicante.

Entre los factores que están presentes en los accidentes mortales con tractor están las características de la parcela y las salidas de vía en carreteras y caminos realizando tareas de transporte y remolque [5]. La mayoría de los accidentes se producen cuando el agricultor se traslada de una zona a otra. Por orden de importancia, estos tienen lugar en carreteras, caminos y calles. Le sigue a continuación los accidentes en zonas agrícolas, casi todos ellos dentro de las parcelas en las que trabajan los agricultores [4]. Las parcelas más extensas, con pendientes menos pronunciadas y con un cultivo extensivo permiten unas condiciones más favorables para el trabajo y el agricultor tiene menor probabilidad de sufrir un accidente [6]. Otro de los factores es la diversidad de labores de la explotación, en los lugares de trabajo donde se realizan labores mixtas, la probabilidad de sufrir un accidente aumenta [7].

El momento en el que se producen más accidentes está relacionado con la época del año en la que la intensidad de trabajo es mayor, es decir a mediados de año, en verano; siendo más baja a principios y finales de año, en invierno [8]. El día con mayor número de accidentes es el jueves, aunque sin diferencias significativas entre los días laborales. Los días con menos, los fines de semana, aunque se producen más de los esperados en días no laborales [4].

Respecto a la culpabilidad de que sucedieran los accidentes, una investigación realizada en 2021 en Brasil sobre 60 accidentes, reveló que la mayoría de los accidentes procedían de un acto inseguro por parte del usuario. Es decir, teniendo conocimiento de técnicas de prevención y seguridad en el trabajo no las aplicaron, siendo muchos menos los casos en los que era fallo de la máquina y no un error humano [9].

Aunque han sido muchos los investigadores que han hecho y siguen haciendo análisis de la siniestralidad para encontrar sus causas y poder tomar las medidas oportunas, hay que seguir profundizando en ello para poder atajar esta lacra. Por eso, en este trabajo hemos analizado la influencia de otros factores como son: 1) la pendiente, 2) el tipo de cultivo, 3) la formación del jefe de la explotación y 4) el tamaño de la explotación por provincias de los accidentes graves y mortales en el sector agrario.

El momento en el que se producen más accidentes está relacionado con la época del año en la que la intensidad de trabajo es mayor...

El momento en el que se producen más accidentes está relacionado con la época del año en la que la intensidad de trabajo es mayor, es decir a mediados de año, en verano; siendo más baja a principios y finales de año, en invierno. Foto: Puente Genil y Onda Cero Puente Genil

Materiales y métodos

Los datos con los que se ha realizado el estudio se han obtenido a partir de las informaciones sobre accidentes graves y mortales con el tractor agrícola publicada en diferentes medios de comunicación entre los años 2017 y 2021. No se ha recurrido a los datos oficiales de siniestralidad laboral por incluir solo los accidentes laborales según la ley 31/1995, en la que quedan fuera muchos de los accidentes que se producen en este sector [4]. De esta misma fuente de información se ha obtenido el dato de la localización del accidente. El resto de variables analizadas (tipo de cultivo predominante, formación, tamaño de la explotación, superficie agrícola utilizada (SAU) y nº explotaciones) se han extraído del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2022) y se ha realizado su análisis por provincias. Por último, la información espacial, el mapa de provincias georreferenciado y el modelo digital del terreno (MDT) se ha obtenido del Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG, 2023). La pendiente, por su parte, se ha obtenido mediante el uso de herramientas SIG (sistemas de información geográfica) con el programa “QGIS 3.16 Hannover”, con el que también se han generado todos los mapas.

Para el análisis de los datos, se ha procedido primero a filtrarlos de la base de datos original. Para las variables continuas (pendiente, formación y SAU/nº de explotaciones) se han realizado regresiones lineales en Excel y calculado los coeficientes de correlación de cada una de ellas. Las variables discretas han sido analizadas con “R Commander”, el cual se ha utilizado para llevar a cabo la prueba de Kruskal-Wallis, ya que los datos no seguían una distribución normal. También se ha estudiado si existía correlación entre las variables independientes y, entre las que había, se ha realizado una regresión lineal múltiple

Resultados y discusión

El número de accidentes graves o mortales con el tractor analizados ha sido de 62 con el resultado de muertes y uno grave. En la Figura 1 podemos ver los resultados de la relación entre el número de accidentes con el porcentaje de jefes de explotación que cuentan con formación y su distribución por provincias. Se puede observar cómo a medida que aumente la formación disminuye ligeramente el número de accidentes. En la derecha, podemos observar cómo provincias como las de Jaén, La Coruña y Lugo tienen un mayor número de accidentes y un bajo porcentaje de formación, mientras que regiones con mayores porcentajes de formación como Barcelona, Gerona, Álava y Huesca no han sufrido ningún accidente estos últimos cinco años, salvo en Barcelona con uno. Se ven excepciones como Zaragoza con un 7,7% de formados y tres accidentes y Málaga con 2,23% y cero accidentes. A pesar de ello, sí que se observa una pequeña tendencia a disminuir, con un coeficiente de correlación de -0,245, una cifra no muy significativa, pero teniendo en cuenta el tipo de datos que se analizan y el número, se puede considerar que sí influye la variable y presenta una tendencia a tener en cuenta.
Figura 1. Izda. Regresión lineal entre el nº de accidentes y el porcentaje de jefes de explotación con formación reglada. Dcha...
Figura 1. Izda. Regresión lineal entre el nº de accidentes y el porcentaje de jefes de explotación con formación reglada. Dcha. Mapa de clasificación de las provincias en función del porcentaje de jefes de explotación con formación reglada.
La pendiente ha sido la variable continua con el valor absoluto de coeficiente de correlación más bajo, siendo únicamente de 0,09. En la Figura 2 se advierte una ligera tendencia al aumento conforme aumenta la pendiente, pero es demasiado leve como para poder considerarla significativa. En el mapa de la derecha se puede comprobar cómo hay provincias con cero accidentados y pendientes elevadas como Vizcaya y Cantabria, mientras que Badajoz, Murcia y Zaragoza tienen poca pendiente y tres accidentados cada una de ellas. Por otro lado, las tres provincias de mayor pendiente, que son Santa Cruz de Tenerife, Asturias y Guipúzcoa, tienen dos accidentes cada una de ellas y las tres más llanas, Valladolid, Palencia y Toledo no han tenido accidentes.
Figura 2. Izda. Regresión lineal entre el nº de accidentes y la mediana de la pendiente. Dcha...
Figura 2. Izda. Regresión lineal entre el nº de accidentes y la mediana de la pendiente. Dcha. Mapa de clasificación de las provincias en función de la mediana de la pendiente.
La variable continua SAU/nº de explotaciones se analizará conjuntamente con la variable discreta tamaño, ya que en ambas se pretende observar si una mayor atomización de las explotaciones está relacionada con un mayor número de accidentes. Esta ha sido la variable que ha presentado mayor grado de correlación, con un coeficiente de -0,4. En la Figura 3 se observa una tendencia notable a disminuir en zonas con explotaciones más extensas. En el mapa de la derecha se pueden ver las provincias y el número de accidentes recogidos en cada una de ellas. Se observa cómo las provincias con mayor atomización de explotaciones, como las cuatro provincias gallegas y Valencia, presentan unas cifras de accidentados muy elevadas, en comparación con las de Castilla y León y Guadalajara que tendrían unas explotaciones más extensas y el número de accidentados es prácticamente nulo.
Figura 3. Izda. Regresión lineal entre el nº de accidentes y SAU/nº de explotaciones de cada provincia. Dcha...
Figura 3. Izda. Regresión lineal entre el nº de accidentes y SAU/nº de explotaciones de cada provincia. Dcha. Mapa de clasificación de las provincias según SAU/nº de explotaciones.
Respecto al tamaño, presenta un p-valor de 0,051, por lo que se acepta la hipótesis nula, verificando una vez más lo observado en el análisis del SAU/nº de explotaciones. La zona de Castilla y León donde se presentan explotaciones más extensas, el número de accidentes es muy bajo, mientras que la zona del Levante y Galicia con explotaciones predominantes de menos de 2 ha junto a las de entre 2 y 10 ha, tienen las cifras más elevadas de accidentalidad (Figura 4). Las provincias con explotaciones de entre 10 y 50 ha, tienen valores similares a los que presentan aquellas que se encuentran en el rango de 2 a 10 ha. Siendo los valores brutos de 24 accidentes sobre 19 provincias que presentan estas características.
Figura 4...
Figura 4. Mapa de clasificación de las provincias en función del tamaño predominante en las explotaciones de cada provincia y porcentaje de accidentes para cada tramo de tamaño.
La variable tipo de cultivo ha dado un p-valor de 0,1, para un nivel de significación del 0,05, por lo que se acepta la hipótesis nula y podemos afirmar que no hay relación entre variables. Sin embargo, atendiendo a lo comentado con anterioridad en cuanto al número de datos con los que se trabaja y, analizando de manera visual el mapa de la Figura 5, sí que se observa una cierta relación entre la variable explicada y la explicativa, aunque quizás por el número de datos no sea estadísticamente significativa al 95%.
Figura 5...
Figura 5. Mapa de clasificación de las provincias en función del tipo de cultivo que ocupa mayor SAU y diagrama sectorial de las tasas de accidentes para cada tipo de cultivo.
Se observa que los cultivos leñosos son los más peligrosos, seguidos de los pastos y, por último, de las tierras arables, debido principalmente a que se sitúan en parcelas más peligrosas para el trabajo con el tractor. Las 11 provincias en las que el tipo de cultivo que ocupa mayor SAU son los leñosos son las que muestran una mayor tasa de accidentes, con un 46% del total y 21 de los accidentes analizados. Por otro lado, las 24 provincias en las que predominan las tierras arables son las que ocupan la mayor parte de la superficie de España. Sin embargo, en las tierras arables la tasa de accidentes es la menor con un 22%, siendo el número de accidentes en valores absoluto prácticamente el mismo que en los leñosos, 22.

La correlación más significante encontrada entre las variables ha sido entre la pendiente y el tamaño. El análisis de regresión lineal múltiple, entre el número de accidentes en función de la pendiente y la SAU/nº explotaciones ha tenido como resultado un coeficiente de correlación múltiple de 0,42, junto a un R2 ajustado de 0,17. Serían valores que no permitirían confirmar una relación entre ambas variables.

Sin embargo, si observamos la Figura 6 se comprueba cómo a mayor superficie por explotación menor es la pendiente, con un coeficiente de correlación de -0,49, por lo que se puede concluir que las zonas con explotaciones más extensas tienen una menor pendiente y, por lo tanto, esas regiones reúnen dos características que reducen el grado de accidentalidad: tamaño y extensión.

Figura 6. Regresión lineal entre las variables pendiente y SAU/nº de explotaciones
Figura 6. Regresión lineal entre las variables pendiente y SAU/nº de explotaciones.

Conclusiones

La formación ha tenido una leve influencia en el nº de accidentes, siendo notable la diferencia entre las regiones con agricultores con mayor formación y regiones con agricultores con menor formación. A pesar de ello, el nivel de formación general sigue siendo bajo. Se podrían asociar las zonas de mayor formación con las que disponen de más recursos.

La pendiente no ha tenido la influencia esperada en los análisis estadísticos, pero observando los mapas realizados en QGIS y las causas de los accidentes, se ha podido concluir que sí que es un factor del que depende el número de accidentes. Hay que tener en cuenta que se ha considerado la pendiente de la provincia y no la pendiente en el lugar del accidente, que habría sido el dato más adecuado para estudiar, pero que se desconoce.

El tamaño se ha analizado en forma de variable discreta y continua, obteniendo resultados similares en ambas, lo más remarcable ha sido la gran diferencia entre las provincias con mayor atomización y las más extensas, siendo estas últimas las que menos accidentes han presentado.

El tipo de cultivo ha sido una variable con influencia, siendo los leñosos los cultivos más peligrosos, seguidos de los pastos y por último las tierras arables.

Las únicas dos variables independientes que han presentado algún tipo de correlación han sido la pendiente y el tamaño, dejando como conclusión que las parcelas de gran superficie y poca pendiente con los cultivos extensivos son las más seguras.

Recomendaciones

Dada la alta siniestralidad que tenemos en España por el vuelco de los tractores, no podemos terminar sin aportar una serie de recomendaciones empezando por aquellas medidas que aseguren la estabilidad durante las labores. El análisis revela que el 93% de estos incidentes resultan en consecuencias graves o letales. Para contrarrestar esto, la ejecución de las tareas debe ser cuidadosamente planificada para evitar la pérdida de estabilidad del tractor. Además, el uso conjunto del cinturón de seguridad y de las estructuras de seguridad (ROPS) se presenta como la solución efectiva para, en caso de vuelco, minimizar sus consecuencias y reducir significativamente su letalidad. En el año 2019, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), preocupados también por la alta siniestralidad por el vuelco de los tractores, puso en marcha la campaña de sensibilidad “Tu vida, sin vuelcos” (https://www.insst.es/documentacion/espacio-monotematico/tu-vida-sin-vuelcos) donde podemos encontrar más información sobre las causas, los datos de siniestralidad y las medidas de prevención y protección que se pueden adoptar.

En cuanto a la formación e información, hay una necesidad urgente de aumentar la capacitación en seguridad laboral en este sector. Hasta el 2008, solo el 19% de los agricultores contaban con formación en este ámbito. Está claro que no es fácil realizar labores de formación en el sector agrario por muchísimas causas, dispersión de la población, temporalidad, etc., pero los jefes de explotación en los que la agricultura sea su actividad principal o agricultores jóvenes, sería interesante que se educasen en ámbitos como la seguridad y salud en el trabajo. La formación y la información es una inversión que no solo evita accidentes y bajas, sino que también reduce gastos económicos indirectos.

Independientemente del tipo de cultivo, hay que aplicar todas las medidas de seguridad puestas a nuestro alcance durante la ejecución de las labores. Aunque estas precauciones puedan ralentizar el proceso, son cruciales para prevenir los accidentes mortales y los graves, especialmente en cultivos leñosos.

Los trabajos agrícolas realizados con el tractor llevan consigo también un esfuerzo físico y mental notable. Si a eso unimos la gran diversidad de tareas, el envejecimiento de la población y del parque de tractores, se destaca la necesidad urgente de implementar medidas integrales que aborden los desafíos actuales y futuros en el sector agrícola, asegurando tanto la seguridad de los trabajadores como la sostenibilidad a largo plazo. Los trabajadores deben ser conscientes de la importancia del buen mantenimiento de sus tractores y de sus condiciones físicas.

La nueva PAC ha incluido la ‘’condicionalidad social’’ de las subvenciones, con un listado de normativa referente a la seguridad y salud en el trabajo. Su incumplimiento supondrá una reducción de la ayuda del 3% hasta el 100% como se recoge en el Artículo 9 de la Ley 30/2022 (BOE 1048/2022), de 23 de diciembre, por la que se regulan el sistema de gestión de la Política Agrícola Común y otras materias conexas. Esperemos que medidas como esta, puedan contribuir a aumentar la sensibilización en el sector más que a la reducción efectiva de las ayudas.

Finalmente, para mejorar la investigación y comprender a fondo los accidentes, es esencial que los trabajadores estén debidamente registrados en la seguridad social. Las administraciones públicas deben colaborar activamente en la recopilación de datos, superando así los desafíos relacionados con la falta y la dificultad de obtención de información. Esta colaboración permitirá estudios más exhaustivos y contribuirá a fortalecer la seguridad y salud laboral en el sector agrícola. En este sentido, el INSST, basándose en la norma UNE-EN 16831:2017, ha desarrollado y validado una metodología para el registro de los accidentes de tractores y máquinas agrícolas y forestales que será de gran ayuda para seguir avanzando en este tema [10].

Referencias

1. Valero, E. y Abril, I. Diagnóstico de la prevención de riesgos laborales en el sector Agrario. Seguridad y Salud en el trabajo. 2016, 87, 18-25.

2. CCOO. Análisis de las estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en España en 2022. 2023, 49 pp.

3. Li, S., Guy Roger, A., Robert, A., y Issa, S.F. Farm fatal injury trends in Illinois from 1999 to 2019. Journal of Agricultural Safety and Health. 2022, 28(2): 99-108.

4. Arnal, P.V. Análisis de la información sobre accidentes en el sector agrario recogida en los medios de comunicación en el decenio 2004 a 2013. Tesis Doctoral. UPNA. 2017

5. Jarén, C., Mangado, J., Arnal, P., López-Maestresalas, A., Pérez-Roncal, C., & Arazuri, S. Siniestralidad, mortalidad agrícola, vuelcos de tractores e incendios en cosechadoras 2010-2019. Fundación MAPFRE. 2020.

6. Jarén, C., Ibarrola, A., Mangado, T., Adin, A., Arnal, P., López-Maestresalas, A., Ríos, A., & Arazuri, S. Fatal Tractor Accidents in the Agricultural Sector in Spain during the Past Decade. Agronomy. 2022, 12(7), 1694.

7. Wysokinski, M. Accidents in agriculture as a socioeconomic problem. Logistyki. 2015, 2, 824-830.

8. Angioloni, S., & Jack, C. Farm fatalities in Northern Ireland agriculture: What fifty years of data tell us. Economics & Human Biology. 2022, 46, 101122.

9. De Oliveira Guinot, K., Schlosser, J.F., Herzog, D., Bertinatto, R., & Balssan Moura, N. Diagnóstico de acidentes de trabalho com tratores agrícolas no Estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Tecno-Lógica. 2021, 25(2), 300-304.

10. Ruiz, T. & Cano, R. Registro de accidente de tractores y máquinas agrícolas y forestales. XII Congreso Ibérico de AgroIngeniería. Sevilla, 2023.

La formación ha tenido una leve influencia en el número de accidentes, siendo notable la diferencia entre las regiones con agricultores con mayor y con menor formación

Comentarios al artículo/noticia

#1 - Sr. José Mauel Morales Lagares
23/12/2023 12:43:35
Enhorabuena por el articulo, me parece de vital importancia que los agricultores y tractoristas no pierdan su vida en su trabajo, a seguir con ello.

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