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Se ha observado que una dieta enriquecida con almendras consiguió mayores reducciones de peso

Las últimas investigaciones demuestran que el consumo de frutos secos se asocia a la prevención cardiovascular

HorticomNews15/07/2004

15 de julio de 2004

Nuevos estudios corroboran el efecto beneficioso de los frutos secos sobre diversos parámetros relacionados con la enfermedad cardiovascular. El Dr. Emilio Ros, investigador del Hospital Clínico y pionero en España en la investigación con frutos secos, ha comparado en individuos hipercolesterolémicos los efectos de una dieta tipo mediterránea frente a una dieta mediterránea rica en nueces.

Nuevos estudios siguen corroborando el efecto beneficioso de los frutos secos sobre diversos parámetros relacionados con la enfermedad cardiovascular. El Dr. Emilio Ros, investigador del Hospital Clínico y pionero en España en la investigación con frutos secos, ha comparado en individuos hipercolesterolémicos -con cifras elevadas de colesterol en la sangre- los efectos de una dieta tipo mediterránea frente a una dieta mediterránea rica en nueces.

El objetivo del estudio era observar el efecto de ambas dietas sobre el funcionamiento del sistema circulatorio. Los resultados, publicados en la revista Circulation, indican que una dieta enriquecida en nueces provoca una mayor elasticidad vascular; es decir, que tras el consumo de nueces, las arterias y las venas reaccionan mejor ante la demanda de sangre del organismo, dilatándose para favorecer el flujo sanguíneo. La dieta rica en nueces se asoció, también, a una disminución de las moléculas de adhesión, moléculas relacionadas con la formación de la placa de ateroma, causante de la obstrucción vascular.

El Dr. Emilio Ros y su equipo concluyen que, las nueces, además de promover un mejor perfil lipídico, pueden hacer que nuestros vasos sanguíneos respondan mejor a situaciones de estrés, en las que existe un aumento de la demanda de sangre, como por ejemplo, cuando se realiza ejercicio físico intenso. En el caso de que los vasos sanguíneos no respondan bien en este tipo de situaciones, puede suceder que no llegue suficiente sangre a los órganos que la necesiten -el cerebro, el corazón, etc.- y que se produzca un fallo vascular.


Nuevas conclusiones sobre el efecto del consumo de frutos secos sobre el peso corporal

Los efectos de los frutos secos sobre la protección cardiovascular parecen, pues, altamente demostrados. A pesar de la creencia popular de que los frutos secos engordan, numerosos estudios poblacionales muestran que la población que consume habitualmente frutos secos presenta menor Índice de Masa Corporal que los que no los consumen, además, los estudios de intervención dietética realizados hasta el momento tampoco demuestran ninguna asociación entre el consumo de frutos secos y un aumento de peso. Actualmente, los investigadores dedican sus esfuerzos a evaluar la incidencia del consumo de frutos secos en el peso, como se expone a continuación.

El estudio publicado en el International Journal of Obesity por el Dr. Wien del City of Hope National Medical Center de Duarte y el Dr. Joan Sabaté, investigador de la Universidad de Loma Linda (California), ofrece datos interesantes: Se ha evaluado el efecto de una dieta moderada en grasa y enriquecida con almendras y el de una dieta baja en grasa y rica en carbohidratos, ambas dietas controladas en energía, sobre individuos con sobrepeso u obesidad; la dieta enriquecida en almendras contenía alrededor de 84g/día de este fruto seco, de manera que las almendras aportaban cerca de 500 Kcal. en la dieta. Se observó que, a pesar del contenido calórico, la dieta enriquecida con almendras consiguió mayores reducciones de peso y de grasa corporal: los individuos con la dieta enriquecida con almendras perdieron un 18% de su peso, mientras que los individuos que siguieron la dieta baja en grasa tan sólo lo redujeron en un 11%. A modo de ejemplo, para un individuo de unos 80 Kg. de peso, la dieta enriquecida en almendras supondría una pérdida de unos 14.4 Kg., mientras que en el otro grupo habría perdido tan sólo 8.8 Kg. Esto demuestra que una dieta para el tratamiento de personas con sobrepeso u obesidad puede ser igualmente adecuada si contiene frutos secos.

En otro estudio dirigido por el Dr. Joan Sabaté y publicado en el Journal of the American College of Nutrition, se observó que, tras pedir a individuos sanos que ingiriesen de 42 a 72g diarios de almendras, tras 6 meses no se produjo ninguna ganancia de peso significativa en los voluntarios.

Los estudios realizados hasta el momento demuestran que no existen evidencias de que el consumo de frutos secos esté relacionado con un aumento del peso corporal, sin embargo, sí exponen evidencias de sus efectos positivos sobre la salud.

Una dieta controlada en grasa saturada y enriquecida con almendras, entre otros alimentos, consigue una reducción del colesterol similar a la de los tratamientos con fármacos

Prueba del reconocimiento científico de los efectos cardiosaludables de los frutos secos se encuentra en la investigación llevada a cabo recientemente por investigadores de la Universidad de Toronto, que han comparado el efecto sobre los niveles de colesterol de 2 tipos de intervenciones dietéticas distintas: una dieta baja en grasa saturada, y una intervención dietética intensiva a base de incrementar el contenido en la dieta de: fibra viscosa, esteroles vegetales, proteína de soja y almendras -alimentos o componentes alimentarios de demostrado poder hipocolesterolemiante-, a la vez que se controlaba el contenido en grasa saturada.

Los resultados han sido claros: Mientras que con la dieta baja en grasa saturada se consiguieron reducciones de los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) de alrededor del 12%, con la intervención dietética intensiva con almendras se redujo el colesterol LDL en un 35%, cifra similar a la que se consigue con fármacos. El poder en la disminución del colesterol de todos estos alimentos ha sido igual de efectivo que introducir un tratamiento farmacológico y ha sido, por lo tanto, mucho más efectivo que controlar únicamente el contenido en grasa saturada de la dieta.

Así pues, nuevamente, los frutos secos demuestran ser un alimento eficaz para conseguir la reducción de los niveles de colesterol en la sangre y reducir el riesgo de sufrir un infarto cerebral o de corazón.

Fuente: Fundación Nucis